6.Jenesse

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Carolina

Últimamente, me la he pasado hablando con Ale, a pesar de que he estado muy ocupada con mis clases; pero siempre hay tiempo para todo, al menos lo hay para él.

He dejado de juntarme con Dylan. Desde aquella vez en la que posó su mano en un sitio incómodo para mí, decidí alejarme un poco, al menos hasta que me sienta cómoda.

Emma y su hermana mayor, Allison, me invitaron a una pijamada en el campus donde Alli estudia. Por casualidad, es la misma universidad en la que va mi hermano, y los odiosos de sus "amigos".

Alli pasó por nosotras en su convertible rojo, la ventaja que tenía de ser hermana menor, era que nuestra madre, me daba permiso de hacer todo lo que quisiera. Al menos siempre y cuando fuese con chicas, lo cuál me resultaba bastante sencillo.

Las tres estábamos montadas en el auto, Alli y Emma, estaban en los asientos del frente, y yo en los de atrás; lo que me resultaba conveniente para poder responder los mensajes de Ale.

>> Hey, niña. ¿Qué estás haciendo?.

> Nada, iré a una pijamada.
Visto

>> Ohh, está bien. Dejo que te diviertas, sí?

Apagué mi teléfono dejándolo en visto. No quería parecer grosera, pero ya habíamos llegado al campus a pesar de que quedaba a una hora de distancia. Aunque, aún me preguntaba el ¿por qué Alejando, aún no me había escrito?. Supongo que traté de ocuparme haciendo otro tipo de cosas para no pensar en su mirada y su hermoso rostro. O simplemente estaba exagerando.

Pasó un buen rato hasta que por fin llegamos, lo supe por el cartel gigante que decía "Universidad Jenesse". Era un nombre bastante peculiar para una simple universidad, pero igual era único. O al menos eso pensé ya que nunca había escuchado ese nombre en algún otro sitio.

— Listo, hemos llegado. — Alli apagó el motor del auto.

— Que mono está todo. — Abrí la puerta para bajar.

— Carol, prométeme que estudiaremos aquí cuando seamos mayores. — Emma hizo un puchero.

— Venga, lo prometo. —

Cuando al fin nos bajamos las tres, nos dirigimos a la entrada del campus. Era increíble, nunca había entrado (ni siquiera cuando veníamos por mi hermano). Llegamos al dormitorio de Alli, el cuál compartía con su pareja Mía. La verdad se me hacía una chica muy guapa, con su cabello negro y lacio, luciendo muy elegante, además, era gentil, al igual que Allison; su gentileza hacía que ambas se parecieran, excepto que Alli, tenía el cabello al hombro.

Emma y yo, nos sentamos en una de las dos camas que había; mientras que ellas salían para comprar algo en la cafetería.

Pusimos algo de música y nos cambiamos por la pijama. Algo que casi no comprendía, era la cara de preocupación que Emma siempre me dirigía cuando me miraba en ropa interior. ¿Tan mal me miraba?.

Las chicas llegaron con un par de amigos, a los cuales no alcancé a distinguir del todo bien ya que no llevaba puestos mis lentes y no alcanzaba a ver de lejos; así que decidí esperarme a que ellos se acercaran, pero mientras, en mi móvil, seleccioné una de mis canciones favoritas, para que sonara en la bocina, aunque claramente con bajo volumen. Mientras los chicos se acercaban, la bocina reproducía "Arabella" de Arctic Monkeys.

Finalmente los chicos se acercaron y todos nos sentamos en círculo, pero uno de ellos captó mi atención, ¿Era Ale?. Supuse que sí, ya que él también me miraba con sorpresa. No sabía si era sorpresa de que le hacía gracia, o no.

— ¿Carol?. —

— Aguarden, ¿Se conocen?. — Allison nos miró con una sonrisa un tanto pícara.

— Sí... — Respondió Ale, aún mirándome.

— Bueno, eso es genial, nos sirve para la dinámica de los juegos que teníamos preparados. — Mía nos sonrió.

— Bien, hagamos parejas y al final los presentamos. — Alli nos dijo para después acomodarnos.

A Emma, la puso con el otro chico, el cuál se me hacía conocido pero no lo recordaba del todo; a mí con Ale y ella con Mía.

— Bien Emma, él es Ryan, amigo de Ale, amigo nuestro. — Alli le explicó como si fuese una niña pequeña.

— Y, bueno, no hace falta presentarlos. — Alli nos observó y se sentó a lado de su novia.

Emma no dejaba de observarnos con sorpresa y emoción, y no dejaba den enviarme mensajes de texto diciéndome lo "ardiente que estaba el amigo de Ale", y que no podía creer que él fuera Ale, que igual se le hacía atractivo. Pero algo me hizo apagar el móvil, creo que era la vista que sentía clavada en mi hombro, la cuál definitivamente era de Ale.

— Bien, comenzaremos jugando... Ouija. — Mía sacó el tablero haciéndonos reír a todos ya que definitivamente era algo que no nos esperábamos.

— Pero.. — Dudé un momento ya que no me solían divertir los juegos de terror, pero a la par, quería mostrar valentía. Además solo es un juego.

Mía puso el tablero en el suelo y nos explicó las reglas antes de hacernos poner los dedos en lo que parecía ser una púa para guitarra, pero mucho más grande.

Comenzamos a jugar aunque la púa se movía de vez en cuando. Lo que me hacía estremecer ya que todos negaban haberla movido. Cuando la púa se volvió a mover, la luz se apagó, lo que me hizo pegar un grito y aferrarme a lo primero que tenía cerca. Era cálido, pero a la vez raro ya que me estaba sujetando de una especie de tela, con la cuál arrugaba al cerrar mis manos.

La luz volvió y al ver que lo que sostenía parecía una la pijama de una persona, me aparté lentamente ya que no quería ver el rostro de la persona. Pero algo me obligó a mirar, creo que fue la curiosidad; ya que alcé mi rostro y miré el rostro de confusión y risa que había en Ale.

— Lo siento. — Murmuré y me separé de inmediato.

— Tranquila... Caro. — Sonrió y miró hacia otro lado.

A caso... ¿A caso me acababa de llamar Caro?. Eso significa que, él es el chico que conocí en línea. Es el chico con el que me la he pasado hablando día, tarde y noche. Es el chico que conoce mis momentos más vergonzosos. Creo que mi cara, delató mi expresión de sorpresa y vergüenza, ya que cuando me volvió a mirar, comenzó a sonreír de forma burlona. Lo que me hizo querer que me arrollara un barco.

— Descuida Carol, tus secretos están a salvo conmigo. — Me guiñó un ojo y comenzó a reír en voz baja.

Pero los chicos nos voltearon a ver con extrañeza y no pude evitar pegarle un codazo en el brazo derecho.

El resto de la noche, jugamos distintos juegos y de distintas categorías, pero al transcurrir el tiempo, descubrimos que Emma había sido la causante de nuestros sobresaltos. Al parecer era parte de su "estrategia". Hicimos bromas por llamadas telefónicas, comimos pizza y todos bebieron excepto Ale y yo. Lo que era extraño ya que él era mayor de edad y la mayoría de chicos lo hacen; Emma ers un claro ejemplo, no era mayor pero ella compartía botella con su nuevo "amigo"; me parece que su nombre es Ryan. Ale y yo éramos los únicos sobrios y decentes, para nada lo que había imaginado.

Por la madrugada, los chicos se fueron a su dormitorio y solo nos quedamos las chicas. Emma durmió conmigo y Alli con Mía.





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