Okay, Fiddleford se perdió un poco en todo esto... ¡¿por qué mierda estaba el hermano gemelo de Ford en la puerta de la cabaña?!
Mejor recapitulemos...
Fiddleford se levantó aquella mañana de un humor estupendo. Había preparado su café mientras leía el periódico escuchando a la misma canción de siempre en la radio.
Ford también parecía estar calmado ese día así que se tomaron unas horas libres de todo el arduo trabajo que requería la construcción del portal. Estaban los dos tranquilos sentados en la sala de estar. Ford escribiendo Dios sabe qué y él tocando su banyo, una melodía calmada y que aún no conseguía hallarle un final apropiado.
El golpeteo de la puerta sonó repetidas veces.
— Yo voy — Dijo Fiddleford, levantándose y dejando a un lado su banyo, de todas maneras seguramente Ford no quería levantarse con lo concentrado que se veía.
Abrió la puerta y ahí estaba Stanford.
— Pasa Ford... te dije que llevaras las llav- — Fiddleford se detuvo en seco — ¡A LA MIERDA!
Y bueno... Stanley estaba un tanto confundido, ¿no se supone que aquella era la casa de su intelectual hermano? Si es así entonces, ¿por qué había un lindo rubio frente a él?
— ¡¿Fidd, estás bien?! — Y ahí vino su gemelo, Stan sintió unas ganas indescriptibles de llorar — ¿Stanley? ¿Qué haces aquí?
— Yo... Yo creo que los dejo hablar solos — El rubio se fue disimuladamente, dejando solos a los hermanos.
— Stanford... — Empezó a hablar Stan.
— Stanley — Respondió con simpleza — ¿Que es lo que necesitas? — Ford nunca dejó de usar aquel tono de indiferencia, aunque en el fondo su corazón se apretujaba con amargura al ver a la persona con la que había crecido y con la que se había separado inesperadamente, su hermano.
Su hermano suspiró.
— Ford, escucha... lamento todo, lamento no haber sido un buen hermano, lamento haber sido un idiota y arruinar tu futuro pero enserio, te necesito... — Su hermano lo miró, sus ojos cristalizados no eran buena señal — No tengo a dónde ir, por favor...
El chico de lentes no sabía que decir, suspiró y su ceño se suavizó, sabiendo que tarde o temprano tenía que haber ocurrido aquello.
— Pasa, hablaremos adentro — El chico le cedió el paso y Stanley tuvo un poco de esperanza.
(...)
Habían pasado algunos meses de aquello, Ford había decidido que Stanley se quedaría en lo que arreglaba sus propios problemas y aunque no quisiera admitirlo, se llevaba bastante bien con Fiddleford.
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Musa || Billford
FanfictionStanford nunca pensó en tener un demonio de otra dimensión como musa cuando llegó a Gravity Falls. Bill nunca pensó que sus planes para adueñarse de la tierra se verían truncados por un fenómeno de 6 dedos por el cual empezó a sentir amor. ----·...