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La habitación se llenó de una tensión palpable tras la respuesta de Derek. El silencio que siguió fue pesado, como si las paredes mismas retuvieran la respiración. Derek observaba cada pequeño gesto de Liam, desde el ligero temblor en sus manos hasta el movimiento nervioso de sus ojos. Sabía que había removido algo profundo en él, algo que no podía deshacerse tan fácilmente con promesas.

— Esa es una vida de la que no se sale tan fácilmente, Liam —dijo Derek con voz grave, casi en un susurro, como si no quisiera que esas palabras se volvieran reales al pronunciarlas en voz alta.

Liam sintió un escalofrío recorrer su espalda, el peso de esas palabras cayendo sobre él como una losa. Lo había sospechado, quizás incluso lo había sabido desde el principio, pero oírlo de la boca de Derek lo hacía innegable.

— Eso quiere decir que sí —respondió Liam, su voz temblando mientras intentaba procesar lo que significaba.

El cuerpo de Liam comenzó a estremecerse ligeramente, y Derek lo sintió de inmediato. Su primer instinto fue abrazarlo más fuerte, como si con solo hacerlo pudiera protegerlo del miedo que estaba surgiendo en él. Pero Liam se apartó un poco, creando una distancia que Derek no pudo evitar notar.

—Eso no tiene que preocuparte, jamás te pondría en peligro —respondió Derek con firmeza, su tono protector y lleno de seguridad.

Pero Liam, sin embargo, no podía ignorar el miedo que comenzaba a inundar su mente. Sentía cómo las imágenes del atentado en el centro comercial volvían a su memoria, la sensación de correr por su vida, el sonido de los disparos, la adrenalina, el miedo puro. Todo ello volvía a su mente como una ola imparable.

— Desgraciadamente, lo estaré —dijo Liam, su voz temblorosa y algo quebrada—. Mi vida puede correr peligro en cualquier momento, Derek.

Las palabras salieron precipitadamente, llenas de pánico reprimido. Liam se apartó un poco más de Derek, como si necesitara más espacio para respirar, como si necesitara distanciarse de la realidad que estaba comenzando a revelarse frente a él.

—No estoy preparado para vivir lo mismo que viví en el centro comercial —continuó Liam, con un tono de desesperación que a Derek le rompió el corazón—. Me da miedo, Derek.

Derek lo miró en silencio, entendiendo cada una de sus palabras. Sabía que lo que Liam había pasado había sido traumático. Sabía que estar a su lado podría exponerlo a un mundo del que él nunca había querido formar parte. Y lo último que quería era ver a Liam vivir con ese miedo constante, ese terror latente que él conocía demasiado bien.

—Tú necesitabas que fuera sincero, Liam, y lo he sido —respondió Derek con una calma calculada, a pesar del dolor que le causaba ver a Liam tan alterado—. Entiendo tus miedos, y yo no voy a dejar que nadie te haga daño.

Se sentó en la cama, acercándose a Liam con cuidado, intentando no presionarlo. Sabía que no podía obligar a Liam a aceptar su vida, pero también sabía que su amor por él era más grande que cualquier obstáculo.

—Si eso llega a suceder —prosiguió Derek—, te voy a proteger y mantener fuera de mi vida. Aunque si tu decisión es mantenerte alejado de mí ahora, estás en tu derecho.

Liam lo miró, sus ojos llenos de confusión y dolor. Quería creer en las palabras de Derek, quería aferrarse a esa promesa de protección. Pero el miedo a lo desconocido, a lo que podría suceder si continuaba junto a él, seguía pesando mucho más. Sabía que esa decisión no era algo que podía tomar en ese instante. Todo lo que quería en ese momento era un poco de paz, un respiro de todas las emociones que lo estaban abrumando.

—Es muy tarde —dijo Liam finalmente, con un suspiro—. Vamos a dormir y por la mañana seguimos hablando.

Liam se acomodó de nuevo en su parte de la cama, dándole la espalda a Derek. No era una decisión definitiva, solo un espacio para pensar. Derek lo observó por unos segundos más, queriendo acercarse, queriendo abrazarlo de nuevo y decirle que todo estaría bien. Pero cuando extendió su mano para tocarlo, Liam se apartó sutilmente, marcando el límite de la noche.

Bilogía Sangre Y Poder: Perversa Ambición II || BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora