✯ 𝑨𝒄𝒂𝒓𝒂𝒎𝒆𝒍𝒂𝒅𝒂 𝒏𝒂𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅...

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Christopher

La sonrisa traviesa que me dedica exclusivamente a mí no solo me entorpece el respirar, sino que también me pone la verga como un mástil.

La guío, tirando de su mano para escabullirnos del gentío.

Alex, Sara y el matrimonio James organizaron la habitual celebración conjunta de nochebuena, como buenos socios y amigos de toda la vida. Con los allegados vejetes de culo seco por doquier, y sus esposas las maduras de plástico con demasiado botox alrededor de los ojos. Ambos acompañados de sus bastardos pubertos. A la mayoría se le empalmó con morbosearle las tetas a Rachel por encima del vestido, por lo que he desaparecido a la mitad. La otra mitad tiene amenazas de muerte.

El rumor de que era un bastardo territorial murió para que el de desquiciado posesivo tomara fuerza.

Ingresamos en medio de trompicones a la primera estancia que se atraviesa en nuestro camino. «La oficina de su padre» Perfecto, nada como follarme a la preciada hija de Rick en su lugar predilecto.

-¿En qué piensas? Si no es en mi asegúrate de huir antes de que te perfore las bolas con el tacón.

-¿Si no es en ti, en quién más sería?

Se muestra orgullosa en lo que exhibe mi torso.

A decir verdad, con Rachel hemos estado comprometidos desde antes de nuestros nacimientos. Nuestra crianza fue estrecha, pero nunca nos vimos como familia de algún tipo, se podría decir que sí como amigos, pero eso murió durante nuestra adolescencia media. El que nuestros sentimientos se sumaran a la ecuación luego de hayamos aceptado descargar la lujuria solo nos favoreció.

Por primera vez en años, procuro quitarle la ropa con cuidado, ignorando simultáneamente a la bestia en mí que exige despedazar lo que nos impide el acceso al cuerpo de la mujer de nuestra pertenencia.

-Ten cuidado con el obsequio de mi prometido -advierte por encima de su hombro-. Es un hombre quisquilloso.

Tiendo el vestido sobre el brazo del mueble.

-¿Ah, sí? -deslizo mis manos por su diminuta cintura-. ¿Descubriría tu prometido que estoy a punto de follarte por una arruga en tu vestido?

-Absolutamente.

Los altos grados de temperatura se aglomeran a nuestro alrededor.

Mi prometida cachonda se inclina hacia mi toque. Su sedosa espalda desnuda contra mi pecho desnudo. Paseo mi lengua por la curva de su cuello subiendo mis manos desde su abdomen hasta sus tetas llenas. Las ahueco, dedicándoles merecida atención antes de inclinarla sobre el escritorio de su padre.

La vista de su trasero perfecto es demasiado tentadora. Su piel de porcelana marcada con cardenales, la mayoría de días pasados que no consiguen borrarse por la acumulación de ellos. Y que bajo mi guardia no lo harán.

Le clavo los dientes poniéndola a jadear. Que su clítoris quede contra una de las figuras de madera talladas al escritorio es algo de lo que me aprovecho, ya que el roce la vuelve loca.

Me meneo la verga sin decoro; duro y rápido, sin descuidar el coño chorreante de la mujer que me mantiene erecto y como un animal; despojado del control, con tendencias primitivas y pensamientos de un semental territorial.

No tolero el que le respiren cerca, que la busquen e intenten dirigirle la palabra. La maldita es consciente de mi intolerancia así que se mantiene al margen, pero decide pasarlo por alto cuando la provoco de sobremanera. Es rencorosa, astuta y malditamente celosa. Comenzó como la dulce chica con razonamiento sano. De inocencia rebosante, sin tendencias insanas.

✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora