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La confusión ni siquiera había dejado dormir a Yoongi, ahora mientras miraba en el pizarrón y escuchaba la aburrida platica de su maestra, no podía dejar de pensar en el por que había creído que Hoseok era alguien lindo, era un chico, eso era algo ridículo de pensar.

—¿Qué me pasa?— susurro caminando a la salida completamente distraído.

—¿Yoongi?— el nombrado se detuvo al escuchar la voz femenina.

—Nayeon, ¿pasa algo?— se mostro neutro, sin intención de hablar con la fémina, sin embargo y pese a que llevaba prisa se detuvo a mirarla.

—Es que yo... quería decirte algo— los nervios de la chica eran tan notorios.

—Puede ser otro dia, tengo algo de prisa, lo siento— Nayeon pensó en detenerlo sin embargo no lo logro ya que Min empezó a correr apresurado.

Desesperado, y con la idea de no encontrar a Hoseok, el pelinegro siguió corriendo por la larga raya trazada en el piso, con la esperanza de verlo, aunque sea unos segundos, no pudo evitar sonreír cuando lo tuvo frente a el, con una mueca de felicidad, ambos parecían felices de encontrarse al final de las clases, como todos los días.

—Hoy soñé que estaba rodeado de niños raros, todos eran terroríficos, y yo solo tenia una flauta, así que los golpeé con ella y solo así pude escapar de sus garras, ¡fue horrible!— rio Hoseok mientras contaba de cuclillas, miro a Yoongi el cual parecía perdido en otra cosa.

Simplemente Min se odio por no poder dejar de ver el rostro tan hermoso del castaño, su forma de hablar y sonreír con cada cosa que decía, simplemente sentía tantas ganas de besarlo, de poder abrazarlo y tenerlo cerca todo el tiempo.

—Oye, ¿por que el golpe?— se quejo Min al sentir el leve empujón que le dio Hoseok.

—No me estabas escuchando— se quejo molesto mientras seguía empujando al pelinegro con intenciones de tirarlo de la raya.

—Oye detente, es peligroso— rio Yoongi intentando tomar a Hoseok para no caer.

—Entonces hazme caso— amenazo sonriente.

Ninguno de los dos se percato del tiempo que habían pasado jugando y hablando, el cielo comenzaba a perder sus tonos azulados, por lo que ambos se levantaron, Hoseok sonrió sin mostrar los dientes y estiro su mano a esperas del pelinegro.

Yoongi miro la mano delgada del castaño, parecía tan perfecta y delicada, sus dedos, completamente curiosos, tocaron la palma suave de aquella mano y subió lentamente hasta entrelazar sus dedos, ligeramente con el pulgar acaricio el dorso de la mano de Hoseok, el cual parecía concentrado en otra cosa, pasaron de un lado a otro, como siempre, cuando sus manos se separaron Yoongi comprendió que el no quería separes de Hoseok, sin embargo aquello era algo inevitable.

—Adiós Yoongi— hablo sonriente Hoseok.

La mueca de tristeza en el rostro de Yoongi se intensifico, verdaderamente odiaba dejar de sentir el calor de las manos de Hoseok, aquel dulce olor a vainilla que emanaba el cuerpo del castaño, y sobre todo odiaba dejar de ver la hermosa sonrisa de Jung , no podía dejarlo ir esta vez, no quería, sus piernas se movieron por si solas, tomo el hombro de Hoseok y lo hizo mirarlo, el castaño lo miro sin entender, de golpe sintió los labios esponjosos del pálido chocar contra los suyos.

Yoongi lo sujeto del rostro, para segundos después alejarse lentamente, había besado a Hoseok, el miedo lo golpeo con fuerza, abrió los ojos y sus labios temblaron, miro a Hoseok bajar la cabeza, Min se sintió tan estúpido, soltó a Jung y corrió lejos, sin importarle la linea, sin importar que prácticamente había caído en un mar profundo, del cual no saldría con vida, se sentía sucio, y se imaginaba los peores pensamientos de Hoseok hacia el.

—Yoongi...— susurro Hoseok mordiendo su labio mientras miraba al pelinegro correr.

Cuando Yoongi finalmente llego a su casa, se encerró en su habitación, con la mirada en el piso, se dejo caer en la cama, las yemas de sus dedos toco sus labios, el vivo recuerdo de los suaves belfos del castaño lo hicieron recordar aquel momento, se sintió patético.

Hoy por la mañana Yoongi no se sintió con ánimos de ir a la escuela, se resigno cuando su madre lo levanto de golpe, estaba molesto y triste, tal vez no volvería a ver a Hoseok.

—Yoongi, ¿vienes a comer?— pregunto Jungkook nervioso tomado de la mano de Jin, Min tenia un carácter horrible desde que había llegado, así que ambos se sentían apenados.

—No quiero Jungkook, vete— Jin frunció el ceño, jalo la mano de su novio y lo alejo de Yoongi.

—Lo que sea que tengas no es motivo suficiente para tratar mal a Jungkook, Yoon— el pelinegro miro a Kim y suspiro pesadamente—Vamos Kookie.

Min se sintió apenado, Seokjin tenia razón, abrió su libro y miro una nota caer, curioso miro a todos los que estaban en el salón y sin mas abrió la nota, sin delicadeza alguna.

"Yoongi, quiero decirte algo, te veo tras las canchas de basquetbol a la hora de la salida. Nayeon"

Y Yoongi se odio cuando se encontró caminando rumbo a las canchas. 

ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ᴇɴ ᴜɴᴀ ʟÍɴᴇᴀ⁀➴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora