Rachel
Froto mis pies anhelando calidez.
Jodido frío londinense.
Miro entre ansiosa y ligeramente enfadada la pantalla encendida de mi móvil, 03 a.m y no hay señales de Christopher.
Ni un jodido mensaje. ¿Tan ocupado estará? ¿O está siendo entretenido...?
Freno mis pensamientos invasivos. Dejamos en claro que somos posesión del otro, a pesar de no ser algo oficial. Salvo que quiera perderme para siempre; no se acercará a una mujer a menos de un metro de distancia.
Sueno como una loca posesiva... no, corrección; lo soy. Algo que llegué a experimentar solo con él, el hombre más mujeriego y codiciado que he conocido en mi vida.
Agresivo, egoísta y patán... todo lo que un padre no quiere para su hija y lo qué yo, una primera hija de la que se espera un compañero cortéz, decente y devoto; no sabía que quería. No hasta que él se propuso seducirme.
El típico play boy, rico e hijo único. Proveniente de una familia sumamente poderosa y conocida tanto en la milicia como en el mundo empresarial. Un apellido de peso y temido por sus influencias y capacidades.
Christopher Morgan no sabe ni fue criado para aceptar un "no" por respuesta y fui la primera persona que se lo restregó en la cara.
Oh, en ese momento no sabía que la atención maldita del diablo iba a centrarse únicamente en mí, y solo para dos cosas:
Reclamarme y apoderarse de mi alma.
Pero que me jodan si me atrevo a decir que no he disfrutado todo esto y nuestro "supuesto" romance secreto altamente prohibido.
Secreto no se podría decir que lo es mucho, pero... ¿prohibido? oh, diablos, sí que lo es.
Mi padre le llenaría el trasero de balas solo por haberme puesto el ojo encima si se enterase.
Y mi madre ausente, pues, apostaría a que dejaría por un día a su nuevo marido parisino y vendría a abofetarme el rostro por, y cito sus muy probables palabras: ser la puta de uno de los solteros jóvenes más codiciados de Londres.
Y el que yo me estuviera acostando con uno de los antes mencionados no sería el problema en sí, ya que Luciana se esfuerza en fingir vergonzosamente la dignidad que no posee, el problema vendría siendo que mi compañero sexual -y sentimental, para qué mentirnos- no es nada menos que un Morgan.
E hijo del Morgan que más odia.
Salgo de las divagaciones en mi cabeza cuando mi ventana es golpeada de manera intermitente por lo que parecen ser rocas por la fuerza con la que se impactan contra mi ventana y el ruido que genera.
Frunzo el ceño y solo un segundo después la puerta de mi habitación es abierta de forma abrupta por una patada.
Papá ingresa con la escopeta en mano y el ceño fruncido por la concentración dándole una barrida a nuestro alrededor antes de soltar un suspiro de alivio al verme sin ningún rasguño ni en compañía de alguien.
-¿Papá qué sucede? -hablo quitándome las mantas de encima, no responde, su mandíbula se aprieta cuando se aproxima a la ventana y la abre de par en par.
-¡Joder, nena, hasta que sales! -la muy familiar voz me deja helada. «Aquí fue»
Asomo la cabeza con la urgencia quemando mi garganta. Papá maldice sin asomarse, se queda un paso detrás de mí y temo por la vida del imbécil borracho que me sonríe desde el suelo.
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Fanfiction«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -