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17 años

A sus diecisiete años Yoongi solo tenia en mente dos cosa, la primera, terminar la preparatoria con el mejor promedio, la segunda, ser el orgullo de los Min, muchos dirían que era algo exagerado, pero prefería morir que defraudar a su familia.

Hoy como todos los días Min regresaba a casa, aburrido y sumamente cansado, no adoraba estudiar y le resultaba patético memorizar cosas tan ridículas como ecuaciones que seguramente no usaría, soltó un pesado suspiro y su vista callo en la línea blanca bajo sus pies, sonrió mientras caminaba por la delgada línea, concentrando en no salirse de aquella no noto al chico de gran sonrisa que lo imitaba.

—¿Oh...?—la voz sorprendida llamo la atención del concentrado Min, el cual asustado levanto la vista—Puedes moverte—susurro apenado el desconocido chico.

Yoongi apretó los dientes—Ah yo... voy en esa dirección—señalo apenado sin intención de moverse de la línea.

—Yo voy para allá—el castaño dio un paso mas, prácticamente invadiendo el espacio personal de Min.

—Tu... aléjate— dijo el pelinegro retrocediendo un paso.

—Hoseok...y no lo hare, solo muévete— ordeno el castaño.

Yoongi se quedo en silencio miro al castaño, Hoseok, mejor dicho—No lo hare, es una simple línea.

—¿SIMPLE?, si me caigo me comerán vivo los tiburones, no me moveré, si es una simple para ti ¿Por que no me dejas pasar?— regaño Hoseok mirando a Min con los brazos cruzados.

—Si yo me caigo moriré apuñalado por una espada de hielo— explico Yoongi imitando la acción del castaño.

—Oh eso es terrible, y... ¿Qué hacemos?— la mirada curiosa de Min se centro en el rostro de Hoseok, noto como este mordía su labio inferior y sonrió por inercia.

—Dame la mano.

—¿Que?, no, no, no, me sacrificare, si nado rápido...

—Hoseok, dame la mano y pon tu pierna entre la mía— Hoseok negó apresurado, sonrojado miro a Yoongi y su mano estirada, temeroso acomodo su pie entre las piernas ligeramente abiertas de Min—La mano.

Hoseok pareció dudarlo, con un pequeño puchero tomo la mano ajena, sus nervios estallaron al sentir la mano pálida sostener su cintura, Yoongi lo sujeto con fuerza, ambos giraron sin salir de la línea quedando en la dirección en la que se dirigían.

—Woah, increíble— sonrió Hoseok mirando a Min, el corazón del pelinegro latió al mirarlo, no pudo evitar abrir la boca al mirar lo bello que se veía aquel chico castaño.

—Sobreviviste— dijo Min rascando su cabellera negra.

—Tu también— lo señalo el castaño con alegría—Nos vemos— levanto la mano ligeramente y se despidió, se dio la vuelta, Yoongi lo imito camino al igual que Hoseok por la raya blanca en el pavimento.

Ambos chicos se habían sentido raros, sin embargo ninguno se dijo mas.

Yoongi después de unos minutos finalmente pudo ver su hogar, mordió su labio y antes de entrar suspiro, miro la casa con la esperanza de encontrarla vacía, sin embargo no podía pedir demasiado.

—¡Ya llegue!

—¡Yoongi!, cariño sube a cambiarte y ven a comer— el nombrado miro a su madre y sonrió apresurado camino escaleras arriba, dejo caer su mochila y se recostó en la cama perfectamente tendida.

Lentamente cerro los ojos y pego un largo bostezo, con flojera desabotono la camisa de la escuela, aun con los ojos cerrados se la quito y de golpe recordó el rostro sonriente de aquel chico, detuvo sus movimientos y suspiro, odio con fuerza su mente al ponerle aquella perfecta imagen del castaño en este preciso momento, paso saliva y de golpe abrió los ojos, se levanto y termino de cambiarse con la vista perdida.

—Yoon, tardaste tanto, oh ¿estas bien?— la mujer corrió hacia su hijo y toco su frente al verlo completamente pálido.

—Si... solo vi una araña y me asusto— la vista critica de su madre lo hizo bajar la mirada, se sentó y comenzó a comer aun con el castaño en mente.

—Come bien Yoonie... —su madre se sentó frente a el, lo miro con adoración y hablo:—Me llena de orgullo ver tus calificaciones, estoy tan feliz de que no seas como tu hermano, desde que se fue a Seúl no nos llama.

—Seguramente esta ocupado, en Seúl todo es mas difícil— explico sonriente Yoongi mirando la foto familiar en donde estaba su hermano mayor.

—Es un tonto, no tiene las capacidades para eso, en cambio tu lo lograrías— la sonrisa de Min cayo y miro a su madre con tristeza.

—Pero... me quedare aquí, no quiero estar lejos de la familia como jihoon— la sonrisa descarada de su madre creció, tomo la mano de Yoongi con cariño.

—Me llena de alergia que aspires a ser alguien normal, con una felicidad normal, Yoonie.

De igual forma Yoongi sonrió, miro a su madre y se apresuro a comer, escucho las platicas de sus padres en completo silencio, aquella palabra simplemente no lo dejaba, incluso cuando llego la hora de dormir no pudo contener su mente y esta seguía repitiendo una y otra vez esa palabra: vida normal , debía cumplir con aquella expectativa, Yoongi tenia que ser normal.

ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ᴇɴ ᴜɴᴀ ʟÍɴᴇᴀ⁀➴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora