ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ᴇɴ ᴜɴᴀ ʟÍɴᴇᴀ⁀➴

13

25 años

Los días como adulto era bastante normales para Yoongi, ir a casa y de casa al trabajo, similar a su vida de universitario, no era incomodo y para su gran suerte había conseguido un buen trabajo en una buena empresa, de igual manera habían conseguido un cómodo departamento, era bastante grande y gracias al buen salario de ambos hombres podían pagarlo y darse uno que otro lujo.

Todo era perfecto y eso Yoongi lo tenia muy claro ya que estaba junto al amor de su vida, Jung Hoseok, aquel hombre de perfecta mirada y de sonrisa encantadora, mientras estuvieran juntos todo estaría bien.

—Oh Yoongi, ella es la señorita Im Nayeon, se acaba de unir a la compañía— la vista del pelinegro se abrió en grande al mirar a la conocida chica.

—Un gusto— hablo la chica, ahora castaña, dando una reverencia con una brillante sonrisa, poco a poco su sonrisa cayo al reconocer al pálido, el vivo recuerdo de ella declarando su amor se hizo presente, de golpe bajo la mirada mas que apenada.

—Si hay algo que no entiendas, por favor pregúntale a el— explico el jefe de ambos señalando al sorprendido Yoongi.

—Esta bien— susurro Nayeon sonriendo agradecida.

—¡Cuento contigo Min!— golpeo el hombro del pelinegro dejándolos solos.

La castaña se acerco al mayor, sonrió amablemente y estiro su mano en busca de la mano de Yoongi—Por favor trátame bien— pidió sosteniendo la mano del mayor, el cual asintió con una sonrisa.

Sin prisa alguna el pelinegro se encargo de mostrarle las oficinas, la llevo al lugar donde trabajaría, el cual curiosamente estaba a su lado, después de todo el dia paso con normalidad, la gente se encargaba de su trabajo, sin mas ni menos, era lo que debían de hacer.

La noche finalmente llego, y Min agradeció en grande no tener tanto trabajo, justo cuando el reloj marco las ocho termino su trabajo, como siempre se levanto, tomo su maletín y poco después su abrigo.

—Yoongi—llamo Nayeon levantándose de su lugar apresurada— El señor Kim me dijo que haríamos una fiesta de bienvenida, se que suena muy atrevido, pero me gustaría que nos acompañaras— explico la mujer.

Yoongi miro a los demás, escucho como comenzaban a murmurar, y a mirar a Yoongi de una manera verdaderamente incomoda, era como si se mostraran celos de la atención de Nayeon hacia el, atención que claramente Yoongi no pedía y mucho menos esperaba.

 —Yo no...— noto la mueca decaída en la chica, para segundos después observar al señor Kim, su jefe, salir de su oficina.

—Yoongi, ¿a donde vas?— pregunto el hombre golpeando la espalda del mas joven—Démosle una buena bienvenida a la señorita Nayeon— su fuerte voz hizo que los demás empleados se levantaran con emoción.

La mueca de aburrimiento reinaba en el rostro de Yoongi, todos disfrutaban de la bebida y el ruido, sin embargo el solo quería una cosa, llegar a su casa y dejarse consentir por el chico de bella sonrisa que probablemente ya estaba dormido.

—Voy a fumar— le dijo a su mas cercano compañero, el cual asintió, Nayeon, la cual estaba a su lado, también se levanto y se sentó junto al solitario Yoongi.

—Te serviré una— dijo la chica tomando el vaso vacío del pálido.

—Gracias— sonrió Yoongi sujetando su vaso, el cual se lleno por completo de Soju.

—No creí que nos volveríamos a ver— dijo la castaña sirviendo un poco en su vaso.

—Bueno, las compañías realmente hacen cacerías de talentos— expreso bebiendo un poco de la dulce bebida—¿Serás mi supervisora de inmediato?—pregunto dándole una sonrisa dulce a la fémina.

—Puede ser— imito la amable sonrisa bebiendo con delicadeza—En mi anterior compañía no podía hacer mucho, no dure tanto— comento dejando el vaso sobre la mesa.

—¿A si?

—Pero, ¿te digo un pequeño secreto?— Yoongi no respondió, cuando de pronto sintió el cuerpo de la chica chocar contra el suyo y acercarse un poco a su oído—Puede que tampoco este tanto tiempo en esta compañía.

—¿De verdad?— pregunto sorprendido alejándose para mirar a la castaña.

—Quiero encontrar un lugar donde pueda utilizar todas mis habilidades— explico tomando un trago de la bebida.

—Tu ambición es maravillosa— Yoongi llevo el cigarro a sus labios y alejo su mirada de la mujer.

—oh, ¿Eso crees?

—Si, te respeto— dejo el cigarro en el cenicero y bebió del vaso casi vacío.

   —Solo se vive una vez, así que espero conseguir todo lo que quiero— Yoongi no pudo entender ese sentimiento de orgullo que sintió, bajo la cabeza y regreso su vista a su cigarrillo.

—¿Tu lema de vida?

—Si, mi lema de vida—Nayeon sirvió mas en su vaso y miro de golpe a Yoongi—Aunque claro aun me quiero casar normalmente, también quiero tener hijos, pero por supuesto, seguir trabajando.

Yoongi no dijo nada, simplemente se quedo en silencio pensando que tal vez el y Nayeon era realmente parecidos, el también quería una vida normal, hijos y siempre trabajar, sin embargo muchas malas ideas llegaron a su mente, tal vez aquello no era algo que pudiera hacer con Hoseok, después de todo ambos eran hombres.