Chiara Oliver
El refresco caía lentamente por mi copa y yo solo podía darle las gracias mentalmente al personal de mantenimiento de este dichoso complejo por no haber cambiado el dispensador cuando tocaba, al menos así podía tener tiempo de pararme a pensar qué demonios estoy haciendo. Estoy comiendo con ella, tranquilamente y no solo eso, haciendo confesiones que no me convienen. Nunca pensé que diría esto, pero ojalá Rus estuviera aquí para darme una colleja.
Desde pequeña, he sido una persona que ha evitado a toda costa el conflicto. Siempre sonrío y agacho la cabeza. No me sale ser borde con la gente, no es algo que me salga natural y mucho menos algo que pretenda. Sin embargo, soy perfectamente consciente de que no estoy haciendo las cosas bien. No quería que tuviéramos un ambiente tenso, pero hay una gran diferencia entre contestar con monosílabos y dejar entrever mi incapacidad para olvidarla.
Al menos, aunque esté envuelta en esta encrucijada, tengo una cosa clara: se acerca el día de su boda y, por mucho que se lo merezca, no quiero hacer de estos días un infierno. Voy a tragarme todos estos años, guardarlos en lo más profundo de mi ser y limitarme a hacer preguntas superficiales. Ya sabéis... ¿Cómo te pidió la mano? ¿Cómo va a ser la decoración de la boda? ¿Sigues trabajando en el canal autonómico? Las típicas preguntas que no tocan temas que deben quedarse donde están: escondidos en un cofre en lo más profundo de la Fosa de las Marianas.
- Bueno, y cuéntame - Volví a la mesa con la mejor de mis sonrisas, incluso me dolían las comisuras de los labios- ¿Cómo fue la pedida de mano? - Me miró como si hubiese dicho una locura, como si hablase en otro idioma o como si hubiese insultado a su padre, no sabría describirlo exactamente. Dí un sorbo a mi copa mientras observaba sus gestos. Miraba la mesa mientras murmuraba un "eh". ¿Tanto tenía que pensar una respuesta tan sencilla?
- Fue durante un camping en el bosque. Me convenció para pasar el finde en la naturaleza y me lo pidió la última noche frente a la hoguera - Hablaba con una tímida sonrisa en sus labios. Le da vergüenza hablar de esto. ¿Por qué te da vergüenza, novia del año?
- Muy romántico - Contesté mientras asentía - Pero tu odias el campo. Decías que no había necesidad de estar rodeada de bichos cuando podrías estar tirada en la playa tomando el sol - Me lanzó una mirada desconcertante. Sorprendida de que recordara ese detalle y mucho más de que lo sacara a relucir. Realmente no lo había dicho para demostrarle que recordaba cada detalle que la hacen ser ella, sino para hacerle ver que su fiancée no la conoce una mierda. Ups
- Bueno... A Lucas le gusta mucho el campo y con el tiempo he aprendido a valorarlo- A lo mejor ella se cree que así me convence
- Claro... - Ambas sabíamos que no me había creído una sola palabra pero dejemos la fiesta en paz, por ahora. Seguimos comiendo en silencio hasta que volví a hablar
- ¿Dónde va a ser la ceremonia? Porque soy la dama de honor y lo único que sé de la boda es que tú eres la novia- Nos reímos brevemente pero sabía que tenía razón, por lo que dio paso a las disculpas
- Perdona, tienes razón. No te he contado nada y...- Antes de comenzar con esa verborrea que siempre le salía cuando se ponía nerviosa, alcé la mano indicándole que no era para tanto
- No te preocupes. No hemos hablado y ni siquiera sabías si iba a aceptar. Pero puedes empezar a contarme como va a ser la boda del año mientras te terminas esa ensalada tan... repulsiva - Comenté con cierto desagrado reflejado en mi rostro. Ella, tras soltar una tímida carcajada, empezó a darme los detalles.
- A ver, la ceremonia será en la iglesia que está en el sur y...- Había sido una mala idea estar bebiendo cuando dijo aquellas palabras. Me atraganté casi escupiendo la mitad de la copa al escuchar la palabra "iglesia". Ella se apresuró a darme unas servilletas para secar el desastre que había formado en un instante
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Dama de Honor | Kivi
FanfictionTenía la vida de ensueño. Lujos, caprichos por doquier, y podía decir que todo se lo había dado el amor de su vida: la música. Pero, tras recibir una invitación inesperada, sus miedos más profundos volverán a salir a la luz como si nunca se hubiesen...