Capítulo 20

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Sandra Vega. 2/2

— ¿Cuantas puden ser las posibilidades que te guste alguien gay?— Will ladea la cabeza mientras me mira desde mi cama.— Osea el tipo es estupidamente lindo pero se le nota que escapa se las mujeres.— Me paseo por la habitación en ropa interior mientras busco que ponerme.— Necesito acostarme con alguien o.— Observo entre un vestido o un pantalón con agujeros, me volteo hacía Will.— ¿Qué dices vestido o pantalón?— Maulla mientras se lame la pata y asiento.— Tienes razón debo ir a la comisaría después y debo estar presentable.— Agarro el pantalón y busco una camisa que pueda tapar las marcas en el cuello que se hacen moradas a cada minuto.— Como te decía necesito una buena pelea para sacar la mierda en mi.— Me coloco una camisa sin mangas pero de cuello alto después busco unos tenis.— ¿Crees que Willy necesite a alguien para una pelea? No me a vuelto a decir nada.— Digo con dificuldad mientras salto en un pie colocandome una de los tenis. Chillo al caer en la cama, Will sizea, volteo mi rostro hasta él.— No creo que sea buena idea desquitarme con mi familia aunque suena tentador, ya sabes porque.— Me siento y me coloco el otro tenis.— Tal vez deba darles un susto pero sin que Willy se entere porque después va a preguntar y los va a matar definitivamente.— Otro maullo sale de él.— Ya le rompí la nariz a Paul, eso los debe dejar quietos.— Me levanto de la cama y acaricio a Will haciendolo ronronear.— Deberías ser psicologo Will, siempre sabes que decir.

Salgo de la habitación hacía la cocina, el gato me pasa por un lado corriendo y no dudo en colocarle más comida. Agarro mis llaves, la chaqueta de cuero y unos veinte dolares.

Uno nunca sabe si se cruza comida por el camino, apesar de que ya mi comí dos de los taper que me dió Carmen, el hambre es insierto.

Uno nunca sabe si se cruza comida por el camino, apesar de que ya mi comí dos de los taper que me dió Carmen, el hambre es insierto

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Silvo mientras empujo las puertas de Neon City, la verdad es la segunda vez que piso este lugar. La primera vez vine aquí fue cuando lo abrieron por primera vez junto con Willy, me acuerdo que llegamos en la noche y al día siguiente estaba en algún lugar de mexico.

Mi sonrisa se agranda, así sería la noche que ni me acuerdo como llegamos a otro país, lo que si sé es que los tacos que me comí ese día estaban deliciosos.

Desde ahí he decidido alejarme un poco de los clubes y más si voy acompañada de Willy, de alguna forma terminamos en otro continente. Una chica demasiado delgada para ser normal se acerca a mi, me frunce el ceño mientras me observa.

Uh.

— Abrimos más tarde.— Hago un mohín al escuchar su nada bonita bienvenida. Bueno es normal a las diez de la mañana.

— Buenos días para ti también chica.— Levanta una ceja mientras coloca una mano en su cadera.— Soy Sandra y vengo a ver las camaras, Will sabe.— Levanta las cejas al escuchar el nombre de su jefe.

— Siempre vienen chicas desesperadas buscando al jefe, largate que él no tiene tiempo para ti.— Ahora soy yo que levanta las cejas sorprendida por el tonito venenozo con lo que lo dice. Me encojo de hombros y saco mi celular, tecleo un mensaje y lo vuelvo a guardar. Mi mirada se fija en la chica que me mira de arriba hacía bajo con asco.

Bebida, Lagrimas y Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora