Capítulo 1 | Home Sweet Home (o no)

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Chiara Oliver

Ay, Menorca. Hogar dulce hogar. Al fin estoy de vuelta. Desde que terminé la gira, no había tenido tiempo ni para respirar más allá de lo estrictamente necesario pero por fin pude tomarme unas vacaciones antes de volver a casa. Si hace 10 años me hubieran dicho que Los Ángeles sería el lugar al que yo denominaría casa, no me lo hubiese creído ni por asomo. Pero ahora no era el momento de pensar en eso. Estaba en mi casa de siempre, en Ciutadella. Podía respirar la paz en cada rincón que recorría de la isla. El aire olía a sal, la única música que recorría las calles eran los movimientos que hacían las olas del mar, y el sol era cálido, como un abrazo suave y cariñoso. Pero toda esa paz y tranquilidad se esfumó de golpe cuando recibí la puta invitación.

- No voy a ir, Jas. Deja de intentar convencerme porque lo único que haces es malgastar saliva- Fruncí los labios y elevé las cejas en un intento fallido de hacerle ver que la situación me era indiferente

- Era tu mejor amiga, Keeks - Dijo la pequeña de los Oliver con un tono de cansancio en la voz

- ¡Exacto!- Le interrumpo con una exclamación que, a juzgar por su cara, no se esperaba- ¡Era! En pasado. Not anymore- Realmente me estaba esforzando por parecer indiferente pero mi querida hermana estaba empezando a desquiciarme con el tema de la semana

- Estás siendo una inmadura - Se cruzó de brazos interponiéndose en mi camino. Yo no tuve otra opción que soltar la mochila que cargaba en mi brazo y soltar un bufido de cansancio

- Estoy siendo como me da la gana. Por una vez, estoy haciendo las cosas por cómo me hacen sentir a mí, no al resto. Ahora, si me lo permites, me voy a la playa, que he quedado con Rus- Intenté alargar mi brazo para abrir la puerta, pero Jasmine se interpuso con esa mirada acusatoria que ya era una vieja amiga para mí

- Esto es muy injusto para Violeta, y lo peor de todo es que lo sabes. Sabes que no se lo merece pero tu te has creado una imagen irreal en tu cerebro que la hace parecer un monstruo. Pero, que yo sepa, invitarte a su boda y encima hacerte partícipe de algo tan importante, no es algo que haría un monstruo

- No quiero seguir hablando de esto - La conversación estaba un tomando un rumbo que no me convenía, no después de todo lo que he pasado

- ¿Ves? Siempre haces lo mismo. Cuando las cosas no son como tú quieres, te alejas, sin importarte nada. Hiciste lo mismo con ella

- No sigas por ahí, Jasmine. Tu no sabes nada de lo que pasó - Yo seguía intentando recoger mis cosas y salir de una vez de esa maldita casa cuyas paredes parecían hacerse cada vez más estrechas

- Puede que tuviera 15 años pero no era ninguna tonta- Escupía las palabras con rabia, como si se hubiese estado callando durante años- Desde que Violeta empezó a salir con Lucas, te alejaste de ella como si tuviera la lepra solo porque no fuiste valiente para declararte a tiempo - Y la gota colmó el vaso

- ¡Enough! - El estruendo que se escuchó por toda la casa al soltar con rabia mi mochila unido a mi grito lleno de ira descontrolada hicieron que mi hermana diera un respingo en su sitio y tensara cada centímetro de su cuerpo- ¡Tu no sabes nada de lo que pasó! ¡Nada! Así que no me vengas con tu discursito de chica súper madura. Sé perfectamente lo que debo hacer, y tú no eres nadie para juzgarme- La ira recorría mis iris verde que, a estas alturas, eran un bosque en llamas

- No estás hablando en serio - Susurró con las pocas fuerzas que le dejaban las lágrimas que se le acumulaban en los ojos. No estaba acostumbrada a verme ese estado, con la vena del cuello palpitando a mil revoluciones y los ojos ardiendo en cólera. Y, para ser sincera, yo tampoco estaba acostumbrada a verme así. Yo solo me ponía así cuando se trataba de ella, y por eso la odio.

Dama de Honor | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora