Cap:4

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El despertador comenzó a sonar, saqué mi mano bajo las sábanas y apague el molesto ruido, lo mire, eran las ocho de la mañana, me quedé unos minutos más en la cama mirando el techo.

Me estire un poco luego me levante, me acerque al armario saqué dos toallas y me fui al baño, disfrute el agua tibia que caía sobre mi cuerpo, al terminar coloque una de las toallas para envolver mi cabello la otra mi cuerpo y salí del baño en dirección a mi habitación. Me seque bien, use un poco de crema corporal, me coloque el sostén y unos bóxer; abrí el segundo cajón y saqué una blusa amarilla sin mangas, en el tercero saque unos jeans ajustados que me llegaban hasta los tobillos, tenían un doble de 3 centímetros en la punta, por último me coloque unos calcetines cortos y unas converse negras.

Me acerque aún pequeño espejo colgado en la pared cerca de la repisa donde habían algunas de mis cremas, que pronto se acabarían, me seque bien el cabello y me lo peine, decidí dejarlo suelto, igual que el día anterior. Ya lista salí de mi habitación.

Al bajar me dirigí a la cocina y ahí estaban mis tíos y mi primo, ya estaban desayunando, se sorprendieron al verme.

-Creí que dormiría más —me dijo mi tío.

Tengo que salir en unas horas más —le informe.

¿Donde? —preguntó curiosa mi tía mientras me pasaba un vaso de chocolate caliente y tres waffles con salsa y fruta picada.

Gracias —le dije al recibir mi desayuno —. Quiero trabajar y Anthony me dijo que en su trabajo había un cupo —conteste —. Así que quiero llegar temprano para hablar con su jefa y me dé ese empleo.

Estoy seguro que te lo dará, Ashly es una gran jefa y una buena mujer —aseguró mi primo —.Te puedo llevar si quieres.

Eso sería genial —le agradecí a mi primo, comencé a comer mi desayuno, al probar el primer bocado, cerré los ojos. —¡Wow, tía! ¡Esto está increíble! —exclamé saboreando mis labios.

Mis waffles siempre han sido tus preferidos, por eso decidí hacerlos.

Extrañaba comerlos —dije —. Gracias —disfrute cada bocado.

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Estaba esperando a Michaela, estaba arreglando sus cosas, era sábado y tenía práctica con el equipo de fútbol, su posición era de delantero, me había dicho que en unas semanas tendría un partió importante con el equipo de un pueblo cercano.

Estaba esperando afuera, lo vi salir con su bolso, luego salió su padre, estaba bien vestido, de terno azul marino y una corbata color carmesí, se despidió de mi tía dándole un beso. Mi tío trabajaba en el ayuntamiento, no por nada era el alcalde, siempre iba bien arreglado, eso me decía Michael.

Nos vemos en la tarde —dijo acercándose a su auto —Suerte con el empleo, Yuri.

Gracias —dije, abrí la puerta del auto de Michael, era un Jeep negro, el subió después y encendió el auto, salimos y luego vimos a mi tío salir tras nosotros.

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Me despedí de mi primo y me baje del auto, por fuera no se veía muy grande, por los ventanales podía ver que ya habían clientes, entre después de otras personas, sonaba una campana al abrirse la puerta, frente a mi había una barra donde atendían algunos meseros, tras de ellos habían tazas de café, hervidores, cafés, azúcar, té; una pequeña ventanilla que daba a la cocina donde dejaban otros pedidos. A mi derecha, al medio del camino habían mesas con dos sillas, habían unas 5, pero cerca de los ventanales habían dos sillones de frente a una mesa, donde caían 4 personas, de esos había por todo alrededor de los ventanales, hacia mí izquierda estaba la caja y en una esquina había un letrero que decía baños. —¡yuri! —oí que me llamaban, mire, en una punta, al final de la barra estaba Anthony, me saludo moviendo su mano y me sonrió, terminó de atender a un hombre y luego se acercó a mí. —¿Que tal?

La hija del pastor - adaptación-(YULERIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora