(-) Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros (Kant)
***
Hay secretos que es mejor mantener ocultos y otros que es mejor olvidar. Pero para Matteo y Ruelle, ya es demasiado tarde. Ahora, su única esperanza de sobrevivir radica en confia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ℜ𝔲𝔢𝔩𝔩𝔢...
—¡Maggots! —llamó de forma inmediata logrando tener su atención, él da una mirada feroz al intruso y se dirige a mi con la cabeza en alto, demostrando que está alerta
—Por un instante creí que me convertiría en cena de un Jaguar —rie acomodando su camiseta blanca
—Todavía podrías serlo —dije dándole una mirada amenazante al mismo tiempo que acarició el suave pelaje de Maggots —
—Uh, eso me gustaría —bromea relamiendo sus labios que destellan revelando un piercing en el inferior
—Mm, ¿que haces en el bosque, no te han dicho que es peligroso? —cuestione aún en guardia
Parece pensarlo, sus ojos oscuros cuál noche sin estrellas y vibras demoníacas pasean por el suelo hasta llegar a mi.
—Si, me lo dijeron al tiempo que llegue al pueblo, pero quise comprobarlo por mi mismo —meneó la cabeza —. Aunque la verdadera pregunta es, ¿tú que haces aquí? —enarca una ceja al momento de señalarme con ambas manos junto a una sonrisa amplia casi desequilibrada
Me permití admirarlo, posee rasgos distintivos que lo hacen inconfundible. Con su cabello oscuro y rebelde que enmarca un rostro esculpido con precisión divina. Su mandíbula marcada y definida se complementa con unos labios carnosos que dibujan sonrisas cautivadoras. Sus ojos, de un verde intenso salpicado con destellos dorados, parecen guardar mil historias bajo sus largas pestañas. Las pecas sutiles que adornan el puente de su nariz y mejillas le dan un aire juvenil que contrasta con su expresión madura y penetrante.
Su complexión atlética se evidencia en sus hombros anchos y brazos definidos, moviéndose con una gracia natural que sugiere años de entrenamiento físico. Mide aproximadamente 1.85 metros, y su presencia llena cualquier habitación con un magnetismo innato. Su voz, profunda y melodiosa, tiene un tono grave que vibra con autoridad pero también puede suavizarse hasta convertirse en un susurro aterciopelado.
Cuando sonríe, pequeñas arrugas aparecen en las esquinas de sus ojos, dándole un aspecto cálido y accesible que contrasta con su imponente presencia. Sus gestos delatan una personalidad compleja: puede pasar de la intensidad más absoluta a una picardía juguetona en cuestión de segundos.
«Ruelle, ¿acaso viste algo que te ha gustado?»
—Un simple paseo
—¿Casi anocheciendo, un paseo? —hunde sus cejas
Su aspecto me da una sensación extraña, como si mi subconsciente me gritara peligro, pero mi adrenalina me incitara a conocerlo.
—Ajá, me gusta la naturaleza y la luna
—Ah, ya comprendo —asiente sin llegar a sentir sus palabras —noche, tranquilidad y una mascota peculiar —hace una mueca —. Divertido
—Mucho —le respondo al dar un paso atrás con Maggots haciéndome segunda, me siento tan orgullosa de que llevemos pocas horas y ya me ha entregado su lealtad —