Unos días después, TaeHyung se encontraba en su habitación, preparándose con cuidado para la cena que sus padres habían organizado esa noche. A pesar de la emoción que sentía ante la posibilidad de ver a JungKook, había un toque de nerviosismo en el ambiente.
Mientras seleccionaba su ropa, se esforzaba en elegir algo que fuera elegante, pero que también reflejara su personalidad dulce y juvenil. Finalmente, decidió ponerse una falda que llegaba a la mitad de sus muslos, de un verde oscuro profundo con franjas negras que resaltaban su delgada figura. Combinó la falda con unas medias negras de encaje delicado que acentuaban la esbeltez de sus piernas, y una camisa de cuello alto de color negro que se amoldaba perfectamente a su cintura, creando un contraste armonioso entre su piel pálida y la prenda oscura.
Se miró al espejo, asegurándose de que cada detalle estuviera en su lugar. Se había tomado su tiempo para rizar ligeramente sus largas pestañas, las cuales enmarcaban sus brillantes ojos, mientras que su cabello lacio caía suavemente sobre su frente, casi rozando sus pestañas. Aunque no usó maquillaje, su piel lucía impecable, con un brillo natural que destacaba su juventud. Completó su look con un par de botas negras que le daban un toque de estilo moderno y sofisticado, ideal para la ocasión.
Al salir de su habitación, se encontró con JaeBeom, quien justo estaba saliendo de la suya. A diferencia de él, JaeBeom aún estaba en pijama, con sus cabellos alborotados y su expresión somnolienta. TaeHyung frunció el ceño y cruzó los brazos, adoptando una postura de ligera reprimenda.
— Papi dijo que nos pusiéramos bonitos porque viene a cenar Hyo-Jong junto a Hyun-Ah y los bebitos — Comenzó con un tono ligeramente autoritario — También vienen MinSoo, DaeHee y... probablemente JungKook.
El Omega no estaba seguro de la llegada de JungKook, ya que el Alfa le había mencionado por teléfono que tenía una gran cantidad de tareas por entregar. Aunque TaeHyung había tratado de sonar comprensivo, diciéndole que no se preocupara y que no se sentiría triste si no podía asistir, la verdad es que una parte de él ansiaba verlo, incluso si solo era por un rato.
JaeBeom soltó un bostezo mientras se frotaba los ojos, claramente todavía en proceso de despertarse.
— Sí, sí, ya lo sé — Respondió, su voz cargada de sueño — Solo me dormí un ratito más de lo pensado. Dame media hora para bañarme y estaré listo antes de que te des cuenta.
TaeHyung asintió con una mezcla de resignación y cariño. Sabía que su hermano siempre estaba preparado para las ocasiones importantes, pero no podía evitar preocuparse por los detalles. Con un suspiro, bajó las escaleras, su corazón acelerándose ligeramente al pensar en la posibilidad de que JungKook realmente apareciera.
Al llegar al salón, una sonrisa iluminó su rostro al ver a uno de sus Alfas favoritos, Kim Hyo-Jong, que acababa de llegar con su esposa, Hyun-Ah, y sus cachorritos. Hyo-Jong, el arquitecto oficial de las empresas de su padre, siempre había sido una figura importante en la vida de TaeHyung. Era un hombre de veintisiete años, alto y esbelto, con una tez ligeramente palida que contrastaba con sus cabellos rubios, que solía llevar recogidos en una coleta que le daba un aire casual y despreocupado. Su rostro de pómulos definidos y labios delgados se complementaba a la perfección con los tatuajes que adornaban su cuerpo, otorgándole una apariencia tanto intimidante como intrigante.
— ¡Tae! — Exclamó Hyo-Jong, sonriéndole ampliamente al verlo. Sin dudarlo, se acercó al Omega y lo envolvió en un fuerte abrazo, levantándolo del suelo con facilidad, haciendo que TaeHyung soltara una pequeña risa mientras se aferraba a sus hombros.
— ¿Dónde están los cachorritos? — Fue la primera pregunta que salió de los labios de TaeHyung tan pronto como Hyo-Jong lo bajó. Sus ojos brillaban con entusiasmo mientras buscaba con la mirada a los pequeños.
Hyo-Jong fingió un gesto ofendido, haciendo un puchero con sus labios antes de responder.
— Oh, estoy super bien, gracias por preguntar TaeHyung — Hizo una pausa dramática, llevándose una mano al pecho — Me alegra volver a verte, Hyo-Jong. A mí también, TaeHyung.
Hyun-Ah, quien estaba a su lado, rió suavemente ante el drama de su esposo y decidió intervenir, señalando los portabebés donde dormían los pequeños cachorritos.
— Este es SeungMin y este es MinSeok — Dijo con ternura mientras señalaba a cada uno. Los bebés, con sus cabellitos negros y piel pálida, descansaban plácidamente, con sus manitas en pequeños puños apoyados en sus pechos, luciendo adorables y serenos.
— Son muy bonitos, salieron bonitos por ti, Hyun-Ah. Jongie es feo — Dijo TaeHyung en un tono juguetón, llevándose la mano a la boca para ocultar una sonrisa traviesa.
Hyo-Jong frunció el ceño, fingiendo indignación ante el comentario del Omega.
— ¡Heriste mis sentimientos, Tae! — Exclamó dramáticamente, llevándose una mano al pecho como si hubiera sido herido de muerte. Antes de que la conversación pudiera continuar, las puertas de la casa se abrieron de golpe, revelando a dos figuras familiares.
— ¡Ya llegó por quien lloraban, familia! — Anunció un Alfa de cabellos rubios teñidos, con una tez pálida y ojos azules brillantes. Llevaba puestos unos pantalones morados llamativos y una camisa de manga larga negra. En una mano sostenía dos botellas de licor y en la otra, una guitarra.
Detrás de él, entraba otro Alfa, de cabello castaño y mandíbula perfilada, con ojos marrones que brillaban con una chispa de diversión. Vestía un traje rojo elegante, acompañado de unas botas altas estilo militar que resonaban contra el suelo con cada paso.
— Ya llegamos, no lloren más — Dijo con una sonrisa juguetona.
Eran los hermanos Kang, MinSoo y DaeHee, hijos de un amigo cercano de SeoJoon y compañeros de estudio de JaeBeom. Siempre habían sido parte importante de la vida de TaeHyung, tratándolo como a un hermano menor y protegiéndolo con la misma devoción que un Alfa protege a su Omega.
TaeHyung, con su naturaleza protectora y cariñosa, no pudo evitar soltar un tierno gruñido ante el alboroto que los recién llegados estaban haciendo.
— ¿Pueden bajar la voz? Dos bonitos cachorritos están durmiendo — Dijo con una mezcla de firmeza y dulzura, haciendo que los Alfas se detuvieran en seco.
Los presentes, tanto Alfas como Omegas, no pudieron evitar soltar un ronroneo colectivo, conmovidos por la ternura que irradiaba TaeHyung al proteger a los pequeños.
— Sí, Tae — Respondieron al unísono, con sonrisas en sus rostros, lo que hizo que el Omega se sintiera triunfante, regalándoles una sonrisa radiante.
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just let me adore you 𐙚 kooktae
Fanfictionfinalizada ⋮ «los tatuajes de los destinados aparecen cuando se dan su primer beso, confirmando el amor puro que se tienen y formando una silueta del sentimiento que tuvieron la primera vez que se vieron» taehyung es un omega con un aroma muy partic...