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La casa de Derek era más sencilla de lo que hubiera imaginado, aunque seguía estando bien ubicada en uno de los fraccionamientos más ricos de Italia. El decorado interior, de alguna forma, era acogedor y moderno, le hacía sentir extrañamente cómodo.

— ¿Quieres una copa de vino?

— Creo que ha sido suficiente vino por hoy — musitó con una media sonrisa, mirando los cuadros colgados en el largo pasillo que llevaría a alguna parte al interior de la casa.

— Nunca es suficiente vino. Sólo una copa más.

Liam rió, escuchando la frase que hace unos momentos él mismo había recitado en el restaurante, al servirse la tercer copa de vino. Aceptó la propuesta de Derek, siguiéndolo hacia la cocina cuando éste lo invitó a acompañarle.

Lo observó desplazarse por su cocina con total confianza, ubicando correctamente en donde estaba cada utensilio que necesitaba. Lo observó destapar la botella, los músculos de su brazo flexionándose a través de su camisa de vestir. Mentiría si dijera que no estaba deseando deslizar sus uñas por esos músculos.

Derek le ofreció la copa con una sonrisa — ¿En qué piensas, Liam?

— Sólo me fijaba en lo confiado que te mueves por tu cocina, sabes en dónde se encuentra todo y me sorprende un poco, creí que tendrías a alguien que cocinara para ti y no necesitabas saber en donde hay cada cosa.

Derek rió, negando ligeramente ante el comentario de Liam, asegurando que le gustaba cocinar y lo hacía de vez en cuando, aunque admitiendo que sí tenía a alguien que cocinaba para él.

El rubio se llevó la copa a la boca, mirando a Derek ligeramente antes de sorber un poco del líquido. El pelinegro le sonrió ampliamente, correspondiendo su mirada. Liam se sintió abochornado y separó los labios para sonreír, sin dejar que su cerebro enviara primero la orden de tragar lo que tenía en la boca.

Unas pequeñas gotas de vino se deslizaron por la comisura de su boca, dejando un camino hasta su barbilla. Liam se ruborizó, levantando la mano para limpiar el rastro, pero los dedos de Derek se cerraron alrededor de su muñeca rápidamente antes de que pudiera limpiar el líquido, cerró la distancia, limpiando con el dedo índice la gota que colgaba de la mandíbula de Liam antes de que cayera, sin limpiar el camino de vino sobre la piel blanca de él.

Los grandes ojos de Liam se posaron en el rostro concentrado de Derek, quien le miraba la barbilla fijamente antes de mirarle a los ojos por un segundo. El pelinegro comenzó a inclinarse lentamente, murmurando un "permíteme ayudarte" en un tono tan bajo que Liam no supo si realmente lo escuchó o creyó hacerlo. Derek deslizó su lengua por la mandíbula de Liam, muy lentamente, llegando a su barbilla, donde comenzó a subir, siguiendo el camino que el vino tinto había dejado y concluyendo en la comisura de sus labios.

Las rodillas de Liam temblaron al sentir el caliente aliento de Derek sobre su boca, se quedó completamente quieto, mirando el perfil de este. Sólo pudo soltar un pequeño suspiro antes de que el pelinegro se apoderara de nueva cuenta de sus labios, ésta vez usando su lengua para lamerlos. Liam dio un paso adelante, entreabriendo la boca y dejando que su propia lengua saliera al encuentro de la ajena. No pudo suprimir el gemido que escapó de su garganta al sentir la calidez ajena.

Prontamente, el pequeño beso que había empezado lento y suave, se torno duro y rápido, ansioso. Derek envolvió la cintura ajena para acercarlo totalmente, uniendo sus pechos sobre las ropas. El rubio llevó sus brazos a los hombros ajenos, hundiendo sus dedos en el cabello de Derek y acariciando su nuca. El beso ahora era salvaje, podía sentir el deseo de aquel hombre vertiéndose contra su boca.

La sangre en el cuerpo del pelinegro viajó prontamente hacia el sur de su cuerpo. Le había estado deseando desde que lo vio aquella vez. Había estado ansiando arrancarle la camisa negra y descubrir cada centímetro de su blanca piel. Quería recorrer y sentir la suavidad del cuerpo de Liam, hundirse en su calor con una ferocidad que jamás había sentido antes. Quería hacerlo gemir su nombre y suplicarle por más. Y esa noche iba a hacerlo suyo, iba a enterrarse tan hondo en él que haría a Liam querer regresar por más.

Bilogía Sangre Y Poder: Perversa Ambición II || BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora