Karasu Tabito

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Tenía que encontrarlo. Estaba frustrado. Por mucho que observara a la chica, el futbolista no encontraba ni una debilidad. No podía aceptar la ofensa que recibió hace unos días por parte de la presidenta del consejo estudiantil. Se negaba a aceptarlo y encontraría la forma de vengarse, pero por el momento su investigación y observación no había dado fruto.

Todo comenzó el otro día, cuando la joven se encontraba patrullando los pasillos. Karasu se encontraba en la puerta del aula, hablando entre clase y clase con sus compañeros.

- Karasu, ¡realmente te luciste en el último partido! - dijo un chico - No hay persona que no haya hablado de la paliza que les disteis al otro equipo -.

- Tus jugadas fueron espectaculares como siempre - asintió otro joven - Desde luego que fuiste la estrella del partido -.

Estuvieron un rato alabando a Karasu, mientras la joven se impacientaba esperando a que se quitasen de la puerta, no pudiendo aguantar la cara boba que tenía el futbolista de tantos halagos. Le parecía una situación banal e insustancial.

- Estáis obstruyendo el paso - habló finalmente ____ - Si queréis seguir con vuestro discurso laudatorio lleno de alabanzas sin sentido, hacedlo dentro del aula -.

El grupito se giró hacia la joven. Karasu se molestó ante el tono de la chica que recepcionó como arrogante.

- ¿No crees que hay formas más educadas de decir las cosas? - comentó el futbolista - Respeta a la gente que es mayor que tú, pequeñaja -.

Esa fue la gota que colmó el vaso. La presidenta había tenido suficiente del aquel creído. Normalmente intentaría no recurrir a la violencia verbal, pero que se metieran con ella - y más con su estatura - era algo que le costaba tolerar.

- ¿A quién llamas pequeñaja? ¿Qué respete a mis superiores? - comentó - Solo eres un mediocre futbolista japonés, sin futuro alguno en el mundillo que ni siquiera sabe quién es superior de quien aquí. Solo dejas que gente más mediocre que tú, a la cual finges soportar porque en el fondo la desprecias, te llene de elogios para engordar tu ego. Ahora, si me disculpas - dijo finalizando este abierto ataque que dejó a todos boquiabiertos para apartar a Karasu con el hombro y entrar en el aula.

- Hiori, tenemos una reunión después de las clases en la sala del consejo ¿Podrás asistir? - preguntó la chica ya dentro del aula a lo cual el peliazul asintió.

Tan rápido como llegó este torbellino en forma de mujer se fue, dejando atrás a un ofendido e irritado Karasu. Desde ese día se prometió a sí mismo que encontraría la forma de hacer que se tragara sus palabras.

Y así fue como Karasu se propuso investigar y encontrar la debilidad de la presidenta. Su primer paso fue preguntar a otros alumnos sobre ella.

- Hiori, ¿desde cuando estás en el consejo escolar? - le preguntó el cuervo al peliazul.

- Me metí a principios de este año ¿Por qué lo preguntas? -.

- Por nada... - comentó Karasu desviando la mirada - ¿Sabes que eres muy buen jugador imprescindible para el equipo y que te aprecio una barbaridad?

- ... - Hiori se limitó a suspirar al ver la actitud de su compañero de equipo - ¿Qué quieres? -.

- Dime cualquier debilidad o historia bochornosa que sepas de la presidenta -.

- ¿Me lo estás diciendo enserio? - Hiori se quedó asombrado ante esa petición, pero en el mal sentido. De todo lo que se había imaginado que podría pedirle Karasu, esto no es que no fuera lo último, sino que ni se le había pasado por la cabeza. No sabía que su compañero fuera tan infantil

Blue Lock - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora