42.

1.1K 58 0
                                    

Vio

Kiki y yo nos encontrábamos en California. Habíamos estado en New York, en Arizona, en Indiana y en Florida antes de acabar aquí.

Había una idea que me rondaba la cabeza desde hace tiempo, era algo egoísta y bastante inhumano si te pones a pensarlo detenidamente. Quería que Kiki se quedase embarazada aquí en Estados Unidos, la opción que me hacía querer eso, era que aquí se podía elegir a la carta el donante para la inseminación de Kiki, pero no servía de nada pensarlo si no contaba con ella, por lo que hoy en la playa aprovecharia para hablar con ella.

- Amoor

- Tell me

- He pensado una cosa

- Dime

- Quiero que tengamos a nuestro hijo aquí

- ¿Que follemos?

- Si siempre pero no me refiero a eso. He estado leyendo que aquí en el estado de california, puedes elegir al donante y se de sobra que tú querías que el embarazo lo llevara yo así que igual he pensando buscar un donante qie se parezca un poco a mi

- No lo había pensado, pero si que me haría ilusión que se pareciera a ti que fuera pelirrojo

- Amor, yo no soy pelirroja es tinte

- Shhhh, lo miramos. Hablo ahora con los de las visas a ver qué se puede hacer, porque estamos aquí como turistas

- Vale amor

Kiki se fue a hablar a la cocina mientras yo sacaba la secadora. Habia estando en hoteles hasta ahora que decidimos estar en una casa para poder cocinar comida nosotras y limpiar nuestra ropa. Según Kiki necesitábamos comer sano y mas normal. Llevábamos muy mal no comer comida a la que estábamos acostumbrados aquí todo eran restaurantes de cadenas rápidas y nosotras necesitábamos nuestras ensaladas, nuestro conejo al ajillo etc.

- Vivili

- Dime amor

- Podemos hacerlo. Así que si quieres dedicamos la mañana a mirar en el ordenador clínicas y la tarde a ir a alguna. Hoy un plan más casero

- Vale amor. ¿Y de comer?

- Mmmmm me apetece sopa y filetes de pollo con ajito y perejil

- Me pongo luego

Kiki me ayudó con la colada para después sentarme en el sofá con ella a ver clínicas. No exagero si había cientos de ellas y a cada una más cara pero con mejores resultados.

Hicimos un parón para hacer la comida que Kiki me habia pedido y después decimos mirando clínicas para acabar escogiendo tres a la que acudir.

Las dos primeras no nos ayudaron nada. Por suerte en la última no solo hablaban en español si o que no tuvieron ningún inconveniente en explicarnos todo el proceso, nos enseñaron las salas e incluso nos preguntaron por el tiempo que nos íbamos a quedar para hacerle a Kiki un breve seguimiento. Incluso la preguntaron si estaba tomando algún tratamiento.

Kiki y yo nos miramos y supimos que queríamos hacerlo allí. Fuimos la última porque era de las más baratas, pero a era la que mejor trato nos daba.

El nexo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora