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Vio

El día de ayer lo pasamos tranquilamente en casa por la mañana y en la piscina del pueblo por la tarde.

A la noche cuando los niños ya estaban durmiendo y yo leía, Chiara y mi abuela charlaban animadamente y está última le contaba a mi chica que llevaba mucho tiempo sin ir a la playa, ya que sus hijos, es decir, mi padre y mis tíos ya no la llevaban y a ella sola no la gustaba ir. Por lo que Chiara decidió que hoy iríamos a la playa.

Me despertó a eso de las ocho y nos metimos el la cocina a hacer filetes empanados, tortillas de patatas y algún bocadillo. Llenamos las dos neveras, una con bebida y otra con la comida, llevábamos incluso un gazpacho que a mi abuela le encantaba.

A eso de las nueve y con el desayuno preparado Chiara desperto a los niños y los puso a desayunar. Le dijo a mi abuela que se prepararse para ir al río y ella se lo creyó.

Chiara estaba encantada con que su plan saliera bien. Nos montamos en el coche, mi abuela de copiloto, yo atrás con los niños y Kiki conduciendo.

Cuando llegamos y mi abuela vio que la llevábamos a la playa y que llevábamos sillas, juguetes para los niños, sombrillas y las neveras se puso muy contenta. Volvía al mar. Supo perfectamente a quien debía dar las gracias por llevarla a la playa, a su Kiki.
Poco después del momento de emoción de mi abuela por traerla a la playa, nos dimos cuenta que era la primera vez de Jimena en la playa.

Tras instalarnos, Chiara cogió a la niña y se la llevó junto con el niño al mar, mientras yo esperaba a mi abuela

- Que suerte tienes de tenerla cielo

- ¿Tu crees?

- Mírala. Me ha traído a la playa a pasar el día y para que tu puedas esperarme tranquila se ha llevado a los niños

- Es increíble

- Y mira, no ha metido a la niña, te esta esperando. Quiere que lo hagáis juntas

- ¿Vamos?

- Si. Yo también quiero ver la reacción de esa enana al agua del mar

- Mira el otro salpicando

- Es un bichejo. ¿Sabes algo de Tana? Últimamente no me habla

- No cariño, no habla a nadie

- Que bien, ¿no?

- No lo se

- Mamaaaa

- Hola bicho

- Ven corre que mami va a soltar a Jimenita en la orilla

En cuando Kiki soltó a la niña se puso a llorar, no la gustaba la playa o por lo menos la textura de las piedras. La cogió y la volvió a soltar, está vez fue a meterse las piedras en la boca, por lo que la volvió a coger bruscamente y volvió a llorar. Mientras ella la tenía encima yo le abría la mano para quitarle las piedras. Había que tener mucho cuidado con ella.

Chiara decidió meterla en el mar y eso sí la gustó, no sabía ni nada. Yo aproveché aquella escena de Chiara con los dos pequeños jugando en el mar para ir a por el móvil e inmortalizar el momento.

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