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-Winterfell-

Daera debía admitir que al menos desde las alturas Winterfell lucía muy hermosa, estaba toda cubierta un blanco manto que parecía brillar. El viaje desde Dragonstone no fue tan largo como pensó, quizá porque Meraxes esa grande y veloz en comparación con otros dragones que habían hecho la ruta.

Aterrizó a las afueras del castillo y fue cordialmente bienvenida por una mujer desconocida y un pequeño que se le hacía bastante familiar.

— ¿Rikkon? - indagó sonriente mientras se acercaba.

— Si, Princesa - respondió el pequeño y ella se agachó a su altura mirándolo con una amplia sonrisa.

— Has crecido mucho - le dijo y el niño se enderezó orgulloso - he venido a ver a tu padre.

— No se encuentra - respondió una voz femenina junto al niño.

— Disculpe mis modales Lady... - la Princesa alargó la palabra en espera del nombre.

— Alysanne Blackwood - respondió la mujer con un poco de amargura - esposa de Cregan.

— No sabía que se había casado, mis felicitación - dijo con educación Daera - ¿dónde puedo encontrarlo? Me han enviando con un mensaje urgente para el, de parte de la Reina Rhaenyra.

— Está en el castillo principal de la muralla - respondió ella.

— Si me disculpan, lamento lo breve de mi visita - sin esperar mucho más Daera subió a lomos de Meraxes y lo dirigió hacia la muralla, quedó maravillada ante la amplitud y grandeza de la misma, ella solo la había visto en dibujos y leído sobre su descripción, nunca la había visto en persona, era majestuosa.

Aterrizó fuera del castillo y tan pronto bajo del dragón el animal voló a lo alto del muro y se sentó sujetando sus patas del borde, Daera fue recibida por hombres de la guardia nocturna que la guiaron por el castillo hacia un elevador, el cual la llevaría a la cima del muro, donde Cregan se encontraba contemplando las tierras más allá de la muralla, sabiendo que un Targaryen se aproximaba a él, el dragón se encargó de anunciarlo, aunque no sabía cuál.

— Mi Lord - mencionó uno de los hombres que vestían el negro - la Princesa Daera de la casa Targaryen solicita hablar con usted.

Cregan se volteó con ojos destellantes, es cierto que hacía años no la veía, que no había vuelto a insistir en desposarla y que poco había sabido de ella pero vaya que la soñaba cada tanto, aún casado y aún con nuevos hijos, una parte de él seguía deseando ser quien calentara la cama de Daera y la protegiera.

— Que grata sorpresa, Princesa - Cregan le hizo señas a los hombres para que los dejaran solos - ¿el dragón es suyo?

— Así es - respondió ella sonríete - muy protector a demás.

— No lo dudo - dijo él, aprovechó el momento en que Daera se giró para ver más allá del muro y la recorrió de arriba abajo con la mirada, tan hermosa como la recordaba, las capas abrigadas de ropa no ocultaban su bonita figura... a él le precio que lucía encantadora en el norte.

— Vi a Rikkon, ha crecido mucho - murmuró ella - será un hombre grande, como su padre.

— Esperemos que leal y honorable también, será el futuro señor de Winterfell - mencionó Cregan no queriendo revelar el burbujeó de emoción que sintió cuando Daera lo llamó grande.

Fuego y Dragones (+21) - Aemond/Aegon Targaryen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora