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Faltaban 20 minutos para que dieran las seis en punto. Jaison estaba sentado en la sala de estar mientras Liam terminaba de vestirse. Ambos estaban enloqueciendo lentamente cada uno por su parte, pero ninguno había mencionado nada durante la tarde, pues Jaison se había quedado en casa, avisando en el trabajo que se había sentido mal.

El ruido a su espalda le hizo girarse para mirar a su esposo. Lucía glorioso en ese traje, su piel blanca y lechosa resaltaba con la combinación de colores. Era simplemente maravilloso, una joya hecha persona. Su corazón dio un vuelco, ¿Qué carajo había hecho? Liam no estaba arreglado así esa noche para él, sino para el maldito de Derek Carbone. Entonces un horrible pensamiento asaltó su cabeza, Liam lucía maravilloso en ese traje, y sin embargo, a media noche, esas ropas estarían sobre el suelo, muy lejos del cuerpo de Liam.

Había sido un imbécil, había accedido sin darse cuenta a la propuesta que Derek, y que Liam hubiese estado de acuerdo aquello tan absurdo lo estaba volviendo más loco de lo que ya estaba, su trabajo y la empresa para la que trabajaba estaban tan comprometidas con ese nuevo contrato, que ahora no podía negarse y terminar con todo lo que había logrado, no podía permitirse pensar en perder su empleo, quedarse en la calle y no lograr conseguir nada bueno luego, y ahora mismo él estaba siendo el único sustento de la casa.

Liam vio el dolor en la mirada de su esposo, y lejos de sentirse mal o culpable, estaba dispuesto a seguir con lo que había comenzado, porque Jaison tenía que sentir en su propia piel lo que él había sufrido por todo su engaño esos años, se acercó a él y le brindó un beso en la frente para luego abrazarlo con fuerza.

— Sólo es una cena, Jaison.

Jaison ya no estaba tan seguro, su corazón latía en rabia y preocupación, ahora que la noche había llegado, no podía soportar la imagen en su mente de su esposo en los brazos de alguien más, compartiendo la misma cama.

— Jamás hablaremos de ésto ¿Correcto? Simplemente lo olvidaremos y seguiremos adelante.

El sonido de la puerta les hizo saltar a ambos. Liam revisó la hora en el reloj en la pared. Las 6 en punto. Ambos se dieron un último beso antes de separarse y dejar que Liam abriera la puerta.

Ante él, se encontraba el glorioso Derek Carbone, vestido con un saco color verde y pantalones negros a juego con su camisa. Su cabello estaba revuelto de una forma bastante atractiva y le esperaba con una sonrisa en los labios gruesos. Le recorrió con la mirada al tener la puerta abierta de par en par y cambió el peso de un pie a otro.

— No me había equivocado, ese traje luce magnífico en ti.

Jaison se aclaró la garganta detrás de Liam, mirando con el ceño fruncido al hombre durante todo el tiempo.

— Ah, Jaison, buenas tardes — Derek hizo una reverencia como si no se hubiese percatado de que este también estaba presente — ¿Deberíamos irnos, Liam?

Liam asintió, se colocó los zapatos, antes de salir por la puerta sintió la mano de Jaison sobre su cintura, deteniéndolo. Se giró para encararlo, el hombre le acarició la mejilla antes de besar su frente y asentir, dejando que se marchara.

— Él es mi esposo, Derek, no se te olvide —le escuchó decir.

— No lo es por ésta noche, Jaison — el corazón de Liam dio un vuelco mientras miraba el rostro de Derek, quien le miraba a su vez y sonreía antes de cerrar él mismo la puerta de la casa ajena.

Liam estaba nervioso, sus manos no dejaban de temblar y sudar, había perdido la cuenta de las tantas veces que había secado el sudor contra los pantalones. Cuando el ascensor abrió sus puertas, Derek dejó que Liam pasara primero, luego se puso a su lado y no podía dejar de mirarle, algo que hacia que el rubio temblara ante su mirada tan ardiente y cargada de deseo, acarició sus manos, pero cuando las puertas se abrieron una vez más, se separaron un poco no dejándose ver demasiados obvio, dos vecinos de Liam, se abrían paso ante el reducido espacio, ninguno los miró, pero las miradas estaban sobre ellos. Y cuando por fin el elevador marcó el piso del sótano, Liam pudo liberar todo el aire que contenía.

Derek tomó la mano de Liam sin previo aviso y lo condujo hacia su auto, un increíble y costoso Lamborghini blanco. Le abrió la puerta del copiloto mientras él aún admiraba la majestuosidad ante él. Tomó asiento rápidamente, con su corazón latiendo con fuerza en su pecho y la palma de sus manos aun sudorosas.

— ¿Qué es lo que piensas? — le escuchó preguntar.

Liam miraba por la ventana detenidamente, concentrado en cómo la luz del sol comenzaba a desaparecer con lentitud.

— Estoy comenzando a sentirme un poco culpable, ahora que lo pienso bien, tú te has propuesto comprarme y yo de ingenuo me he vendido, pero claro, al parecer tu compras todo lo que quieres, tú me gustas, mucho, no te lo voy a negar, pero yo debería darme mi lugar.

Su voz sonó más dura de lo que pretendía, la risa de Derek le hizo girar el rostro para mirarle conducir. Ambas manos al volante y los ojos fijos en la calle, Derek lucía tan atractivo como siempre.

— Puedo imaginar la clase de imagen que tienes de mí, Liam, pero no soy así.

—Realmente no te conozco Derek —dijo Liam suavizando su voz, —¿qué puedo saber sobre ti? lo poco que vi de ti en aquel lugar el día del incidente, fue solo físico, algo que me gustó tanto que no pude sacarte de mi cabeza ni un sólo día, pero en realidad no te conozco, me he dejado guiar por mis instintos de adolescente mal follada, —aquella confesión de Liam lo hizo reír nuevamente.

—Si ese ataque de arrepentimiento que te ha dado, significa que no quieres nada conmigo, entonces puedo regresarte a tu casa Liam, —dijo Derek deteniendo el coche y apoyándose en el volante sin dejar de mirarle, Liam por su parte sintió un trago amargo recorrer su garganta.

—No, yo...si quiero —respondió desviando la vista.

—Tú me gustas Liam, y creo que te lo he dejado claro, pero puedo hacer muchas cosas simples que harán que te enamores de mí, y entonces aprenderás a conocerme —fue lo único que dijo para luego poner el coche nuevamente en marcha.


Bilogía Sangre Y Poder: Perversa Ambición II || BlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora