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Vio

Hoy era el gran día.

Hoy me casaba con Chiara.

El diecisiete de febrero de dos mil treinta y cinco seria uno de los días que quedarían grabados en mi mente a fuego, ya que no creía olvidarlo jamás.

Estábamos separadas, Chiara con Jass y Rus y yo con Tana y Almu.

Tenía los votos preparados, y todo hablado mil veces con Jass, nuestra organizadora personal para que no saliera mal.

- Deja de pensar en ella está bien y muy guapa

- Cayetana, ¿no habras visto a mi mujer?

- Yo estaba en las pruebas del vestido

- ¿Y no me has contado nada? Soy tu hermana

- Lo se y te quiero muchísimo Vio, pero si Jass se entera que te he dicho algo me mata, o me deja sin sexo y mira no se si a tu Oliver le pasa pero la mía es una máquina y sin sexo no se vivir

- Deberán tener un don, porque sino no me lo explico

- Un componente genético o algo

- Si Tana dos. Anda dejad de decir estupideces a ver si os vais a parecer a mi madre

- Ya te he dicho que si querés que la echemos de la boda a Jass no la va a temblar el pulso

- De momento quietas

- Violeta hija.- Dijo mi padre al otro lado de la puerta.- Chiara ya te está esperando

- Un momento papá.- Hablo Tana.- Repasemos, ¿algo azul?

- La liga

- ¿Algo presado?

- El pasador del pelo de Emma

- ¿Algo nuevo?

- La liga

- Estupendo. Ya vamos papá

Tana abrió la puerta y a mi padre casi se le saltan las lágrimas

- Estás preciosa

- Gracias papa

Llevaba un vestido muy sencillo blanco y ceñido al cuerpo, con una cola bastante larga la cual Tana iba colocando detrás. Almu iba delante con los niños. Duque y Eliot iban tirando flores, mientras que Jimena tiraba de un pequeño carrito en el que iba colocado mini Alex.

Al llegar a la rampita para bajar la vi y me quedé sin palabras. Llevaba un vestido blanco, con una especie de corpiño palabra de honor con pedrería precioso, de él salía una falda llena de tul, con cancan y todo, súper voluminosa, como ella quería. El maquillaje que llevaba era súper sutil, una buena base, eyeliner y un pintalabios. Estaba más guapa que nunca si eso podía ser posible.

Cuando mi padre me dejó enfrente suya, Almu tuvo que sentar a los niños ya que querían estar con nosotras, pero no podían.

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