Kunigami Rensuke

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-___ - dijo mi amiga cuando descolgué el teléfono.

- Por favor Sumi, te he dije que esta tarde estaba muy ocupada. ¿Qué es tan importante que me has llamado 7 veces ya? - le pregunté un poco irritada. Kunigami Sumi era mi amiga desde la infancia; somos vecinas y fuimos a la misma escuela infantil, escuela primaria y secundaria. Éramos prácticamente como hermanas y nos teníamos la una a la otra mucha confianza. Sabía que Sumi no me llamaba por ningún motivo en especial, pues esto no es la primera vez que pasa. Siempre que se aburría me llamaba para que fuera a su casa a jugar a cualquier videojuego que tuviera por ahí, pues es una aficionada a las consolas. Pero no entendía ni aceptaba un no por respuesta. Aun así, era mi gran preciada amiga.

- Me he comprado un juego nuevo, ¿te vienes a probarlo? - me preguntó cumpliéndose mi predicción.

- Si es que lo sabía - dije medio suspirando - Te dije que hoy no podía que tenía que terminar el proyecto extra de japonés. Pídele a tu hermano que juegue contigo -.

- ___, vengaaaa - dijo ella, mostrando los primeros indicios de su muy probable berrinche - No tienes que entregar el trabajo hasta dentro de 2 semanas. Además es viernes. No seas aburrida y vente que me apetece probar este juego contigo -.

- Sumi - dije con un tono ligeramente más serio - Ya jugamos el viernes pasado y este tengo que terminar de una vez por todas este trabajo. La próxima vez jugamos, ¿sí? -.

- Mira, si vienes te puedes relajar de todo el estrés de esta semana - dijo activando el modo negociación - Jugamos y luego te quedas a dormir. Así te doy un masaje junto con mi maravillosa rutina de skincare que sé que te encanta aunque jamás lo admitas-.

- Es muy buena oferta, pero me temo que esta vez la tengo que rechazar - le respondí con un tono suave declinando amablemente su oferta.

- Si vienes te doy una sudadera de mi hermano -.

- Voy ahora mismo - dije colgando la llamada.

Un detalle que se me había olvidado comentar: estaba muy enamorada del hermano mayor, Kunigami Rensuke. Siempre fue muy amable y me ayudaba en todo problema que tuviera. De pequeños jugábamos al superhéroe que salvaba a la princesa y Sumi hacía del malvado que me tenía atrapada. Con el tiempo, Rensuke se centró más y más en el fútbol, apenas estaba en la casa, pero el poco tiempo que coincidíamos era muy atento y casi siempre teníamos una tierna conversación aunque no fuera muy emocionante.

Preparé rápidamente una mochila con algunas cosas para pasar la noche en casa de Sumi. Tampoco tuve que llevar muchas, porque de pasar tanto tiempo en su casa, había dejado algunos cuantos tiestos allí, para no tener que ir siempre cargada. Me llevé algunos juegos de mesa que ambas adorábamos, me calcé, tomé las llaves y salí veloz de mi casa.

En menos de 5 minutos había llegado a la casa de los Kunigami. Llamé al timbre y Sumi me abrió la puerta con una pícara sonrisa.

- Qué bien te conozco jejeje - dijo y yo entré como si su casa fuera ya la mía.

- Solamente negocias muy bien - le respondí subiendo a su cuarto - Además en el fondo quería probar ese juego nuevo que me has dicho.

- Tú a mí no me engañas - me dijo mientras se sentaba en la cama - Tú lo que te quieres probar es la sudadera de mi hermano -.

- ¡Shhhh! Baja el tono - le demandé - ¡¿Qué pasa si te escucha?! Me moriría de la vergüenza -.

- ¡Oh, por favor! - se quejó tumbándose completamente - Ni que las paredes fueran de papel como para que me escuchara. Además, está jugando al fútbol como un poseso con sus amigos -.

Blue Lock - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora