Oliver Aiku

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Entré junto al equipo a la sede de la Asociación de Fútbol Japonesa para encontrarnos con el prodigio del fútbol, Itoshi Sae y cierta cucaracha prodigiosa que había traído consigo. Todavía no habían llegado, así que me senté junto a Sendo en un sofá. Debido a la fiesta del día anterior no había podido descansar y en consecuencia no paraba de bostezar.

- ¿Tan bien te fue ayer que no has podido descansar? - comentó el futbolista a mi lado.

- Es cierto. Encontré buena compañía, pero al final no pudo ser - le respondí como si me fuera indiferente - Tuve que hablar con los peces gordos y no pude escaquearme-.

- No se que te ven las mujeres con esa barba de vagabundo que llevas - mencionó y yo le di un codazo en las costillas - ¿Es que tienes buena labia o es solo tu físico?

- Supongo que un poco de ambas - respondí.

- No sé cómo se fijan en ti con esa personalidad de mierda que tienes - ante su insulto le di un "amistoso" golpe en la cabeza, haciendo que Sendo emitiera un quejido.

- Esto es aburrido - comentó mientras se frotaba adolorido - Oye, ¿qué tal si hacemos una apuesta? - una pícara sonrisa apareció en su rostro. Cuando actuaba así, por norma general no era buena idea seguirle la corriente, pero a decir verdad, estaba igual o más aburrido que él.

- ¿Qué tienes en mente? - después de preguntarle, mi compañero inspeccionó atentamente el lugar hasta que vio pasar a una chica en uniforme.

- Esa - señaló - Es mona y dulce, todo lo contrario a las que se beben los vientos por ti -.

- No es mi tipo, pero tiene su encanto - reconocí.

- Si en dos semanas consigues algo con ella te doy 150.000 ¥ -.

- Realmente no me interesa el dinero. Si quieres que juegue tendrás que ofrecerme algo más tentador - repliqué. Sendo se quedó unos segundos pensativo, hasta que pensó en otra cosa que apostar.

- ¿Y si hago todo lo que me pidas por una semana? - ofreció. Lo medité un poco y acepté su propuesta - Bien. Entonces, si pierdes -.

- ¿De verdad crees que hay posibilidad de que pierda? - dije incrédulo e interrumpiéndole, pero él me ignoró y prosiguió.

- Y si te da calabazas o no consigues nada me tendrás que presentar a una que sea mi tipo. No, mejor que sean 2 -.

- Una cosa más - añadí - ¿A que te refieres exactamente con "algo"? Es demasiado ambiguo y no quiero que te aproveches de esto cuando pierdas -.

- Pues me refiero a que o bien se enamore de ti o bien te la lleves a la cama -.

Después de concretar las condiciones de la apuesta le di la mano a Sendo, pensando en el infierno de semana que le haría pasar. Me levanté del sofá y me dirigí a la chica en cuestión.

- Hey - levanté la mano e hice un saludo informal. Sin embargo ella hizo una pequeña reverencia.

- Buenos días señor, ¿necesita algo de mí? - me hablaba de forma monótona, como si fuera un autómata. No mostró ni un ápice de interés ni nerviosismo al dirigirme la palabra. Normalmente, al hablar con alguien recibía un cordial saludo acompañado de una (a veces falsa) sonrisa.

- Solo venía a por un café - dije señalando la cafetera que había en la mesa - No esperaba encontrarme con tan bella compañía -.

- Si es así, en un momento me iré - respondió - mi café está casi listo -.

- No tengas prisa, mujer - dije intentando que no se fuera tan rápido - ¿Cómo te llamas? Yo soy Oliver Aiku, capitán del U-20 -.

- Mi nombre es ____ _________. Es un placer - y tras esto hizo otra pequeña y cortés reverencia.

Blue Lock - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora