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Liam salió de la oficina de Derek, con una sonrisa dibujando su rostro que era imposible borrar, su corazón latía a una velocidad apremiante, intentando mantenerse en calma, para no darle a entender a Jaison que algo había pasado, y realmente no llegó a suceder nada, pero el simple hecho de tener a Derek tan cerca de su cuerpo y de su boca, era motivo suficiente para tenerlo hecho un manojo de nervios. Al cruzar la puerta, se encontró con un desesperado Jai que había estado dando enormes zancadas de un lugar a otro poniendo a la secretaria de Carbone nerviosa, Liam la miró y ella solo le dedicó una mirada fugaz.

Al percatarse de que ya su esposo había salido de aquella oficina, fue hasta él sin perder tiempo, y lo agarró con fuerza del brazo —¿Qué tenías que hablar tanto con él? —preguntó Jaison,  temblando de rabia.

Liam respiró hondo, mostrando una sonrisa totalmente fuera de contexto, pero era su felicidad, su momento de gloria que nadie se lo iba a joder, mucho menos su marido.

—Estuve poniéndome de acuerdo con el señor Carbone. Él está dispuesto a sacar a la empresa Kang de la quiebra. De hecho, acaba de enviar una gran suma de dinero para pagar sus deudas —dijo Liam, triunfante.

El rostro de Jaison se torció incrédulo, no podía creer que su esposo hubiese sido capaz de aceptar aquel trato.

—Liam, ¿qué fue lo que hiciste? Te dije que no iba a permitir que ese tipo te utilizara a su antojo a cambio de un maldito papel —dijo Jaison, su mirada fija en su esposo, buscando respuestas en los ojos de Liam.

Liam, aún con una sonrisa que no lograba ocultar su nerviosismo, intentó suavizar la situación.

—Tu jefe está muy contento con tu gran trabajo, Jaison —dijo dándole la vuelta a la situación—. Él está al tanto, por supuesto de solo lo necesario, que has conseguido la firma de uno de los mayores empresarios del país, o tal vez del mundo entero —continuó Liam, tomando la mano de Jaison en un intento de calmarlo—. Ya todo está resuelto.

Jaison miró la puerta de la oficina de Derek, aún cerrada, y su corazón se hundió en un doloroso vacío. El miedo y la inseguridad se reflejaban en su rostro ¿Qué había hecho Liam?

—¿Significa que vas a comenzar a salir con él? —preguntó Jaison, su voz quebrándose en cada pronunciación de aquellas dolorosas palabras.

Liam evitó mirar a su esposo, dándole la espalda mientras avanzaba hacia el ascensor. La sonrisa en su rostro era amplia, vio su mismo reflejo en las compuertas metálicas y su sonrisa se borró cuando imágenes de su boda vinieron a su mente. Él fue un hombre feliz, que lo tuvo todo en la vida, un esposo amoroso, una familia perfecta, una casa y un empleo, pero no supo en que momento todo aquello se quebró, quedando unicamente pedazos de aquel peldaño perfecto, y si lo llegaba a pensar con la mente fría, toda la culpa era de Jaison, por sus infidelidades y crueles mentiras.

—Piensa que lo hice pensando en ti —dijo Liam, con su voz apenas audible.

Cuando el ascensor abrió las puertas frente a ellos, entraron en silencio, sin la necesidad de decirse una sola palabra, porque no era necesario herirse o pasar por la vergüenza de escuchar algo que no querían.

—¿Me prometes que me vas a contar todo lo que pase entre ustedes? Cada avance o si llega a sobrepasarse contigo —preguntó Jaison, sus ojos buscando sinceridad en los de Liam.

Liam miró a su esposo, y aunque sus palabras eran una mentira, su voz intentó sonar convincente.

—Lo prometo.

Dentro del ascensor, el ambiente se volvió denso. Liam, con una determinación fría, sabía que no tenía intención de cumplir su promesa. Mientras las puertas se cerraban y el ascensor comenzaba a descender, la distancia emocional entre ellos se hacía más palpable, dejando a Jaison atrapado entre la esperanza y el dolor de una verdad no revelada.

Apenas habían pasado tres días desde que habían firmado el contrato, sin embargo no habían recibido señal alguna de Derek. Desde el momento en que cruzaron las puertas de su oficina, Jaison no volvió a hablar de ello, aunque Liam podía sentirlo, el ambiente alrededor de ellos no era como antes, su esposo se esforzaba bastante por lucir calmado y desinteresado, pero por las noches lo sostenía con fuerza entre sus brazos y pecho, como si temiera que desapareciera en cualquier momento y aferrándose de ese modo podría evitar perderlo.

El sonido de un mensaje en su celular le distrajo de sus pensamientos, haciendo que rodara por la cama vacía para poder tomarlo del buró. Jaison se había ido a trabajar hace varias horas pero Liam no tenía ganas de levantarse de la cama aquel día. Desbloqueó el celular para mirar el mensaje de texto de un número desconocido. Su corazón latió con fuerza y se enderezó en la cama cuando lo abrió y comenzó a leer.

"Estimado señor Soto, espero que esté teniendo un buen día. Me comunico con usted para acordar la hora de nuestro encuentro ésta noche.

Derek Carbone."

Respondió de vuelta con un mensaje corto.

"A las 7"

Por supuesto, la respuesta que recibió a cambio le hizo sonreír.

"Me parece más conveniente a las 6. Pasaré por usted a la hora en punto."

"No tienes que ser tan protocolar, estoy solo"

"Espero que estés listo para mí hoy, porque te pienso follar"

— Tonto— musitó echándose a reír en una estruendosa carcajada, bloqueando el celular y arrojándolo sin mucha fuerza hacia la cama.

Jaison fue a casa tan rápido como pudo en cuanto recibió el mensaje de Liam diciéndole que Derek se había puesto en contacto con él. No era ni siquiera la hora de la comida cuando cerró la puerta a su espalda.

Liam estaba en la cocina, preparando su propia comida cuando escuchó la cerradura. Volteó a la entrada para ver a Jaison apareciendo por ella, con las cejas fruncidas y los labios entreabiertos. Se miraron durante unos segundos en silencio, antes de que acortara la distancia y lo atrajera entre sus brazos, sujetándolo con fuerza contra su pecho y besando su cabeza.

— ¿Qué fue lo que dijo?

— Solamente mencionó que ésta tarde pasaría por mí a las 6. —Liam intentó separarse de Jaison en cuanto escucharon el timbre resonar por toda la casa.

Cuando Liam llegó a la puerta y la abrió, se encontró con un mensajero que extendía una caja de regalo con un moño al centro. El mensajero preguntó por él y le hizo firmar el recibido, entonces se despidió y marchó rápidamente antes de que Liam pudiera procesar exactamente lo que estaba pasando.

Cerró la puerta con el pie y se encaminó a la sala, a donde Jaison lo siguió.

— ¿Qué es?

— No lo sé, no recuerdo haber pedido nada por internet.

Ambos tomaron asiento, él se colocó la cajasobre las piernas y deshizo el moño, levantando la tapa y posteriormenteapartando el papel suave y delicado color champagne, revelando entonces un saco de color del vino más elegante y seguramente costoso. Revisó más abajo, encontrándose con toda la vestimenta completa. Un pantalón de color a juego con el saco, una camisa negra, un par de calcetines negros y unos zapatos del mismo color. Tragó saliva mientras tomaba el sobre blanco con su nombre escrito.


Miró a Jaison antes de abrir la tarjeta y leer las palabras escritas a mano con una bella caligrafía.

"Liam, espero que éstas ropas sean de tu agrado. Al verlas en el aparador no pude evitar pensar en lo magníficas que lucirían en ti. Deseo que uses esto esta noche para nuestra primera cita, de muchas.

Derek"

Sus labios se abrieron y cerraron mientras releía la tarjeta. Derek había comprado y enviado esa vestimenta para él, esperando que la usara en su aclamada noche. Jaison leyó la tarjeta luego de que él se la pasara. El hombre se llevó las manos a la cabeza, hundiendo los dedos entre su cabello y peinándolo hacia atrás. Un sentimiento de inquietud y rabia comenzaba a apoderarse de él.

— No te preocupes amor, no le daré ninguna oportunidad.

Liam sobó su espalda antes de darle un beso en la mejilla, apartando la caja lejos de ellos, para luego sonreír.




Bilogía Sangre Y Poder: Perversa Ambición II || BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora