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Si le hubieran preguntado al antiguo Ford sobre su opinión de tener de musa un demonio del sueño triangular, por supuesto se habría reído

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Si le hubieran preguntado al antiguo Ford sobre su opinión de tener de musa un demonio del sueño triangular, por supuesto se habría reído. Ahora no tanto, porque era su situación actual... ¿irónico, no?

Todo comenzó cuando Ford sin querer empezaba a retratar al triangulo en cualquier material en el que se pudiera escribir o dibujar, se había vuelto tan recurrente que aterraba. Había tenido que recurrir a los fósforos y encendedores cada que aquello pasaba, no se podía permitir  que aquel ser viera eso, tal vez se reiría de él o hasta intentaría cerrar el trato. 

Standford había decidido que sería su musa, su fuente de inspiración, su amigo cercano y de inmensa confianza, aquel ser nunca lo traicionaría, lo sabía.

— ¡Hey, Sixer! — Saludó el triángulo con sorna, aquella frase que siempre empleaba cuando se veían.

— Bill —  Dijo él con simpleza mientras trataba de regular su respiración, trataba de disminuir el sonrojo en sus mejillas y de paso también controlar el latido de su corazón acelerado — ¡Tengo buenas noticias! — El castaño sacó una especia de hoja — Todos los planos ya están listos, los materiales están preparados para construir todo y...

Realmente Bill no le estaba prestando atención, veía fijamente al nerd hablar con entusiasmo sobre aquel proyecto por el que estaba dando todo de sí.

Por un momento se burló internamente de él, el seis dedos no sabía en lo que se estaba metiendo y cuando se diera cuenta ya sería muy tarde. Pensó en que el humano era un simple títere y que no era nada más allá que un idiota al que había engañado y utilizado para alcanzar la supremacía total. Claro que no era así, Bill había tenido miles y millones de oportunidades para haberlo lastimado, atormentado y otras cosas horribles a las que estaba acostumbrado él; en cambio, no lo hizo. 

Se convenció de que era nada más que porque el humano, aunque no quisiera admitirlo, era servicial y fundamental en su plan, era un peón más. No, no era un peón, era el Rey. Si el Sixer se negaba a seguir con todo aquello, todo su perfecto plan para dominar el universo se iba a ir al carajo, aunque todavía el trato siga vigente. Luego lo imaginó como su Reina, dominando el universo con él, a su lado.

Pero que Bill tenga pensamientos dulces como aquellos no contrarresta que es un demonio retorcido y grotesco. Lo imaginó cubierto de sangre, con heridas profundas y sangre fresa brotando de su cuerpo. implorando por piedad. Sus dedos sobrantes de la mano arrancados mientras suplicaba que lo dejara ir, que sería su Reina para toda la eternidad sin importar que, que lo amaría aunque le hiciera daño física y emocionalmente.

— ¿Bill? —  Ford llamó su atención y su grotesca fantasía tuvo que terminar — ¿Sucede algo?

— No te preocupes cerebrito, tu solo mantente en tu investigación, yo tengo todo en orden — El ente puso su mano en el hombro del joven.

El de lentes siseó un poco y se apartó del toque con delicadeza.

 — Perdón, es que últimamente me han aparecido demasiados moretones y heridas en el cuerpo, no entiendo por qué — El chico solo atinó a frotarse con suavidad aquellos lugares afectados.

— Debes tener más cuidado, Fordsie —  Bill fingió preocupación, aunque sabía perfectamente la razón de aquellas heridas y contusiones. 

—  Gracias Bill, aprecio mucho tu preocupación — Sonrió el castaño, mientras sus mejillas cobraban un tono rosáceo.

Claramente Bill tenía algo que ver. Bill era fanático del dolor, del sufrimiento y las dolencias. Como el triángulo nunca experimentó lo que era tener un cuerpo tridimensional, se conformaba con las sensaciones dolorosas causadas por sus propios actos cuando poseía a sus víctimas. El masoquismo siempre fue un arte para él y mucho más si ahora se trataba de Fordsie, haciéndole daño  causándole sufrimiento le haría saber cuanto lo amaba y apreciaba.

(..)

Su teléfono sonó insistentemente. 

Suspiró con pesar y dejó su banyo a un lado, ¿no podía tener ni un solo día de descanso? Contestó el teléfono y lo llevó a su oreja.

—¿Hola? ¿Fiddleford computadotecnia? —Repitió aquella misma frase que ya tenía grabada en la mente de tanto repetirla —¿Quieres construir un meta vórtice polidimensional transuniversal? — Pestañeó unas 2 veces — Es matemáticamente factible, supongo — Sonrió.

Stanford se alegró al otro lado del la línea, no solo por saber que por fin podría ejecutar de manera adecuada el portal que complementaría su investigación científica en anomalías, sino también porque volvería a estar junto a su compañero después de un largo tiempo, el rubio lo complementaba ciertamente y no había nadie mejor para el puesto que requería que Fiddleford.

Su corazón dio un vuelco.

— ¡Genial, Fidd! ¿puedes venir a la cabaña mañana en la a primera hora? Necesitamos tener listo este portal lo más pronto posible, ¡será nuestro logro más grande! — Habló con emoción.

El rubio rió en el teléfono.

— Claro Ford, mañana a primera hora — Contestó y colgó, con una sonrisa plasmada en el rostro.

Al menos no se alejaría de Ford por un buen tiempo.

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OLA MIS AMOREEESSS

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OLA MIS AMOREEESSS.

¿Cómo les va todo?

Reviví después de 3 días de actualizaciones seguidas y 2 días de descanso.

No saben lo agradecida que estoy por todo el amor que le están dando a la historia, ESTOY SÚPER FELIIIZ, LOS AMOOOO.

Como pudieron leer, Bill es como el novio tóxico, posesivo y medio violento. En cambio Fiddleford es el tranquilito, que te regala flores y te da serenata con su guitarra con un cartel de "¿Quieres ser mi novio?"

Te envidio Ford, te envidio.

Espero les haya gustado, besitosss.'

MUAKKK.

- Ally.

Musa || BillfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora