Capítulo 3

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Dos días antes

(3 días en Amphibia)

Con Anne

En la noche anterior Abu Hop le dio cobijo a Anne dándole como habitación el sótano; aunque no era de lujo, la azabache agradecía tener un techo en donde dormir. Aunque tuvieron que reacomodar algunas cajas a un lado, no era problema para las ranas; Anne quería ayudar también, pero lamentablemente Abu Hop no la dejó debido a que tenía que descansar por su herida.

Resignada, la ojo marrón se mantuvo sentada en las escaleras del sótano, mirando a sus nuevos amigos mover las cajas, algunas más pesadas que otras. Al final, cuando terminaron, todos se fueron a dormir. Abu Hop le había dejado un colchón para que durmiera cómoda.

Cuando ya todos estaban en su habitación, cada uno se durmió en su cama. Tres de los cuatro que habitaban esa casa durmieron plácidamente sin ningún problema; para mala suerte de Anne ese no fue el caso de ella.

En el sueño.

Anne se encontraba en un pueblo deshabitado que tenía muchas casas alineadas en una sola dirección, haciendo dos columnas horizontales, teniendo en medio a la azabache. Ella caminaba entre los edificios con algo de miedo, sin entender él porque estaba ahí.

—Tú nos mataste...

Anne se giró rápidamente tras escuchar esa voz susurrante, pero nadie estaba ahí. Ella suspiro de alivio y comenzó a voltearse nuevamente, siendo esa decisión su desgracia y pesadilla.

Cuando se giró y miró al frente, un grupo grande de ranas que ella no conocía, pero que la hacía sentir...extraña estaba enfrente de ella; junto a ese grupo también estaban dos sapos que tampoco conocía, pero ellos se agarraban de las manos.

—¿Por qué lo hiciste? —Preguntó el sapo de la derecha mientras la miraba con ojos blancos.

—¿H-hacer qué? —Preguntó Anne en tartamudeó.

Entonces, ese instante todos sin excepción fruncieron su cejas y la apuntaron con sus dedos para decir al unisonó y en voz alta: —¡Tú nos mataste!

Entonces, un escalofrió que hizo que se le inquietara todo su cuerpo subió desde su espalda hasta su nuca.

—Eso no es verdad —Murmuro, defendiéndose de aquellos que la acusaban de asesinato.

—Tan descarada para olvidarnos

—¡Te dijimos que te detuvieras!

—¡¿Pero ¡¿qué hiciste?! —Anne comenzaba a caminar hacia atrás a pasos lentos, mientras comenzaba a hiperventilar.

— ¡Seguiste apuñalándonos!

— ¡Sin piedad!

— ¡Sin compasión! —Los sapos y ranas comenzaron a acercarse a Anne mientras esta se echaba para atrás asustada y se llevaba su mano derecha a su pecho presionándolo con fuerza.

—¿Por qué huyes? —Preguntó ahora el sapo hembra de cabellera rubia. — Tienes que pagar por tus pecados.

— No, ¡No! ¡Aléjense de mí! ¡yo no les hecho nada! — La azabache comenzó a correr a dirección contraria de ellos, todo se volvió negro Anne cerro los ojos y comenzó a caer sobre un abismo oscuro.

— ¿Quién eres? — Anne nuevamente los abrió y veía una pequeña mariposa de color azul con líneas negras aleteando enfrente de ella. — ¿Quién eres? — Pregunto nuevamente al parecer la mariposa, Anne la miro sin entender y con duda respondió.

Amphibia: El comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora