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Jaison no podía dejar de pensar en cómo la propuesta de Derek de firmar el contrato, que traería grandes beneficios para la empresa para la cual trabajaba, incluía como condición entregar a Liam a cambio, todo aquello le parecía una locura, y estaba atormentado por la idea de tener que considerar algo tan disparatado. Como una persona tan inteligente e importante como lo era Derek Carbone, podía tan siquiera llegar en pensar en algo tan absurdo como aquello, Muchas dudas llenaban la mente de Jaison, y una de esas, era realmente, a que Derek, llamaba cortejar, podía ser tener citas con su esposo o llevarlo a la cama.

—¿Por qué no me dices algo, Liam? Estás tan callado — dijo Jaison, mirando a su esposo que parecía distante, sentado a su lado pero sumido en sus propios pensamientos.

Liam se levantó, caminando por la amplia oficina y admirando los detalles del lugar como si buscara distraerse de la conversación que estaba evitando. Derek era un hombre muy organizado, tenía todo tan bien colocado sobre su escritorio, incluso los documentos estaban por carpetas clasificados en colores, no le resultaba extrañado que hubiese planeado aquella propuesta desde hace un buen tiempo, tal vez desde que lo conoció en la hamburguesería para la cual trabajaba hace un año atrás.

Liam no podía negar que se había sentido también atraído por Derek aquella vez, recordando como sus fuertes brazos lo protegieron ante aquella lluvia de balas en la que se veía envuelto y de la cual pensaba que no saldría con vida. Para ese entonces ya Jaison le estaba siendo infiel, y sólo llevaban dos años de casado, esa era la naturaleza de su esposo, engañarlo desde el primer día en el que intercambiaron alianzas y se dieron el sí quiero, y esa fue la gota que colmó la copa, porque Liam buscando llamar la atención de alguien que lo deseara y valorara, lo tuviese en cuenta sólo a él sin terceras personas, fue como nació ese gusto por alguien que sólo había visto una sola vez en su vida, pero que ahora el destino se lo estaba poniendo en frente nuevamente, como decirle que no al destino y al hombre que le volvía loco. Por ahora era algo carnal, que tarde o temprano se convertiría en algo más poderoso y fuerte.

— Esto me ha tomado por sorpresa a mi también, Jaison — dijo por fin Liam aterrizando a la tierra y sacando sus pensamientos de su mente para no parecer tan obvio —  ¿Qué quieres que te diga? —preguntó pasando sus dedos por el escritorio. — Él te ha dicho que es solo un cortejo, — continuó.

—¿Solo un cortejo? —preguntó Jaison, alarmado—. ¿Entonces estás de acuerdo con esta locura? — se levantó abruptamente, tomando a Liam del brazo con fuerza, su rostro reflejando desesperación y enojo, no podía creer lo que su esposo le decía. — ¿No puedes estar pensando en aceptar esa propuesta? —exclamó Jaison, sintiendo una daga clavarse en su pecho.

Liam se sacudió del agarre de Jaison, apartándose con brusquedad logrando que lo dejara libre.

—Piensa que es algo que nos va a beneficiar. Derek es un hombre muy rico y podría ayudarte, además es algo absurdo, quiere cortejarme, serán algunas citas y luego cuando vea que yo lo rechazo, entonces se tendrá que retirar—dijo Liam, intentando justificar lo que sabía que era injustificable.

—Liam, ¿qué te está pasando? ¿Te volviste loco? —preguntó Jaison, con su furia creciendo—. ¿Por qué me dices todo esto? Yo ni siquiera pensaba en aceptar, pero tú si quieres que lo haga ¿Acaso te gusta ese hombre? —preguntó acusándolo de algo que aunque deseaba que fuese una mentira o que todo era por ayudarlo, parecía más real cada vez que lo expresaba y dolía ver como su esposo estaba a nada de caer.

Liam lo miró, —No es eso. Solo quiero ayudarte — dijo desesperado.

—Espera, creo que ya sé lo que pasa aquí —dijo Jaison, tratando de calmarse—. Estás dolido porque te fui infiel una vez, ¿es eso? Entonces, estás intentando vengarte de mí, tiene que ser eso, — murmuró indignado.

Liam apretó los dientes, sintiendo su orgullo una vez más pisoteado, cada vez que recordaba aquellos mensajes obscenos que su esposo intercambiaba a diario con su compañero de oficina, lo desesperaba —Muéstrame tu teléfono, ya que dices que ha sido una sola vez, no te importará que lea tus mensajes —dijo Liam, extendiendo su mano.

—No tengo que mostrarte nada, Liam —respondió Jaison, tratando de mantener la calma—. Debes confiar en mí. Soy tu esposo y te amo, no voy a dejar que otro hombre te toque o te bese.

Jaison se acercó a Liam, sosteniéndole el rostro entre sus manos, y estuvo a punto de besarlo cuando Derek entró en la oficina con unos documentos en las manos,  interrumpiendo el romántico momento, dando un portazo a la puerta con brusquedad que los obligó a separarse.

—¿Y bien, qué han decidido? —preguntó Derek, mirando a Liam con intensidad.

Liam por su parte también miró a Derek, y esta vez fue tan descarado que mordió sus labios justo en el momento preciso en él que este lo miraba.

—Hemos decidido que no. No voy a darte a mi esposo a cambio de ningún contrato, no vale la pena firmar con un hombre como tú —dijo Jaison, tomando la mano de Liam con determinación—. Nosotros nos vamos.

Jaison pasó por el lado de Derek con Liam de la mano, pero Derek no estaba dispuesto a dejarse vencer tan fácilmente, él tenía todas las de ganar, armas más cargadas y valiosas contra un simple empleado que ni siquiera era dueño de un negocio tan poderoso como él que Derek poseía, pero si tenía a su lado al hombre que él quería y estaba dispuesto a quitárselo, porque su objetivo no era ni siquiera firmar con una empresa en banca rota, eso no lo beneficiaba en lo absoluto, sin embargo Liam, era muy diferente.

—¿Y tú qué deseas, Liam? —quiso saber Derek su opinión, agarrando su mano libre y jugando con sus dedos.

Liam se vio acorralado, con su esposo a un lado y el hombre que deseaba al otro. El conflicto interno era evidente, y la decisión que tenía que tomar lo abrumaba completamente.

Jaison, viendo aquel hombre descarado acariciar a su marido de aquella manera frente a él, lo hizo explotar, le pegó un empujón a Derek para apartarlo de su pareja, pero este ni siquiera se movió del lugar ni un solo paso, el empresario sonrió sintiendo el empuje de Jaison como una brisa.

—Jaison, déjame hablar a solas con el señor Carbone, por favor —Liam se interpuso entre ambos hombres, sintiendo la presencia imponente de Derek detrás de su espalda.

—No te dejaré a solas con él —respondió Jaison, negándose a separarse.

Liam, con una mezcla de urgencia y súplica en su mirada, insistió. —Haz lo que te pido, déjame hablar con él.

La intensidad de la súplica de Liam hizo que Jaison finalmente cediera. Miró a Derek y luego a Liam, y con un suspiro resignado, salió de la oficina, cerrando la puerta tras de sí.

Derek no esperó ni que el otro terminara de cerrar la puerta, para acercarse a Liam con una sonrisa desafiante, su presencia dominante llenando el espacio, colocando sus manos en la cintura de Liam, atrayéndolo hacia su cuerpo de manera posesiva. Liam por su parte apoyó sus manos en el pecho de Derek, no aportándole del todo pero tratando de pedirle el espacio que necesitaba.

—Tú lo deseas, ¿cierto? —preguntó, sus palabras cargadas de insinuación mientras su aliento cálido rozaba los labios de Liam.

Liam sintió una oleada de nervios y deseo, su respiración entrecortada al encontrarse con la mirada penetrante de Derek. La tensión en el aire era palpable, y el conflicto en su interior se reflejaba en su rostro, deseaba tanto a ese hombre que no sabía como comportarse tan cerca de él.

—Es lo que más deseo —murmuró Liam, su voz temblando ansiosa y anhelante.

Derek inclinó la cabeza ligeramente, su mirada fija en los labios de Liam.

—Entonces, ¿qué harás? —preguntó Derek, con un susurro.

— Yo le haré entender que este trato es lo mejor para él, — dijo separando los labios, notando que Derek se relamió hambriento ante él, ansioso por comer sus labios, pero mantuvo la compostura.

— Entonces espero la respuesta, — Aceptó, alejando sus manos de su cintura para alojarse en su cuello y atraerlo a su boca, sus labios en un contacto pequeño de un simple roce. — No me hagas esperar mucho.

— No lo haré.

Bilogía Sangre Y Poder: Perversa Ambición II || BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora