23: Descubiertas

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Alondra no tenía fuerzas para levantarse, sólo quería quedarse en la cama y llorar hasta que el sufrimiento acabase. Pero tenía responsabilidades, Mia la esperaba para ir a la escuela y no podía derrumbarse, no podía hacerle eso a su hija. Ya estaba en el colegio y miraba cómo su hija caminaba hacia el interior con sus amigos, cuando iba a volver al coche escuchó que alguien la llamaba, era Irene. Una sonrisa falsa se dibujó en el rostro de Alondra.

-Ah, hola querida, ¿Qué tal?-

-Bueno, un poco mal, esperaba encontrarte porque necesitaba hablarlo con alguien y eres la única que lo sabes. Desde que me acosté con Rai ha estado evitándome y justo le envié un mensaje esta mañana para salir a cenar hoy y no respondió ¿Tú sabes algo?- Irene estaba algo afectada.

Alondra se quedó bastante sorprendida, pensaba que la pelicastaña había seguido quedando con ella y al saber que no, no pudo evitar sentirse un poco contenta. Aunque por otro lado se sentía mal por Irene, era una buena mujer y no merecía estar sufriendo y una parte de ella pensaba que era su culpa que las dos mujeres no estuvieran juntas cuando perfectamente podrían ser felices.

-No, lo siento, no sé nada del tema- obviamente no podía contarle la verdad.

-Bueno, si la ves intenta hablarle de mí, que por lo menos me responda-

Alondra le dijo que lo haría y se despidieron. Fue directamente a su coche y se quedó muy pensativa, necesitaba hablar con Rai. Nada más llegar a casa fue hasta la habitación de la stripper y tocó a la puerta -¿Puedo pasar?-

Rai no había sido capaz de salir de la cama todavía, pero ya estaba despierta. Suspiró al escuchar la voz de la morena –Sí, pasa...- se incorporó un poco sentándose.

Entró lentamente y cerró la puerta tras de sí –Perdona... no quería despertarte- se acercó sentándose en el borde la cama.

-No estaba durmiendo...- la miró fijamente -¿Pasó algo?-

-No, sólo quería comentarte algo- tomó aire –He visto hoy a Irene, estaba algo... afectada porque no habías quedado con ella- se sentía muy rara hablando de esto con ella.

-Bueno, yo no le he prometido nada... quería que fuéramos a cenar y no estoy de ánimos. Quizás en otro momento sí-

-Bueno, no quiero meterme, ya te lo dije, pero ella sin saberlo me está metiendo, hasta me ha dicho que hablara contigo- hizo una pausa, no sabía cómo tratar el tema –Sólo quería decirte que Irene es una gran persona y que... puedes ser muy feliz con ella si quieres. - era muy doloroso para ella decir aquello.

Rai la miró fijamente sin comprender a dónde quería llegar –Poco me ha contado de ella misma, pero vive en un mundo de lujos como tú, sus amistades y su familia es muy conservadora, no creo que pueda tener más futuro con ella que contigo-

-Sí, es cierto lo que dices sobre su vida, y también sé que nuestras situaciones son diferentes pero ella tuvo el valor para hacer algo que yo no...- carraspeó un poco, no quería ponerse a llorar de nuevo –Además que ella ya ha dado un gran paso atreviéndose a contármelo ¿No? Yo creo que merece una oportunidad- Alondra no podía dejar a su marido, no podía arriesgarse a perder a Mia, por mucho que amara a Rai y por eso mismo, por lo mucho que la amaba era capaz de darle vía libre para ser feliz con otra persona.

La pelicastaña se quedó callada durante unos segundos –Sinceramente... ¿Crees que merece una oportunidad?- estaba sorprendida por las palabras de la otra mujer, no se esperaba que de alguna manera Alondra estuviera sacrificando su felicidad para dársela a ella.

-¿Crees que estaría pasando por esto ahora mismo y animándote a irte a los brazos de otra mujer si no pensara que Irene vale la pena?-

-No te lo estoy preguntando como amiga de ella, sino qué opinas tú, si realmente quieres que esté con alguien más...-

LA STRIPPER/ RAILODonde viven las historias. Descúbrelo ahora