2. The Blackest Day
Rachel
17 de noviembre del 2018
Un suspiro de nerviosismo brota de mis labios entre abiertos, con la adrenalina recorriendo mi sangre limpia; cierro los ojos y empiezo a correr.
De un momento a otro, me encuentro hundida en la superficie fría para luego salir a flote con los brazos extendidos y los dientes castañeando.
Joder, hacen unos 35°C en las Maldivas pero eso no afecta la temperatura del agua. Nado de vuelta a la orilla con una técnica prolija que me impulsa el doble y acorta la distancia entre brazadas.
Jadeo audiblemente con la mano cubriendo mis ojos del furioso sol antes de echar a correr saliendo del agua como si mi corazón estuviera por romper las capas de piel de mi pecho y salir huyendo.
Con una sonrisa de loca, me tiro a los brazos del hombre que tanto había extrañado apretándolo fuertemente con mis brazos y piernas.
—No pensé que diría esto pero, no me asfixies con tu cuerpo, aún no he tachado todas las fantasias que tengo contigo.
Me río, dispuesta a bajarme de él, pero antes...
—Feliz cumpleaños, mi amor —susurro de forma íntima y dulce en su oído.
Siento su sonrisa sin tener que verlo de frente para asegurarme.
—¿Podré desenvolver mi regalo ahora?
Mete las manos dentro de la parte inferior del bikini color gris masajeando los firmes globos.
—Todo para el cumpleañero —rozo mi nariz con la suya. Bajo y lo llevo de la mano hasta una zona más privada de la solitaria playa.
Le propina dolorosos azotes a mis glúteos en el trayecto, porque es de manos inquietas y mi culo resulta un buen desestresante. Sus palabras.
Alza las cejas ante el picnic playero que elaboré para él, con sus cosas favoritas: su bebida, su platillo y, por supuesto, yo. Humildemente su mejor obsequio.
—Lindo gesto —señala con indiferencia y se me coloran las mejillas por semejante idiotez.
—Si le pones algo de sentimiento a la palabra no te desintegrarás, idiota —le asesto un golpe al abdomen y sonríe a medias esquivándolo.
—Me gusta, Teniente —me lleva con él adentrando sus dedos entre mi cabello castaño claro. Un gruñido retumba desde su garganta—. Odio este puto color.
Escondo la sonrisa que amenaza por salir. Amaba el negro más que yo.
—Entonces solo quítalo —mi lengua sale a humedecer mis labios.
Se aleja un poco para mirarme interrogante.
—Cómo se supone que...
Esta muere, y es cuando procede a enterrar bien los dedos entre las hebras para tirar del cabello y retirar la peluca de mi cabeza.
Sus labios se separan levemente permitiendo al oxígeno salir, me peino el cabello con los dedos y él me inmoviliza inesperadamente prendiéndose en mi boca con frenesí. Un choque de dientes, lenguas y dominio. Me tumba sobre la arena fría y trata de cernirse sobre mí, pero me giro boca abajo.
—¿Qué mierda haces?
Se molesta y no río porque empeoraría su humor.
—¿Te gustó el obsequio?
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✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯
Fanfiction«Somos 𝒍𝒂𝒔𝒄𝒊𝒗𝒊𝒂, somos 𝒍𝒖𝒋𝒖𝒓𝒊𝒂 y somos 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐. Somos 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒂𝒍𝒐𝒔 que no le envidian nada a 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐» - - - - - - - - - - - - -