Charles Chevalier

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- ¡Boo! -.

- ¡AHHH! - estaba sentada tranquilamente hasta que miré la ventana, encontrándome el rostro de Charles pegado al cristal.

- Jejejejejej - él simplemente se reía despreocupadamente - Tus expresiones son las mejores -.

- _____ - el profesor me llamó la atención - Haz el favor de permanecer en silencio - cuando volví a mirar hacia la ventana, no quedaba rastro de Charles.

- S-sí, perdón - dije algo avergonzada, provocando una risa en el aula. Situaciones de esta índole sucedían a menudo desde que me encontré por primera vez con aquel rubio. Aunque me hiciera a la idea de que andase sorprendiéndome, siempre aparecía en los momentos más inesperados. Conseguía ser imprevisible y decidió hacer uso de esa habilidad para provocarme pequeños infartos en los momentos más inusuales.

El timbre del recreo sonó. Todos en el aula salieron despavoridos, no siendo yo menos, pero una grave e imponente voz hizo que me parara en seco.

- _____, ven - era el profesor, quien me llamó de brazos cruzados - Lleva estos materiales al departamento de Historia. Y no vuelvas a interrumpir así mi clase -.

Yo asentí con la cabeza gacha, disculpándome por lo sucedido. Realmente quería gritar que fue todo culpa de ese chico, pero no tenía evidencia alguna. Sus bromas me hacían pasar por situaciones incómodas como esta, aunque por suerte no escalaban a nada grave. Eso sí, nada podía librarme de leves regañinas por parte del profesorado.

Me dirigí al departamento de Historia con un montón de papeles bastante pesado. Al girar la esquina de un pasillo pude ver a Charles, quien notó mi presencia y se acercó a mí. Rápidamente di la vuelta, haciendo como quien no ha visto nada, evitando a ese pequeño problemático.

- _____ ~ Si vas tan lento como una tortuga no podrás huir de mí - dijo el chico alcanzando fácilmente. Malditos sean estos papeles.

- Charles, no te había visto ¿Necesitas algo? Tengo prisa como por entregar esto - dije haciendo alusión a lo que cargaba.

- Pues para tener prisa vas muy despacio. Anda, _____, juega conmigo un rato -.

- Lo siento, no tengo tiempo - dije retomando la marcha.

Pensé que lo había dejado atrás, hasta que escuché algunos murmullos y risas en el pasillo. Curiosa, giré la cabeza para ver qué ocurría, pudiendo ver a Charles siguiéndome mientras caminaba sobre sus dos manos, haciendo el pino. El resto de alumnos que lo veían se reían asombrados y yo me quedé boquiabierta, incrédula ante la situación. Nunca podré saber qué pasa por la mente de ese chico.

- Incluso así te puedo alcanzar, jajajaja - dijo mientras se iba acercando más rápido de lo que me imaginaba. Instintivamente, aceleré el paso como pude, huyendo de Charles - Así que quieres jugar a las traes... ¡Voy a por ti! -.

El rubio, siguiendo en la misma posición, empezó a perseguirme. Yo seguía acelerando el paso como bien podía, no queriendo que me alcanzara. No solo porque daba cierto miedo tener a alguien persiguiéndote como un monstruo en una película de terror, sino porque también me asustaba saber qué podía pasar si llegaba a alcanzarme. Afortunadamente para mí, un profesor le llamó la atención, ocasión que aproveché para perderle la vista y llegar finalmente al departamento de Historia. Después de aquello no me encontré a Charles durante el resto del día, pudiendo volver pacíficamente a mi hogar sin ningún tipo de sobresalto más.





Blue Lock - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora