Sandra Vega.
Despierto sintiendo una pequeña extremidad aplastarme el pecho, farfullo quitando eso de un tirón. Escucho un gruñido.
Frunzo el ceño.
Mi estomago gruñe.
Ah, ya me acordé.
Abro los parpados encontrandome con mi habitación a oscuras, ladeo la cabeza me encuentro a Willy cruzados de brazos a mi lado.
— No lances a la niña así.— Parpadeo volviendo la vista al otro lado de la cama, la mocosa está de alguna forma durmiendo, si a eso se le puede decir domir.
Parece un exorcismos.
Me estiro ocultando el gruñido que quiere salir de mi al sentir las punzadas de las heridas.
Necesito más drogas.
—¿Como te sientes?— Ruedo los ojos volviendo a ver a mi amigo mafioso.
— Bien, una pizza doble queso y lista para el día.— Como puedo me siento en la cama y mi estomago está en acuerdo cuando escucha las palabras pizza y doble queso juntas.
— ¿Por qué no me dijiste que tus tíos te fueron a ver?— Oh, oh.
— ¿Te acostaste con esa chica del club?— Uso lo primero que me viene a la mente, este frunce sus cejas ladeando la cabeza.
— No, malditasea responde.— Ruge, chasqueo la lengua pensando que tenía razón en eso, la chica solo está obsecionada.
Lo normal.
— Nada que no podía controlar amigo, solo la misma mierda de siempre ya sabes.— Levanta las cejas sin creerme nadita. Bueno, eso es lo que pasa cuando alguien te conoce mucho.— Puedeeee que le haya partido la nariz a Paúl y si vez a cassandra con más rubor de lo normal, les dí sugerencias.— Le giño un ojo pero veo como la locura empieza a llenar su mirada y nada bueno trae eso.
— Te tocarón.— Afirma observando mis brazos donde se pueden ver las marcas de las uñas de mi tia, ok no esperaba estar así.— Los voy a matar.
— No, ya sabes que no puedes.— Aprieta los puños a los lados y se levanta paseandose de un lado al otro, cierro los parpados un momento al sentir que se mueve el cuarto.— No es la gran cosa.
— ¿No es la gran cosa?— Jadea.— ¿Y si fueron ellos los que mandarón a esos tipos a matarte?— Mis parpados se abren al tiempo que el se arrodilla a mi lado, me agarra el rostro con sus grandes manos.— ¿Qué pasa si morías?— Titubeo al ver el dolor junto con la debilidad en su mirada, maldigo internamente, él sabe que cuando me vé así me toca una fibra cursi.
— Si muero al menos lo hice peleando, no puedes evitar todo a mi al rededor— Susurro sin despegar mis ojos de los suyos, suspira.
— No te quiero perder.— Susurra de vuelta y mi corazón se contrae.— Además no podría controlar a la cascada de Clint— Sonrio al escucharlo.
— Sigo viva, así que yo controlo al tipo.— Cierra los parpados y pega su frente con la mía.
— Por favor.— La voz se le quiebra, hago el abismal esfuerzo de levantar el brazo y darle unas palmaditas en la cabeza.
— Ok, trataré de no morir.— Se separa satisfecho con esa respuesta sin antes acarriciarme la mejilla.— Ahora, ¿Cuanto dormi?
— Son las diez de la noche.— Maldito sueño. Abro los ojos sorprendida, esa mierda de medicamentos son buenos.
— Genial, por eso mi estomago suena.— Niega con una sonrisa.— ¿Clint?
— Vino te dió un beso en la frente y me dijo que te dijera que cuando te recuperes te iba a comprar una pastelería.— Mi sonrisa se hace grande.
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Bebida, Lagrimas y Sangre.
Humor"El daño del pasado, es la secuela del presente" Dos personas llenas de un pasado que sin saberlo los une. Un crimen en la ciudad los hará trabajar juntos, sin saber que esos mismos crimenes los une mas de lo esperado. ¿Podran matar a su pasado o su...