Ꜥꜥֶָ֢🪷ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O5

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JungKook estaba sentado en el balcón de su habitación, un espacio que siempre había considerado su santuario personal

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JungKook estaba sentado en el balcón de su habitación, un espacio que siempre había considerado su santuario personal. La enorme ventana que se abría al cielo nocturno estaba adornada con lucecitas de Navidad, parpadeando suavemente en la oscuridad. El frío del exterior era mitigado por el cálido resplandor de las luces, creando un ambiente acogedor y casi mágico. En sus manos, una guitarra descansaba con familiaridad, y de sus dedos surgían suaves melodías que llenaban el aire con una sensación de tranquilidad y nostalgia. Cerraba sus ojos mientras tocaba, permitiendo que la música se entrelazara con los recuerdos del día, particularmente con la imagen de un Omega de ojos azules que había capturado completamente su corazón.

La suave brisa nocturna acariciaba su rostro, pero lo único que JungKook sentía era el calor que emanaba de su pecho al pensar en TaeHyung. Recordaba cada detalle de su rostro, desde la dulzura de sus mejillas hasta la forma en que sus ojos brillaban con curiosidad. La melodía que tocaba era un reflejo de esos sentimientos, una canción sin palabras que expresaba todo lo que aún no se atrevía a decir en voz alta.

De repente, una voz familiar rompió la quietud del momento.

— Buenas noches, cachorro — Dijo su papá DongWook, mientras se acercaba con pasos tranquilos.

DongWook era un Alfa de porte imponente, la viva imagen de JungKook en sus días de juventud. Aunque los años habían teñido de canas su cabello y su cuerpo se había vuelto más corpulento, seguía siendo un hombre fuerte y lleno de energía. Su presencia siempre traía consigo una sensación de seguridad y confort, algo que JungKook apreciaba profundamente.

— Hola, papá — Respondió, sonriéndole con cariño. La llegada de su padre siempre era un motivo de alegría, una pausa en su vida que le recordaba que, sin importar lo que sucediera, siempre tendría a su familia a su lado.

DongWook colocó una tasa de café caliente y una cajita de pan casero junto a su hijo, el aroma del café y el pan recién horneado se mezclaba con el fresco aire nocturno, creando una combinación reconfortante.

— Te traje tu cena; café negro, justo como te gusta, y un pan casero hecho por mí — Dijo DongWook con una sonrisa paternal, antes de inclinarse para dejar un beso en los cabellos de JungKook y darle una suave palmada en la espalda — No te quedes hasta tarde aquí afuera, o te enfermarás por el frío. No me importa que seas un Alfa puro — Añadió con un gruñido juguetón, que escondía su genuina preocupación — Tu papá ya está en la habitación durmiendo, fue un día duro en el instituto.

JungKook asintió, agradeciendo el gesto con una sonrisa cálida.

— Sí, papá. Gracias — Respondió mientras tomaba un sorbo de café, disfrutando del calor que le proporcionaba. Sin embargo, algo seguía rondando en su mente, algo que había querido preguntar desde hacía un tiempo, pero no había encontrado el momento adecuado.

— Antes de que te vayas, ¿puedo preguntarte algo? — Dijo con un tono ligeramente nervioso, lo cual hizo que DongWook se detuviera, captando inmediatamente la seriedad en la voz de su hijo.

— Claro, hijo. ¿Qué pasa? — Respondió DongWook, su rostro mostraba una mezcla de curiosidad y preocupación. Era raro que JungKook se mostrara así de quisquilloso.

JungKook dejó la guitarra a un lado, tomando la mano de su padre para guiarlo de vuelta al interior de la habitación, donde el ambiente era más cálido. Cerró la ventana, evitando que el frío se colara, y se giró hacia su padre con una expresión que mezclaba timidez y determinación.

— ¿Qué pasa? ¿Seré abuelo? ¿No tienes condones? Te dije que nada de sexo hasta... — Comenzó a decir DongWook en tono de broma, intentando aligerar el ambiente, pero fue interrumpido por el rostro de pura indignación de JungKook.

— ¡Papá! ¡No es eso! — Replicó con un puchero, sus mejillas tomando un ligero tono rosado por la vergüenza.

DongWook soltó una carcajada, claramente disfrutando de la reacción de su hijo.

— Oh, lo siento, cachorro — Dijo, aún riendo suavemente — ¿Entonces de qué se trata? — Preguntó, sentándose en el borde de la cama, dispuesto a escuchar.

JungKook tomó un momento para calmarse, respirando hondo antes de formular su pregunta.

— Uhm, ¿qué sentiste cuando encontraste a papá? — Preguntó con timidez, bajando la mirada a sus manos, que jugaban nerviosamente con la taza de café.

La pregunta tomó a DongWook por sorpresa, pero inmediatamente comprendió la profundidad de lo que su hijo estaba buscando. Sonrió suavemente, dejando que su mente viajara hacia esos recuerdos de su propio encuentro con JiCheol, el otro Alfa que había cambiado su vida para siempre.

— Bueno... como ya sabes, nosotros primero lo negábamos por ser Alfas — Comenzó DongWook, su voz suavizándose con la nostalgia — Hace años, no teníamos la misma libertad que ahora. Que dos Alfas fueran destinados era considerado un error en la naturaleza, una aberración. Pero cuando nos besamos y aparecieron nuestros tatuajes, supimos que nada podría separarnos. No puedo llevar la marca de tu papá porque nuestra piel es más difícil de marcar, pero esos tatuajes son la prueba de nuestro amor — Explicó, cerrando los ojos lentamente como si pudiera revivir ese momento.

Hizo una pausa, dejando que las palabras flotaran en el aire antes de continuar.

— Cuando encuentras a tu destinado, es una sensación indescriptible, mi cielo. Es como si todo en el universo se alineara en ese instante. Solo tu lobo y el de tu pareja saben lo que está por venir. A veces, es en el primer roce de manos, o cuando lo tienes junto a ti, que sientes cómo de sus cuerpos emana ese sentimiento tan puro, tan poderoso... es algo que no se puede comparar con nada más — Sus palabras estaban llenas de emoción, reflejando la intensidad de su experiencia.

JungKook escuchaba con atención, dejando que cada palabra calara hondo en su corazón. Cuando su padre terminó de hablar, una sonrisa se formó en los labios de JungKook, una sonrisa que reflejaba tanto alegría como un profundo alivio.

— Es... es lo que sentí, papá — Admitió JungKook, su voz cargada de una emoción que apenas podía contener — Es el Omega más bonito y tierno que he conocido. Es como una masita de amor, sus mejillas se sonrojan con tan solo un roce de manos o unas lindas palabras. Y esos ojitos azules tan preciosos... ¡Ahg! — Exclamó, dejándose caer en la cama con una mezcla de frustración y adoración — Es hermoso, muy hermoso.

DongWook lo observaba con una mirada comprensiva y cálida. No podía evitar sonreír ante la manera en que su hijo hablaba del Omega que claramente había capturado su corazón.

— ¿Y quién es ese Omega tan afortunado que le ha robado el corazón a mi Alfita? — Preguntó DongWook con una voz suave, acariciando las hebras de cabello rubio de su hijo, como solía hacerlo cuando era pequeño.

JungKook soltó un suspiro antes de responder, sabiendo que la situación era más complicada de lo que deseaba.

— Es el hijo de mi nuevo jefe... y su hermano probablemente me odia — Confesó, gruñendo ligeramente de frustración al recordar la hostilidad de JaeBeom.

 y su hermano probablemente me odia — Confesó, gruñendo ligeramente de frustración al recordar la hostilidad de JaeBeom

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just let me adore you 𐙚 kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora