La venganza de la dama: Libro II de la dama de la mafia

Capítulo 11

Di'Marco

Estoy en mi despacho, junto con David. Mientras el está tecleando en su teléfono yo estoy viendo la lapto viendo un correo que me mandó uno de mis guardaespaldas.

Un video de Víctor del Salvador que fue visto por última vez saliendo de un hotel con sus guardaespaldas y nadie más y eso fue hace una semana.

–¿David revisaste todas la cámaras de la ciudad?- le pregunto.

–Si Di'Marco ya las e revisado dos veces y por más que busco no encuentro movimientos sospechoso- me dice- parece que lo hizo para que las cámaras lo vieran apropósito y ya solo para burlarse.

Me dice lo mismo que me dijo el señor Cristian.

–¿Como sigue el señor Cristian?- pregunto.

–Por lo que me dijo jelena esta bien solo le da fiebre pero ya no son frecuentes, pero es raro porque los exámenes salen limpios.

–A los mejor fue que pesco un resfriado y ya pero por más que sea tenemos que estar pendiente a su salud- digo y el asiente.

En ese momento entra Diego a el despacho pero sin tocar.

–¿Ustedes no han visto a ángeles y a jelena no las encuentro en ningún lado de la mansión?- nos dice y David es el primero en salir a buscar.

Después de un rato de búsqueda no encontramos nada si ellas estaban aquí y nadie salí ni entra sin que notifiquen me empiezo a preocupar y en eso viene bajando el señor Cristian.

–¿Y esas caras muchachos?- nos pregunta, mientras agarra el periódico de la mesa.

–Es... este... es que no conseguimos a las chicas- dice mi hermano David y el baja el periódico y nos ve, para luego soltar un risa.

Nos miramos confundidos los tres y el habla.

–Ya dejen de llorar, Diego y David las chicas están al final de el pasillo a la derecha cuando valla a entrar lo hacen con cuidado si no quieren un zapato o un cuchillo entre ceja y ceja.

Ellos corren en esa dirección y y también por que la curiosidad es más grande, cuando llegamos no se ve nada pero cuando entramos vemos dos bolitas de pelo que sobresale de un inmenso sillón negro.

Nos acercamos con cuidado y están ángeles y jelena muy concentradas leyendo, Diego iba a hablar y ángeles agarró el cuchillo de la mesita de noche y hizo que se callara, David quiso hacer los mismo pero jelena le lanzó una mirada de advertencia.

Con el silencio más grande de el mundo intentamos salir en vano por que cuando casi llegamos a la puerta chillo la madera y un cuchillo le paso por al lado a Diego y quedo enterrado en la pared, Diego se voltea pálido y ve a ángeles mirando lo y el rápidamente se apresura a salir antes de quedar sin vida y después salimos David y yo.

Cuando llegamos a la sala Diego se sienta en un sillón individual y nosotros en otros aparte.

–¿Que paso Diego parece que viste al mismo diablo?- dice el señor Cristian divertido.

–Si señor Cristian lo hizo pero era su mujer- mira a David confundido- cuando veníamos saliendo de la biblioteca Diego piso mal y una tabla chillo y un cuchillo le paso por el lado casi cortando le la oreja- termina de decir y el señor Cristian ríe por lo bajo.

–Cuando una de esas tres mujeres lea, jamás se les ocurra interrumpir su lectura por que le irá peor y ya- nos dice- ella tres buscan la lectura para escapar de la realidad pero entre ellas tres quienes más leen son ángeles y Olivia.

Nos dice y los tres asentimos como extraño a mi Olivia.