Narrador:
Los días transcurrían para Yurielkys y Valeria; la visita de la Sra. Ruiz y su nieto era cada vez más constantes, la pelinegra siempre los veía por el balcón en la tarde noche cuando se despedían de ellos, le hervía la sangre cuando Sebastián cada vez que se despedía de Valeria la besaba, y de la misma forma de cuando ellos eran novio, en una de esas despedidas sus miradas se encontraron y sonrieron; se veían poco, pero se llamaban cada noche para hablar, la castaña le contó que la boda estaba programada para tres mese más, eso trizo un poco el corazón de Yurielkys, estaba molesta, le dolía lo que estaba pasando.
-Papá se dio cuenta de las marcas en mi cuello —dijo la castaña —Y le tuve que decir —la pelinegra la miró sorprendida.
—¿Le dijiste la verdad? —preguntó.
—No, sólo le dije que amaba a alguien más y que no podía casarme con Sebastián —contestó Valeria.
—¿Que te dijo?
—No dio su brazo a torcer, me dijo que terminará con esa persona y que no dejaría que arruinara mi boda —dijo la ojiazul con los ojos cristalizados.
—Val, no me gusta verte así —dijo Yuri triste, quería consolarla.
—Y si mejor tu y yo no... — la miró con seriedad, ya que sabía lo que iba a decir.
—No Val, ni se te ocurra decirlo —dijo Yuri con los ojos humedecido —. No dejes que te convenza de nada, por favor, quítate esa idea de la cabeza.
—Lo siento —dijo la castaña al ver a su novia con los ojos cristalizados —No lo volveré a pensar —Yuri asintió y la abrazo.
(Yuri)
Estaba atendiendo una de las mesas cuando oigo el sonido de la campana, levante la cabeza y sonreí al instante, era Val, tras ella venían Laura y José, se sentaron, me acerque para atenderlos.
—Buenas tardes, ¿que desean pedir? —pregunté, Val me miró y sonrió, yo le guiñe un ojo.
—Pollo frito y patatas fritas —contestó Laura, Val asintió que quería lo mismo.
—Pero a la mía la quiero con aros de cebolla, y tres sodas, ya sabes cuales —dijo José, anote todo.
—Enseguida vuelvo —lleve la lista, se demoraron unos 15 minutos, para freir las papas, los pollos y las cebollas, mientras les lleve las sodas, luego llegue con sus pedidos, se los dejé —. Disfrútenlo.
—Yuri, espera —Val me detuvo tomando mi muñeca —. Necesito hablar contigo —me tense, me senté al lado de ella.
—¿Que sucede? —pregunté preocupada, creo que lo noto.
—Tranquila, no es nada malo —dijo acariciando mi mano con la suya —. Es solo que este fin de semana iré a la casa donde viven los primos de mi mamá, esta a las afueras del pueblo —me aviso.
—Supongo que tu papá les quiere dar la noticia de tu matrimonio —afirme cabizbaja.
—Supones bien —me dio una media sonrisa, estaba muy cerca de ella, tenía unas ganas inmensa de besarla pero me contuve.
—Vale en —la llamaron, las dos giramos, era Sebastián. —¿Que haces comiendo aquí? ¿Se te olvidó que comeriamos con mi abuela y tu papá?
—Si, perdón, se me olvido por completo —contestó, me moví para que saliera —. Me tengo que ir, nos vemos —se despidió de mi con un beso en la comisura de los labios y camino donde Sebastián, este la agarro de la cintura con fuerza y salieron, me tense. —Tranquila —me dijo José, me gire para verlo y me volví a sentar, me toque la cabeza frustrada, luego puse mis manos en la mesa y sobre ellas mi mentón, solté un bufido —. No lo soporto.
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La hija del pastor - adaptación-(YULERIA)
RomantikLa vida es injusta y cruel, y eso Yurielkys Ojeda lo sabe muy bien, por que lo ha vivido en carne propia... Pero al volver al pueblo de su infancia con sus tíos su vida dará un giro inesperado