Fuego y Dragones (+21) - Aemond/Aegon Targaryen.

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-King's Landing-

Esa mañana todo era un caos, un verdadero caos. Aemond había ordenado a seis guardias, sumando a Sir Qarl, que protegieran a Daera a toda costa, nadie más que él podía acercarse a ella ese día, ni siquiera permitía que Jahaerys o Jahaera se acercaran.

Ya habían embalsamado e incinerado el cuerpo del Rey, ni siquiera avisaron a Rhaenyra o Damon, ni siquiera dejaron a quien sea asistir, solo Alicent fue testigo. Aegon había desaparecido durante la madrugada cuando se le dio la noticia, se había embriagado y yacía inconsciente en el suelo del Septon, oculto de todos mientras era desesperadamente buscado; por órdenes de Otto se le coronaría esa misma tarde como Rey, no se perdería tiempo, no se arriesgarían a que la noticia viajase a Dragonstone y Rhaenyra reclamará su trono antes que Aegon, puesto que el pueblo ya había sido notificado de la coronación.

A los oídos de Otto llegó la información de que Aegon se encontraba ebrio en el Septon, como era costumbre environ a Aemond por él, en compañía de Criston Cole. El Príncipe tuerto se marchó enseguida en busqueda del futuro Rey, aunque no muy feliz de tener que hacerlo.

Mientras tanto Helaena era apuntada por los guardias dispuestos al cuidado de Daera, la futura Reina quiso acercarse a ella pero tampoco lo tenía permitido, y cada uno de esos guardias prefería morir por traición antes que ser desleales a Aemond.

— Lo lamento - murmuraba Daera a su prima - Aemond ha insistido - los ojos de Helaena parecieron perdidos por un momento.

— Las bestias eligen a quien obedecer, no las dominamos - murmuró la futura Reina.

— Helaena - era la voz de Alicent - debes ir a prepararte - la Reina apareció con Otto siguiéndola - tú también, Daera, la coronación será pronto.

— Mi lealtad está con Rhaenyra - siseo con amargura Daera.

La Princesa se giró y caminó con paso firme hacia su habitación, no era tonta, sabía que se acababa de condenar a si misma. Otto observó como se marchaba y se apresuró lejos del lugar para ordenar su captura de manera y estratégica. La chica tenía a siete hombres protegiéndola, no sería fácil aprenderla con un enfoque directo, debía ser un movimiento inteligente. Catorce guardias fueron enviados al pasillo de las habitaciones para atacar a los siete dedicados a la protección de Daera, mientras en el pasillo se libraba la pelea Sir Arryk entraba por los pasadizos y sometía a la Princesa para llevársela, cubrió su boca y sujetó bruscamente su cuerpo arrastrándola por la oscuridad. Sir Qarl fue quien sobrevivió a la emboscada, muy herido por cierto, cuando entró a la habitación sus ojos visualizaron el desorden y la puerta oculta abierta, maldijo para sus adentros apresurándose a entrar a los pasillos ocultos, sin embargo no supo a dónde ir, no conocía esos pasillos y el suelo al ser de piedra no dejaba un rastro que el pudiera seguir.

Aemond por su parte perseguía a Aegon por la calle hasta que alcanzó a sujetarlo con brusquedad por la nuca haciéndolo girar en su dirección, el mayor de los Príncipes  sujetó con ambas manos el rostro del menor, mirándolo con súplica.

— Déjame ir - le pidió - no te molestaré, ni a Daera... Tomaren un barco a la ciudades libre, no sabrás más de mí - Aemond lo miró por varios segundos, la idea de que el estuviera lejos de Daera lo tentaba pero si Aegon desaparecía le tocaría a él ser el Rey Regente, Jahaerys era demasiado pequeño para un reclamo, si lo dejaba huir no podría huir él mismo con Daera.

— Tienes un maldito deber - le siseo en respuesta, el Rubio mayor trato de escapar de nuevo pero el menor lo alcanzó por una pierna y se fueron a los golpes. Quizá demasiados por parte de Aemond, pero es que el tuerto estaba aprovechando vengarse un poco, estaba disfrutando la golpiza que le proporcionaba... incluso tuvo que ser detenido por Cole.