Fuego y Dragones (+21) - Aemond/Aegon Targaryen.

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-126 d.C.-
-Red Keep-

Los nobles elegidos para llevar a cabo el juicio se posicionan en sus respectivos lugares mientras la corte comienza a llenarse, Lord Vaemond Valaryon acaba de llegar y está siendo escoltado al salón del trono, la familia ya se encuentra en el lugar.

Otto se encontraba sentado en el trono, dos hombres más a sus lados. Alicent estaba de pie cerca de ellos con sus tres hijos junto a ella, Aemond justo detrás de Aegon y Helaena, era mucho más alto que ellos. Frente al trono a una distancia considerable estaba Daemon junto a Daera, a su lado Rhaenyra y sus dos hijos mayores, el resto de los niños se encontraba con las nanas, a un lado de todos estaba Rhaenys. La mirada de Daera recorría a cada uno de sus familiares al otro extremo, sus semblantes eran serios, salvo por Aegon, quien tenía una ligera mueca de sonrisa en dirección a Daera ¿Que acaso había olvidado su encuentro de la mañana? El chico debía estar realmente loco, pero en realidad estaba un poco ebrio, nuevamente.

Otto pidió a Vaemond que expresara su reclamo, sin embargo cuando este estaba a punto de iniciar la puerta principal se abrió dejando ver a un mal trecho Viserys, ninguno de los jóvenes príncipes había visto al Rey desde que llegaron, así que la sorpresa fue instantánea, llevaba su máscara de oro y su corona puesta. Caminaba lento, casi a rastras, con un bastón.

— Hoy me sentaré en el trono - declaró el Rey, Otto se paró de inmediato. La sala estaba en silencio mientras Viserys se esforzaba por llegar al trono, caminaba encorvado con la cara en dirección al suelo, cuando estuvo al pie de las escaleras del trono la corona se le cayó, Sir Otto hizo el intento de ayudarle pero el Rey se negó, siguió subiendo con pesar. Daemon se acercó a él y rápidamente lo sostuvo, el Rey estuvo a punto de refutar pero se detuvo cuando vio que se trataba de su hermano. El Príncipe canalla le sirvió de apoyo hasta que llegó a sentarse sobre el trono, luego recogió la corona y con sumo cuidado se la puso antes de volver con Daera, quien no podía dejar de ver a su tío con pesar, lucía realmente mal y ni hablar del olor - bien, continué Lord Vaemond - habló Viserys.

— Mi hermano, majestad - comenzó el hombre - ha desaparecido en alta mar, hace ya varios días, creermos que ha muerto y he venido a reclamar mi derecho como familiar más cercano vivo para tomar el señorío de Drinftmark.

— ¿Qué opinaría su hermano de esto? - preguntó Viserys - ¿alguna vez manifestó el deseo de que usted le sucediera?

— No mi Rey pero...

— Sin embargo - intervino Rhaenyra - si manifestó el deseo de que fuese Lucerys el heredero de Drinftmark.

— Eso es una tontería ese niño...

— Mi esposo, majestad - ahora era Rhaenys quien lo interrumpía - decretó en vida su deseo de que Lucerys Velaryon fuera el señor de las mareas tras su muerte. Siempre fue muy claro en eso.

— Siendo así no hay nada más que escuchar, Lucerys Velaryon será el nuevo Lord de Drinftmark.

— Usted puede llevar su casa como le plazca - siseo con amargura Vaemond al Rey - pero mi casa no aceptará a ese niño como heredero. Él no es un Valaryon... - un silencio sepulcral se hizo presente. Vaemond estaba preso de la ira.

— Adelante - lo retó el Rey - dígalo. 

— Ellos - exclamó Vaemond señalando a los pelinegros - son bastardos y su madre es una golfa.