Deseos cautivos 🔞(Mitsuya Takashi)

Capitulo 4

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—No quiero hablar de eso Mitsuya, o como sea que te llames— hable.

—¿Yo te hice algo?— pregunto.

Y era tonto seguir con el tema, porque evidentemente no me hizo nada.

—No— respondí cortante.

—¿Entonces?— me miró —No entiendo tu actitud y se que apenas nos conocemos—

Lo interrumpi.

—Jane... Ella está enamorada de ti— solté sin más

Soltó una risa sarcástica —¿Y eso que tiene que ver con nosotros?—

"Nosotros"

—Que Jane era mi amiga y se molestó el día que nos vio hablando, cuando me entregaste mi collar— suspiré —Por alguna razón ya no quiso ser mi amiga, incluso me dijo que yo era la mala por estar contigo, cuando claramente no sabía que tú eras...— me interrumpió.

—Espera— me miró serio —¿No te das cuenta que ella siempre te manipulaba?—

Hice una cara de confusión.

—Jane siempre hablaba mal de ti a tu espalda, para que nadie se acercara a ti. Yo no me fijaría en alguien como ella— explico
—Y no veo porque tú y yo no podemos ser amigos si yo nunca tuve nada con ella—

Me quedé sin palabras, no sabía de que se trataba todo esto.

Mire su rostro y ví que estaba esperando alguna respuesta de mi parte, cuando claramente yo no sabía ni que decir, todo me había confundido ¿De verdad Jane hacia eso?

—¿Estás bien?— escuché su voz otra vez.

Asentí y no dije nada, mire al suelo buscando alguna explicación o algo para decirle.

—Olvidemos esto— murmuré —Ya nose ni que creer— agache la cabeza.

—Ey— su mano tocó mi hombro —No es tu culpa que ella sea así—

—Ya ni me lo recuerdes— susurré
—Olvidate de lo que hablamos— finalice.

Tome de nuevo el alcohol y seguí curando sus heridas, ahora el ambiente estaba en completo silencio, por alguna razón mi mente colapso y no sabía que hacer, es más, ni idea tenía de lo que estaba haciendo.

En ciertos momentos los ojos de Mitsuya y los míos se encontraban pero no decíamos nada.

Al terminar de curarlo fui a la cocina a tirar los algodones que había utilizado.

Me distraje un rato en la cocina y regresé a mirarlo y se encontraba tranquilo, parecía que no era una mala persona, sin embargo, los golpes no tenían explicación.

—¿Quieres tomar algo?— hable en voz alta para que me escuchará.

—No es necesario, ya me tengo que ir— respondió.

Fui hacia donde se encontraba el.

—Te puedo prestar un suéter si deseas—