Cristiano estaba sentado en el borde de su cama, mirando su teléfono, esperando ansiosamente un mensaje de Javier, habían pasado ya varias horas desde la última vez que hablaron, y aunque intentaba mantenerse calmado, algo dentro de él no dejaba de preocuparse.
De repente, el sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, se levantó de un salto y fue a abrir la puerta, esperando encontrar a Javier, pero en su lugar se encontró con Martina, su rostro pálido y su expresión grave.
- Martina, ¿qué haces aquí tan tarde? - preguntó Cristiano, sintiendo un nudo formarse en su estómago.
Martina bajó la mirada, como si no pudiera soportar lo que estaba a punto de decir, después de un momento de silencio, finalmente levantó los ojos hacia él, llenos de lágrimas que luchaban por no caer.
- Cris... - comenzó, su voz temblando. - tengo que decirte algo...
Cristiano sintió que el mundo se detenía a su alrededor, el aire se volvió denso y difícil de respirar.
- ¿Qué pasó? - preguntó, con un hilo de voz, sus peores miedos comenzando a materializarse.
Martina lo miró fijamente, su expresión llena de dolor y compasión.
- Es Javier, Cris... Javier... - hizo una pausa. - Javier tuvo un accidente... y no sobrevivió.
Su corazón se detuvo por un instante antes de latir con fuerza en su pecho, su respiración se volvió errática, y el dolor comenzó a apoderarse de su cuerpo.
- No... eso no puede ser verdad... - balbuceó, negando lo que dijo Martina. - estás mintiendo, Martina, Javier no puede estar muerto.
Martina dio un paso hacia adelante y lo tomó de las manos, tratando de transmitirle consuelo, esta era su oportunidad, pero tenía que mantener la calma.
- Cris, sé que es difícil de creer... pero hablé con su madre, ella me contó todo... el accidente fue en otra ciudad, estaban de viaje y... no quieren que se haga público.
Cristiano retrocedió, soltando las manos de Martina y llevándolas a su cabeza, no podía procesar lo que estaba escuchando, se negaba a aceptar una realidad tan cruel y desgarradora.
- No... no puede ser... Javier no... - susurró, sintiendo que las lágrimas comenzaban a caer de sus ojos.
Martina, aprovechando el momento de debilidad, se acercó más a él, poniendo sus brazos alrededor de Cristiano en un gesto de consuelo.
- Cris, lo siento tanto, yo tampoco quería creerlo, pero es la verdad. - dijo, sus palabras eran un veneno disfrazado de compasión.
Cristiano se dejó caer al suelo, sintiendo como si todo su mundo se desmoronara a su alrededor, el dolor era insoportable.
Martina lo observaba, sintiendo una mezcla de satisfacción y lástima, sabía que estaba destruyendo a Cristiano, pero también sabía que esto era lo que tenía que hacer para apartarlo de Javier, para quedarse con él.
Mientras Cristiano se hundía en su dolor, Martina tomó su teléfono y envió un mensaje rápido a Sandra . - listo, ya está. - la mentira estaba completa, y con ello, el futuro de Cristiano y Javier se había destrozado en un instante.
Martina se arrodilló junto a Cristiano, susurrando palabras de consuelo que no sentía realmente, sabía que ahora, con Javier fuera de su vida, tenía la oportunidad de acercarse a Cristiano como siempre había deseado, pero en el fondo, también sabía que nunca podría reemplazar lo que Javier había sido para él.
Cristiano había decidido que no podía seguir en México, el dolor era insoportable y la ciudad que una vez había comenzado a amar ahora se sentía como una prisión llena de recuerdos insoportables, iba regresar a Portugal, al único lugar que podía darle algo de paz, aunque fuera una ilusión temporal.
Guardaba sus cosas en silencio, sus padres notaron que algo estaba mal, pero Cristiano había sido cuidadoso en ocultar su dolor, temeroso de que cualquier muestra de debilidad les hiciera preguntas que no estaba preparado para responder.
La noche antes de su partida, Cristiano estaba en la sala, mirando una fotografía de la familia en Portugal, Alberto y Lucia, entraron en la habitación. - Cris, hemos notado que has estado un poco distante últimamente. - dijo Lucia, sentándose a su lado. - ¿estás seguro de que todo está bien?
Cristiano forzó una sonrisa, tratando de ocultar el dolor que sentía en su pecho.
- Estoy bien, mamá. - respondió, su voz sonaba un poco temblorosa, pero se esforzó por sonar tranquilo. - solo... extraño Portugal, pensé que este cambio sería emocionante, pero creo que me equivoqué.
- Mi amor, sabemos que el cambio ha sido difícil para ti. - dijo suavemente. - pero nos preocupas, sabes que puedes hablar con nosotros ¿verdad?
Cristiano asintió, sintiendo un nudo en la garganta, quería decirles la verdad, quería llorar en sus brazos y contarles todo lo que había pasado con Javier, pero no podía hacerlo, no quería que supieran la profundidad de su dolor, no quería que se preocuparan por él.
- Solo necesito regresar a casa por un tiempo. - dijo finalmente, mirando a sus padres con ojos llenos de tristeza. - necesito ese espacio.
Alberto y Lucia se miraron entre sí, ambos preocupados, pero decidieron respetar la decisión de su hijo, sabían que algo lo estaba lastimando profundamente, pero también sabían que presionarlo solo lo alejaría más.
- Entendemos, hijo. - dijo Albeto, suspirando. - si quieres volver a Portugal ahora, entonces te apoyaremos, solo prométenos que cuidarás de ti mismo y que nos llamarás si necesitas hablar.
Cristiano asintió, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con salir, pero las mantuvo contenidas.
- Lo prometo, papá. - dijo en voz baja. - los quiero mucho y gracias.
Lucia lo abrazó - Te amamos, Cris. - susurró en su oído. - y siempre estaremos aquí para ti, no importa lo que pase.
A la mañana siguiente, Cristiano se despidió de sus padres en el aeropuerto, mostrándose tranquilo, aunque por dentro sentía que se estaba destruido, les prometió que los llamaría en cuanto llegara a Portugal y con un último abrazo, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta de embarque.
Cuando el avión despegó, Cristiano miró por la ventana, viendo cómo la ciudad de México se hacía más pequeña hasta desaparecer, cerró los ojos, tratando de bloquear los recuerdos de Javier, el dolor de perderlo, y la desesperación de no haber podido hacer nada para evitarlo.
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Corazón Sin Vida | Cristiano Ronaldo × Chicharito
Fiksi PenggemarJavier Hernández un joven que desde hace 12 años ha vivido encerrado, triste y solitario, mientras que Cristiano vive en Portugal cargando con melancolía y recuerdos de un antiguo amor.