Las tres almas

VIII

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Estamos de nuevo en la estera, no puedo creer mi suerte, lo bueno es que mejore a la hora de dar golpes fuertes y en los bloqueos.

Pero eso no me ayudaba ni a calmar mis nervios ni a mi ansiedad.

Me había quitado la chaqueta que llevaba puesto y me había quedado en camiseta otra vez, aunque esta vez me había arremangado las mangas, haciendo que se me vieran los brazos desnudos, junto a mis cicatrices.

Estamos esperando en el borde de la ancha estera negra, mientras Violet y yo vemos como Rhia aplasta a su oponente. Es un chico del Ala Dos, y en unos segundos ella lo atrapa en una llave de cabeza y lo deja sin aire. Ese movimiento nos lo ha intentado enseñar durante las últimas semanas. Yo he podido más o menos imitarlo, pero a Violet le cuesta más.

-Hace que parezca tan fácil...- le dice Violet a Aetos.

-Aetos, ¿Tú crees que pueda moverme así?- Le digo en broma.

-Intentarán mataros-

Aguafiestas. Aburrido, Aguafiestas. Eso ya lo he dicho.

-¿Qué?- Dijimos ambos y los dos vimos que estaba mirando a dos esteras de donde estamos.

Aetos no para de lanzarle miradas asesinas a Riorson, mientras este estaba viendo con aburrimiento como Rhia estaba apretando a nuestro compañero de año.

-Violet, tu oponente. Le he escuchado hablar con sus amigos. Creen que eres un lastre para el ala gracias al Barlowe. -

-Y a ti Harry van intentar encontrar un punto débil para poder humillarte y matarte así que ten los ojos abiertos.-

En que momento le he dado permiso a Aetos para que me llamará por mi nombre. Y porque me esta dando consejos, aunque se agradecen. Pero no pienso decírselo.

La mirada de Aetos pasa a un chico que se llama Oren '¿Oreo?', que está mirando a Violet como si fuera basura a sus pies y...espero que la mirada que me esta echado sea de asco también, porque da un poco de miedo.

Tiene un tono algo verdoso en su piel, esas señales pueden ser de malestar estomacal o veneno.

¿Por qué Violet esta sonriendo? ¿Tiene algo que ver lo que estaba recogiendo por la noche?

No jodas, se lo ha causado ella. Ese pensamiento me saca una sonrisa de satisfacción.
 Violet está vestida con ropa de combate, aunque puedo ver sobresalir de debajo de la camiseta una especie de chaleco escamosa, junto las dagas envainadas.
Se veía espectacular y letal.

-Estaremos bien- asegura Violet.

Habla por ti, a mí me van hacer unos cuantos cortes.

El de primero del Ala Dos se desmaya en los brazos de Rhia y ella se levanta para celebrarlo mientras aplaudimos. Luego se agacha para quitarle a su oponente un daga que llevaba en el lateral.

Entonces, esto sirve para tener una mayor cantidad de armamentos. Interesante.

-Me parece que ahora esto me pertenece. Disfruta de la siesta.- Y le da unos golpecitos en la cabeza como si fuera un perro, lo que me provoca una risa y a Violet también.

-No sé por qué estás riéndote, Sorrengail- dice una voz maliciosa detrás nuestra.

No hace falta girarme pasa saber que era el 'puto' quien seguramente tendría una sonrisa macabra en su rostro.