✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯

✯ 𝑬𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍, 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒐: 17 𝒅𝒆 𝑵𝒐𝒗

1. The Blackest Day

Rachel

17 de noviembre de 2017

Sujeto el teléfono con la mano huesuda y temblorosa que lleva la punzante intravenosa.

Las leves dosis de morfina son una puta broma por lo que el dolor maneja mi cuerpo a tal punto de agonizar en lo que pongo de mi esfuerzo para no dejar caer el teléfono que le robé a una de las malditas enfermeras.

«Esto no es una buena idea, Rachel» Me advierte mi conciencia, pero esto me es necesario.

Solo necesito escuchar su voz. Algo de rechazo, o un regaño; lo que sea. Mi alma fragmentada lo anhela. Anhela algo del hombre que prometió no volver a decirme que me amaba.

Sollozo nuevamente, con la garganta obstruida por la presión, siendo plenamente consciente de los restos de mi vida pasada.

Han transcurrido 5 infernales días de forma desquiciante, y estoy llegando a mi límite. No podré soportarlo y necesito un recuerdo para atesorar en el momento en que decida acabar con esto yo misma. Soy una desdichada drogadicta sin nombre ni familia, realmente no soy nadie. Mis pensamientos intrusivos profundizan las cicatrices que lleva a cuestas mi alma a carne viva. ¿En serio él se tomaría el tiempo para humillarme siquiera?

Tan defectuosa

Sin valor

Usada

Sucia

Sola

Me acurruco con fuerza en posición fetal deseando que las voces en mi cabeza se disuelvan y desaparecer. Quiero paz. Quiero consuelo, algo que me haga sentir viva, que importo y que simplemente no soy un cuerpo desechado al borde de una muerte solitaria y dolorosa.

Con los ojos exhaustos, marco el número que he mantenido flotando firmemente en mis pensamientos desequilibrados.

«Por favor contesta, por favor..»

-¿Quién demonios habla? -gruñe con voz lejana el hombre en la línea arrastrando las palabras.

Mi corazón se paraliza cuando. No soy capaz de dar el primer paso.

Con dificultad, intento normalizar mi ritmo cardíaco para evitar que el monitor me delate. «Siento que estoy a punto de tener un infarto fulminante», «Ojalá y suceda, moriría en paz»

Uno, inspiro

Dos, exhalo

-Feliz cumpleaños...-susurro con temor, cual lastimera cobarde.

El pánico se instala hasta en mis huesos y lo único que se me ocurre es colgar pero él es quien me lo impide.

-¡No te atrevas a colgarme, Rachel! -grita con desesperación. Estruendos de objetos siendo destruidos uno tras otro irrumpen en la llamada-. ¡No lo hagas! ¡Dime dónde estás! -ruega, realmente ruega-. ¡Dímelo!

El llanto vuelve como ola destructora llevándose todo a su paso. Mi mísera e inútil valentía consigo. Mi corazón duele tanto que solo quiero retorcerme en el frío y sucio suelo.

-¡Estás en mis putos sueños, atormentándome día y noche. Ebrio, medianamente sobrio, no importa! ¡Simplemente no me dejas en paz! ¡Así que dime dónde carajos te encuentras porque me lo debes! -más destrucción.

-¡Dilo, maldita sea! ¡Te lo estoy rogando, Rachel. Maldición! -me rompo-. ¡Rachel! ¡Háblame, joder!

-No olvides que te amo, Christopher -reuno valor-. Siempre serás dueño de una parte de mí, la misma que tendrás por el resto de tu vida -no miro a un punto fijo en lo que su respiración desordenada es lo único que escucho-. Lo siento.