Fuego y Dragones (+21) - Aemond/Aegon Targaryen.

-5-

-120-125 d.C.-
-King's Landing-

La noche en que la Princesa Rhaenyra y Daemon se marcharon a Drangonstone fue la misma noche en la que el aprecio que la Reina Alicent sentía hacia Daera desapareció por completo, bien justificado si lo pensamos, la niña le sacó un ojo a su hijo y le dejó el rostro marcado de por vida. A partir de esa noche comenzó a envenenar la cabeza de sus hijos con desprecio hacia ella, tal como llevaba años haciendo con el desprecio hacia los hijos de Rhaenyra. Fue fácil hacer que Aemond la odiara, ya la detestaba y era el más afectado de manera negativa, de hecho no fue necesario que envenenara la mente del Príncipe menor, él solo se la estaba envenenando; con Helaena por otro lado, las palabras de Alicent sobre la niña no parecían tener efecto, la Princesa seguía igual que siempre, en su mundo y con sus opiniones claras, aún así Alicent seguía desprestigiando a la muchacha frente a su hija. Aegon fue un caso muy particular, el muchacho tenía un gran afecto hacia la niña, incluso estuvo intercambiando cartas con ella durante un largo tiempo, hasta que Alicent lo descubrió y se lo prohibió, claro que él seguía recibiendo cartas de parte de ella, las leía con entusiasmo y le alegraba saber que estaba bien, aunque debía ocultar ese sentimiento; su madre seguía tratando de meterse en su cabeza tratando de generar odio en el chico y en un momento dado, quizá no dejó de sentir por completo cariño por la muchacha, pero de tanta mala habladuría de su madre empezó a creer algunas cosas; sumado también a las personas que le hacían llegar falsos rumores sobre ella, enviadas por Otto y por su madre... la relación de Aegon con su familia estaba rota, entre todos estaba rota en realidad, pero especialmente la de Aegon y Aemond se había destruido... todo esto llevó al Príncipe mayor a generar un particular gusto por el vino, el estado de embriaguez lo hacía olvidar todo el problema, dejaba de pensar en lo complicado de las cosas y se sentía feliz al menos por un corto periodo; claro que la reseca le pegaba muy mal luego, aún así no dejaba de embriagarse a diario.

Durante los años que siguieron a esa noche cada uno evolucionó a su manera, era una familia disfuncional y con poco aprecio entre ellos, incluso cruzaban los límites del respeto. Viserys había enfermado, heridas que se negaban a sanar se esparcían por su cuerpo y desprendía un olor casi putrefacto de ella; usaba el tiempo en que se sentía bien para trabajar en su maqueta de Poniente, la cual estaba casi terminada; mientras tanto la Reina Alicent y Sir Otto, Mano del Rey, se encargaban de cumplir las funciones políticas del monarca; mientras la Reina era su voz en el consejo, Otto era quien tomaba las decisiones. Es importante destacar que en ningún momento consideraron prudente informar a Rhaenyra y a Daemon sobre el estado de salud del Rey.

En cuanto a los Príncipes; la vida de Aegon lucía sencilla, embriagarse y visitar burdeles, engendrar bastardos e ir a centros de peleas... Sin embargo era más complejo que eso, el muchacho vivía deprimido en su interior, su ojos lucían melancólicos y rara vez se le veía sonreír estando sobrio. Él se sentía solo y deprimido, con el alcohol como su único refugio, abandonó sus clases de Valyrio y rara vez salía a montar en Sunfire, no era diestro con la espada y aunque tenía buen físico no se le consideraba muy alto ni tampoco un guerrero. Pese a la insistencia de su madre y su abuelo Otto, el muchacho se negaba a ser rey una vez su padre pereciera, no quería eso para él, él solo quería ser libre de vivir como quisiera, sin embargo no se le permitía. Fue obligado a desposar a su hermana Helaena, aquello lo hundió más en su estado depresivo; aunque de cualquier forma él muy poco le prestaba atención a ella, cumplió su deber de casarse y engendrar herederos, no era un padre presente ni mucho menos uno bueno... no era un matrimonio feliz, tampoco agradable. Otra cosa que desarrolló el Príncipe mayor en esos años fue un egocentrismo y egoísmo impresionante, así como también diversos problemas para el manejo sano de sus emociones. Especialmente la ira y la frustración.