Alejandro
No podía creer que esa chica.. fuese Carol. Al parecer tenía mucha prisa, pero por suerte, alcanzó a darme su número.
Al parecer, el chico con el que se fue, era el capullo de su hermano, o mejor dicho, hermanastro. No era posible que una chica tan linda e increíblemente sexy, fuese de la misma sangre que ese patán.Aún no conocía bien a Carol, pero estaba seguro de que había desarrollado algunos sentimientos hacia Caro... mi amiga.
Antes de escribirle a Carol, me puse a hablar con Caro, quería hablar con ella, antes de comenzar a preocuparme por Carol y dejar atrás a Caro. Nos conectamos y hablamos, pero entonces se me ocurrió la magnífica idea de pedirle su número, así seguiríamos en contacto cada vez que pudiese.
Me parece que llevaba meses hablando y jugando con Caro, creí enamorarme sin siquiera conocerla. Así que decidí dejar de lado el número de Carolina, al menos hasta que me decidiera a hablarle. Ella había puesto su número en mis notas, antes de que se fuera. Pero yo no quería escribirle ya que sabía que si lo hacía, sentiría más cosas por ella, tal como lo hago con mi amiga.
Pasaron días, pero específicamente este día, decidí pedir el número de Caro, mi amiga. Me armé de valor y cuando volvimos a jugar, pedí su número; y para mí suerte, me lo pasó.
Las manos me temblaban de nervios, pero a la vez, me emocionaba. ¿Será nuestro primer mensaje?, ¿Le escribiré ahora mismo, o me espero un día?. Mientras apuntaba el número en mis contactos, llegó mi amigo con una bocina, haciéndome sobresaltar. Si no fuera por la canción que sonaba, le hubiera gritado o dicho algo pasivo-ofensivo, pero no, solo era Flawless de The neighborhood.
¿Será obra del destino?.— ¡Patrick!. — Arrojé mi teléfono a la cama y me giré junto con la silla.
— Pensé que estabas dormido, hubiera sido más divertido. — Dejó la bocina en la cama mientras bufaba.
— Pues no, de hecho estaba haciendo algo mucho más importante. —
— Con que sí, ehh. — Se acercó a mí y me chocó su hombro contra el mío.
— ¿Qué?. — Arqueé una ceja y me crucé de brazos.
— Nada, solo pensaba... — Me dirigió una sonrisa pícara.
— ¿En qué?. — Rodeé los ojos.
— Solo tenía la curiosidad de... Sí ya le has escrito a tu novia, bueno, a una de las dos. —
Abrí los ojos de golpe y me levanté.
— ¡No son mis novias!, además, aún no le hablo a ninguna. —
— Si tú lo dices... — Patrick se quedó en silencio, pensando por un instante.
— ¿Cómo dices que se llama la chica de Hooters?. —
Por un momento pensé en la razón por la que quería saber su nombre, pero al escuchar como le apodaba, se me ocurrió comenzar a decirle así. "Chica de Hooters", me agradaba ese nombre.
— Carolina... ¿Por qué?. —
— Y, ¿Cómo se llama la chica de Redíso?. —
Creo que por fin había comenzado a entender su punto.
— Caro... Espera, crees que... — Me interrumpí para pensar.
— ¿Qué sea la misma chica?, tal vez.. Oye, la chica... Carolina, te dio su número, ¿No es así?. — Asentí cuando me hizo la pregunta.
— Y, tienes el número de Caro, ¿cierto?. —
— Sí, supongo que sí, de hecho pensaba en escribirle, a Caro. —
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46 Kilómetros
RomantikCuando piensas que todo está perdido, pero una luz te alcanza en una fiesta peculiar, dónde dos almas se entrelazan, pero cuyos caminos parecen separarse por la distancia. Sin embargo, el destino siempre tiene otros planes. Una aplicación los llevó...