Capítulo 11| El Gatillo

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Chiara Oliver

7 años, 3 meses y 7 días antes
Cuando se apretó el gatillo

- A ti te pasa algo- Dijo Rus señalándome con la patata frita que sujetaba antes de comérsela de un bocado

- Ya empezamos- Susurré apartando la mirada y dándole un bocado a mi hamburguesa

- A ver, mírame- Hice lo que me pidió- Sí, a ti te pasa algo

- Algún día tendrás que explicarme cómo sabes que me pasa algo con solo mirarme- Es una habilidad que aún conserva

- ¿Eso significa que admites que te pasa algo?

- No, en absoluto

- Pues me llevo el secreto a la tumba. Como harás tú con lo que sea que te pasa- Martin se limitaba a mirar la conversación como si fuese un partido de tenis, aunque en realidad estábamos en un restaurante de comida rápida con una "M" amarilla gigante en la entrada

- Rus, stop it. No me pasa nada

- A mí no me engañas, Kika Superbruja. Pero ya me lo contarás, soy paciente

- If you say so. Martin, perdona a esta tía por haberte interrumpido, sigue hablando

- ¡Oye!- Exclamó la ucraniana lanzándome una patata, fingiendo enfado

¿Que si me pasa algo? Me pasa de todo. Hace cuatro días de la noche que pasé con Vivi. Cuatro días en los que no he tenido noticias suyas. No sube historias, no me manda vídeos graciosos y, lo peor de todo, no responde a mis mensajes. Es como si se hubiese desvanecido de un plumazo. El primer día sin señales de vida por su parte, lo justifiqué pensando en que estaría ocupada con su familia, aún sabiendo que Violeta siempre me avisa cuando llega a casa. Al segundo día, me aventuré a mandarle un mensaje preguntándole que si había llegado bien y que cómo lo estaba pasando. Sin hacer alusión a nada de lo que pasó en su habitación aquella noche. Solo era su mejor amiga preocupándose por ella. Pero, dos días más tarde, aún no me ha dicho nada, y la ausencia de ticks azules me demuestran que no se ha molestado en entrar en nuestro chat.

Y, si os soy sincera, estoy a punto de volverme loca. Pensé que si aceptaba salir a comer con mis Marruskis, dejaría de comerme la cabeza, que podrían distraerme, pero teniendo en cuenta que he revisado el móvil 10 veces en menos de dos minutos, no está surtiendo mucho efecto. Me encantaría contárselo, poder gritar de emoción por la noche de desenfreno que pasé junto a la protagonista de todos mis sueños, porque sé que si ellos lo supieran, serían capaces de hacer una fiesta en mi honor. Odio mentirles, va en contra de mi naturaleza. Pero no puedo irme de la lengua. Al fin y al cabo, Violeta siempre ha sido hetero de cara al público y yo jamás revelaría de la sexualidad de nadie como si fuese un simple chisme, y mucho menos le haría algo así a mi mejor amiga. Además, Vivi abandonó nuestra... su cama antes de poder hablar, por lo que no sé cómo está con todo esto. Aunque me caracterice por ser una persona optimista, su repentina desaparición solo indica una cosa: se arrepiente. Lo que para mí fue una de las mejores noches de mi vida, Violeta la recuerda con arrepentimiento y desagrado. ¿Y si hice algo mal? ¿Y si la presioné? ¿Y si...? Tan solo de pensar en ello, se me encoge el pecho, se oprime hasta formar un ovillo que impide que el aire llegue bien a mis pulmones.

- Oye, Kiki. Ahora en serio. ¿Estás bien?

- Estás pero a la vez no. Cuéntanos qué ocurre- Añadió el vasco a la inminente pregunta de Ruslana. Ambos me miraban con una preocupación incipiente en los ojos

- No puedo contároslo- Dije con la voz pequeña

- Tú puedes contárnoslo todo- Dijo Martin, acompañando sus palabras con una caricia sobre mi mano, dejando la suya encima

Dama de Honor | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora