Isagi Yoichi

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Trabajaba en Blue Lock. Gracias a mi dedicación en echar currículums allí donde pudiera y a la fortuna, había conseguido un trabajo. No es que fuera muy bien pagado, pero si que era suficiente como para pagar el alquiler y poder vivir una vida decente por un tiempo. Por lo menos hasta que cerraran estas espontáneas y extrañas instalaciones.

Hace años que mis padres fallecieron en un accidente automovilístico. Fue desgarrador, pero el tiempo curó las heridas que el acontecimiento causó. Iba de familiar en familiar, quienes me acogían, pero al final sentía que solo era una carga. Mi resolución fue la de independizarme lo más pronto posible. Gracias a muchos trabajos de medio tiempo -haciendo encargos, limpiando hoteles, trabajando en supermercados etc. - puede ahorrar lo suficiente para pagar el alquiler de un piso. Tuve que sacrificar muchas cosas, entre ellas mis estudios, pero al fin conseguí la paz que llevaba mucho tiempo buscando.

En Blue Lock necesitaban a una empleada multitareas que se encargara de las comidas, limpiar las instalaciones y reparar averías entre otras cosas. Dada mi experiencia en una gran diversidad de oficios, además de tener un poco de suerte, me escogieron para el trabajo. Otro de los requisitos que me puso Ego, fue que evitara ser vista por las "joyas sin pulir" en la medida de lo posible. Esto conllevaba que trabajara a altas horas de la madrugada todos los días. Varias veces me llevé un susto al encontrarme con algún poseso futbolista en el campo altas horas de la noche cuando se suponía que debía estar durmiendo. Por muchas razones no era el trabajo ideal, pero estaba bien pagado y necesitaba el dinero.

Eran aproximadamente las 3 de la madrugada y me encontraba recorriendo los pasillos de hormigón con una cesta llena de ropa sucia que me disponía a lavar. La cesta pesaba bastante y me impedía llegar rápido a la lavandería.

Al girar la esquina note a alguien y para evitar que chocáramos, pues él estaba a punto de girar, me eché rápidamente hacia atrás, cayendo por el peso de la cesta, la cual se había vaciado parcialmente al caer al suelo.

- Perdón, no te vi venir - me dijo un chico, ofreciéndome una mano para que me levantara - ¿Me permites que te ayude? -.

Yo tomé su mano para impulsarme y ponerme de pie. Hice una pequeña reverencia en forma de agradecimiento y disculpa por el accidente, dándole una cálida sonrisa. Tras esto me agaché para volver a meter en el cesto la ropa que se había salido. Al agarrar una prenda de ropa, mi mano coincidió con la del chico, el cual me estaba ayudando a recoger. Retiré mi mano rápidamente, sorprendida, pues pensaba que se había ido al no notar su presencia.

- Muchas gracias - le dije después de que me ayudara a recoger toda la ropa. Sin hacer contacto visual con el chico ni una sola vez tras casi chocar con él, agarré la cesta dispuesta a salir a toda prisa de allí.

- Espera - dijo el chico, haciendo que me parara en seco - Me disculpo si suena un poco maleducado, pero... ¿Quién eres? ¿Cómo es que nunca te había visto por aquí? -.

No sabía si responder, puesto que no quería desobedecer las palabras de Ego, pero viendo que me había ayudado, suspiré poco decidida a responder. Al fin y al cabo, llegaría el momento en el que me topara con alguien. No podía ser siempre el fantasma de Blue Lock.

- Soy __________ ____. Trabajo principalmente de noche, así que por eso no me has visto por aquí - le respondí - Tengo que volver al trabajo ahora, así que si me disculpas - dije y tomé la pesada cesta para continuar con mi camino a la lavandería.

- ¿Quieres ayuda con eso? - se ofreció el servicial chico.

- No te preocupes, estoy bien. Muy amable - le respondí sin girarme.

Aunque mi intención era dejar atrás al chico, no es que pudiera avanzar muy rápido y este parecía tener la intención de acompañarme. Por mucho que quisiera ir más rápido, no me lo podía permitir, pues iba cargada y al chico por su parte no le costaba nada seguirme el paso.

Blue Lock - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora