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-117 d.C.-
-King's Landing-

Daera caminaba hacia Pozo Dragón llevando a Jacaerys y a Lucerys con ella, quienes contaban con solo tres y dos días del nombre respectivamente. No estaba muy feliz de que le encomendaran aquella tarea, pero Jace debía practicar el dar órdenes a Vermax mientas que ella junto a Luke debían poner atención y aprender. Otra razón por la que debía llevar a los niños al Pozo era para alejarlos del un poco complicado parto que estaba teniendo Rhaenyra, quien acababa de entrar en labor hace poco y los niños se habían puesto nerviosos al oírla gritar. Era su tercer parto y esta vez Daera esperaba que el niño fuera rubio, ya había entendido la razón de los rumores y aunque defendía a sus sobrinos y aseguraba que todo se debería a la sangre Baratheon que también corría por sus venas era más que notable que los niños de verdad eran bastardos. Se suponía que la sangre Targaryen era fuerte, ella no se explicaba por qué los hijos Rhaenyra no heredaban ni uno solo de los rasgos de su madre... quizá un castigo de los dioses por sus actos pecaminosos.

— ¿Crees que mamá esté bien? - preguntaba el pequeño Jace a su tía mientras se acercaban a los entrenadores; Aegon y Aemond esperaban ya con caras de aburrimiento junto a ellos.

— Espero que si, tu madre es muy fuerte - respondió la joven mientras le dedicaba una sonrisa.

En cuanto llegaron junto a los Príncipes mayores ambos pelinegros se acercaron a los entrenadores para que estos explicasen lo que Jacaerys debía hacer y que Lucerys comenzara a aprender. La Princesa saludó cortésmente a sus primos, si bien no le agradaba en lo absoluto Aemond se le había educado para ser una dama gentil, respetuosa y cortez, así que lo saludó de manera apropiada aunque este no le respondió, a ella poco le importó aquello. A Aegon por otro lado le dedicó una agradable sonrisa sumada a su saludo y el mayor de los Príncipes le devolvió el gesto acercándose a ella.

— ¿No te molesta compartir tanto con esos bastardos? - susurró el joven a su lado, Aemond prestó atención a su conversación desde su posición.

— Son nuestros sobrinos, disfruto compartir con mi familia - respondió ella susurrante y luego agregó - debes dejar de llamarlos así, si alguien te escucha estarás en problemas.

— Solo míralos Daera - dijo él queriendo señalar lo obvio.

— La sangre de los Baratheon corre por sus venas, es una sangre fuerte - aseguró ella, tal como su padre le había dicho que debía responder si alguien hablaba sobre el color de cabello de los niños. Aemond negó divertido mientras pensaba que su prima era más tonta de lo que él creía.

Un rugido llamó la atención de los jóvenes, los entrenadores acercaban a Vermax al lugar, Daera retrocedió con disimulo mientras mantenía su rostro tranquilo aunque los nervios la estuvieran invadiendo. Aegon bostezo a su lado ya aburrido de estar allí.

Cuando Jacaerys le dio la orden a Vermax de que escupiera fuego y el dragón soltó su llamarada en dirección al cordero Daera se tensó ligeramente, agradecía que nadie le estuviera prestando atención, especialmente Aemond, porque aquello en definitiva le daría lugar a burlas. Una vez que Vermax acabó de devorar al animal los entrenadores se lo llevaron dejando a los niños solos en la entrada a Pozo Dragón.

— Hermano - murmuró Aegon con una sospechosa emoción, Daera lo miró divertida, si lo conocía bien venía alguna burla - tenemos un regalo para ti.

— ¿Un regalo? - preguntó con ligera sospecha él mientras observaba a Jace y Luke acercarse a un lugar oscuro.

— Si, nuestros sobrinos lo traerán - la diversión era palpable en el tono del mayor de los Príncipes - conseguimos un dragón ¡sin jinete!

Fuego y Dragones (+21) - Aemond/Aegon Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora