Capítulo 29

10 3 0
                                    

Mark Harringtons.

Desde el momento que Vega me dijo que durmieramos en la misma cama, supé que iba a ser una mala idea pero no creí que hasta el nivel de tener mi jodida polla enganchada en su culo.

Juró que por un momento me creí muerto o tal vez me raptarón los alienigenas, no sé.

Juntarme tanto con ella me está jodiendo la cabeza hasta un nivel que no puedo dejar de pensar en su culo apretando mi polla o su delicioso olor.

Fué mala idea cuidarla y más dormir con ella, me digo mentalmente cuando entra a la cocina luciendo jodidamente sexy. Su cabello se vé salvaje y la imagen que pasa por mi mente de mi puño entre sus cabellos jalando para poder lamer su cuello me hace apartar la mirada y distraerme con otra cosa.

Pero al hacer el comentario burlón del haberla abrazo, se me cae el alma a los pies de la posibilidad de que se haya dado cuenta. Cuando me desperté y me encontré con la situación, juro que hice el gran esfuerzo de levantarme.

Quice quedarme ahí todo el día y más por la razón de que dormí sin tener alguna pesadilla.

— Prefiero dormir en una ogera que abrazarte.— Suelta una carcajada al escuchar mi tono enojado.

— Si claro grandote.— Se acerca, haciendome tensar. Imagenes de su cuerpo junto al mio, arriba, abajo o en cualquier posición que pueda sertir su apretado cuerpo contra el mío, me alejo por lo que pueda hacer.

Termino de hacer el desayuno evitando cualquier contacto con ella, cosa que es complicado si tienes sus ojos quemando cada parte de tu cuerpo.

Creo que después de haber aclarado la situción de mi sexualidad con ella la tensión a nuestro al rededor se volvió casí eléctrica.

— Hoy hagamos algo.— Observo como se sienta en el sofá cruzando sus piernas logrando que la gran camisa se suba un poco por sus jugosos muslos, aparto la mirada gruñendo trantando de no verla porque esto está siendo malo.

— ¿Qué?— Mastico el desayuno con desgana por las sensaciones y emociones que esta mujer puede lograr en mi, porque me enojan. Jodidamente me enojan porque no hay nadie que me desespere más que esta mujer, no hay nadie que me haga enojar como ella y no hay nadie que me haga desearla tanto como me enoja. Es completamente ilogico, de alguna manera ella se está metiendo en mi piel y me preocupa que las alarmas que siempre suenan, no lo esten haciendo en su presencia.

— No sé ¿Qué te gustaría?— Me gustaría empotratarte en la pared y meterte la polla hasta que se te quite la sonrisa de mierda en la cara y gimas suplicas de más.

— Nada.— Me limito a decir apesar de todos mis jodidos deseos, no sé en que momento mi irritación y enojo pasó a desearla tanto pero séque sería un desastre y más con lo jodido que estoy.

— Que aburrido.— Hace un mohín demasiado tentador. Me encojo de hombros indiferente, no queriendo caer en esa trampa que sé que quiere que caiga.— No salgo, no puedo comer lo que me apetezca. Entonces ¿Qué tal un maratón de peliculas?— Sube y baja las cejas con diversión.— ¿Marvel?— Dice buscando su latop, la cual me he dado cuenta también que pasa mucho tiempo en ella.

Frunzo el ceño.

— ¿Qué es eso? ¿Nunca la he visto?— Me hecho hacía atrás cuando voltea el rostro tan rápido que por un segundo creí escuchar algo crugir. Tiene los ojos abiertos de par en par y me mira como si lo hubiera dicho la cosa más loca.

— Dime que estás bromeando.— Al ver la seriedad en mi mirada se le cae la mandibula.— No jodas Mark. No tuviste infancia.— Me tenso por el comentario totalmente cierto.— Te voy a mostrar el buen cine.— Agarra su plato de comida y me lo pasa, lo agarro confundido. Se sienta de alguna forma en el mueble individual el cual estoy sentado, coloca la latop en sus pierna y empieza a buscar la pelicula.

Bebida, Lagrimas y Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora