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Vio

Hoy Kiki se encontraba muy mal.

Tenía muchísimas contracciones de preparación al parto y casi no podía moverse.

La faltaban diez días para salí de cuentas y entre el calor que ya hacía en junio y las contracciones esas estaba un poquito insoportable, por lo que teníamos a toda la familia aquí en Madrid pendientes de ella y de si necesitaba algo.

El piso de Tana y Jass, era bastante grande por lo que mi padre, mi abuela, mis suegros y mi cuñado hacían vida allí. A casa no venían si Kiki no quería. Ya que se agobiaba demasiado rápido.

Empezo con contracciones hace un mes, el uno de mayo y yo que no soy mucho de rezar, lo hacía cada noche pidiendo que no naciera en este mes aunque me conformaba con que no lo hiciera ni el cinco ni el quince, ya que son los días que cumplen Jimena y Duque. Al pasar esos días, es decir el dieciséis, me puse a pedir que naciera ya, que Kiki no podía con su vida.

- Violetaaa

- Dime amor

- Que vengan a llevar a los niños al colegio no puedo más, no estoy bien y no quiero estar sola

- Claro amor

Escribí a mi hermana preguntandola si podía hacerse cargo de los niños, a lo que me contestó que enseguida se llevaba a los tres, cosa que la agradecía infinitamente.

Tras llevarse a los niños abrí el grupo de nuestros amigos e Iván y Aroa, los pequeños de Juanjo y Martin y Almu y Alex, respectivamente ya se conocían. La adopción de Iván se llevó acabo en abril, y fue una alergia enorme tenerlo con nosotros. Y el parto de Almu se dio hace una semana. Solo quedaba Kiki y estaba muy cansada.

- Vio, no puedo más

- Kiki amor, tranquila

- No, en serio Vio, esto ya duele mucho. Ya no son como las de antes

- ¿Vamos al hospital?

- Si

Con mucho cuidado la llevé al coche. La pobre no podía ni sentarse estaba baste mal, se la notaba en la cara, el cansancio y el dolor.

Nada más pisar admisión Kiki rompió aguas, y se puso a llorar. No por dolor sino porque alguien iba a tener que limpiar su estropicio.

La pusieron en unas silla de ruedas y la hicieron esperar un rato en la sala de espera, donde solo se la oía a ella quejarse y resoplar al sentir las contracciones.

- Vio

- Respira tranquila

- Vio, o nos mueven ya o tu hijo va a nacer aquí

La sala de espera al oír a Chiara se alarmó bastante. Algunos vinieron a tranquilizar a Kiki, mientras que otros pedían a la de admisión que se diera más prisa, la frase más usada era "la muchacha va a tener el bebé en una sala de urgencias, buscad un médico o algo". Dimos con un día en el que había poca gente y la poca que había era buena.

Había una señora mayor allí, que no le quitaba el ojo a Kiki, que la analizaba los gestos de dolor y la angustia que sentia. No nos dijo nada hasta que salió su número, la tocaba con el doctor

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