Christopher
Sigue sin haber señales por parte de los rusos. Alex empeora cada vez y Gema no hace más que saturarme el celular de mensajes y llamadas, ansiosa por saber si tenemos algo.
Olimpia se pasea por la oficina al igual que Gauna y el Ministro. Soldados entran y salen pero ninguno de esos es Rachel.
Por más que mi mente esté ensimismada en una cosa le es imposible no pensar en ella.
«Maldita bruja»
Me echo hacia atrás en la silla evaluando las opciones que tenemos y por primera vez todas son nulas. A éste punto los rusos posiblemente no habrán asesinado a Sara y a Marie, pero eso no significa que no las tengan en estados deplorables.
La mafia roja se caracteriza por dos simples cosas: su sed de sangre y por la perversión que emplean a la hora de torturar y asesinar. Son unos malditos sádicos y no tienen contemplación con nadie. Todo el mundo lo sabe, y es lo que atormenta al Ministro y a Gema en su mayoría.
Laurens ingresa a la habitación jadeando y temblando viéndose como un jodido papel sin habérselo exigido y frunzo el ceño listo para escupir veneno.
—¿Qué diablos haces aquí? —espeto—. ¿Te solicité en algún momento? ¿O es que ahora aparte de ser inútil eres imbécil?
—Co-coronel... Es importante —toma bocanadas de aire para evitar tartamudear como una estúpida retrasada—. Se trata d-de la Teniente Lancaster.
Blanqueo los ojos sobándome las sienes.
—Estoy ocupado —espeto.
—Pero...
—¡Laurens, se te dio una respuesta! —se exaspera el Ministro.
—¡La T-teniente Lancaster y la Sargento Molina se encuentran en una disputa con la Teniente James!
Me pongo recto en la silla, el silencio es sepulcral, tanto que el débil ruido de un alfiler tocando el piso podría estallar la tensión.
—¿Que están... qué?
Agacha la mirada retorciendo las manos entre sí.
—Atacaron las pertenencias de la Teniente —susurra con temor.
No me mido. La aparto de mi camino dando zancadas sin detenerme por los llamados de nadie.
«Hijas de puta» Van directo al infierno por su propio pie.
El Ministro trota detrás de mí hacia los dormitorios femeninos y grupo tras grupo de soldados se amontonan en las habitaciones anteriores a la de Rachel.
—¿En verdad quieres iniciar una guerra? —le escucho decir a la maldita recogida.
—Yo no tengo que pelear por lo que ya tengo —responde Rachel sin acobardarse.
Los sollozos se hacen más fuertes al igual que los gritos y reclamos. La cara de Alex es de completa furia y, si él no manda a Molina y a Lancaster de regreso a Nueva York después de ésto, lo haré yo. Pero a diferencia suya ambas se irán dentro de una maldita caja.
Soldados huyen a causa de nuestra presencia mientras que otros simplemente permanecen donde están, más preocupados por lo que sucede que por las consecuencias que les seguirán después.
—Por un momento te consideré mi amiga —llora Gema.
—Solo a ti se te ocurre sabiendo lo que se desata cada que estamos uno frente al otro...
Observo a Liz tirar de su brazo encarándola.
—Deberías rogar porque no te corte la cara de perra que tienes.
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Фанфикшн«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -
