CAPÍTULO 2. LAS SOMBRAS DEL REMORDIMIENTO (PRESENTE)

356 25 40
                                    

Bosque de Dean, 1 de Julio de 1894.

El atardecer tiñe el horizonte de un suave tono dorado, bañando el paisaje con una luz cálida que contrasta con la frialdad que siento en mi pecho. Estoy sentada en el porche de la casa que mi padre me dejó en herencia, un rincón apartado del mundo, en el idílico Bosque de Dean, donde la paz y la tranquilidad son tan tangibles que casi puedo tocarlas. Los árboles alrededor susurran suavemente con la brisa, y el sonido del agua corriendo en el arroyo cercano es como una melodía lejana que apenas logro escuchar. Este lugar, mi refugio, debería ser un consuelo, pero hoy, todo se siente vacío, como si la serenidad del entorno no pudiera penetrar la oscuridad que se ha instalado en mi corazón.

Poppy Sweeting está en el patio, acariciando con delicadeza a Ónix, el imponente hipogrifo que rescató de los furtivos. Ónix, con sus inusuales plumas negras y ojos de un penetrante gris, es una criatura majestuosa, orgullosa y fuerte, pero en este momento se somete dócilmente a las caricias de Poppy, como si entendiera el cuidado y la ternura que ella le ofrece. Poppy me lo confió hace poco, rogándome que me hiciera cargo de él hasta que encontrara un hogar definitivo, y aunque acepté de inmediato, no puedo evitar sentir que no estoy a la altura de la tarea. Mi mente está en otro lugar, atrapada en los recuerdos de lo que ocurrió ayer.

Poppy levanta la vista hacia mí, sus ojos avellana reflejan una mezcla de preocupación y tristeza. —¿Tan mal fue ayer con ya sabes quién? —pregunta con suavidad, evitando pronunciar el nombre que hemos acordado no mencionar. Sebastian Sallow. El innombrable que me partió el corazón. El peso de sus palabras se siente como una piedra en mi pecho, y tengo que tragar antes de poder responder.

—Peor —respondo, con la voz cargada de pesar. Me encojo de hombros, como si el gesto pudiera aliviar parte del dolor que siento. —Creí que visitándolo me convencería de que Ominis y yo hicimos bien al delatarlo, y en parte es así... Ya no queda nada del Sebastian que conocí, aunque ese lugar, Poppy... Azkaban es terrible.

Un escalofrío recorre mi espalda al recordar los pasillos oscuros, la opresión en el aire, los dementores deslizándose en las sombras como depredadores esperando a atacar. Pero lo peor fue verlo a él, a Sebastian, reducido a una sombra de lo que una vez fue. Su risa vacía, su mirada llena de odio, eran como un espejo distorsionado que reflejaba lo que había perdido.

Poppy frunce los labios, sus dedos aún se deslizan por las plumas de Onix, pero su postura se tensa. Sé que ella también ha sufrido por las acciones de Sebastian. Eran amigos, cercanos en su momento, pero lo que él hizo, en lo que se convirtió, dejó una marca en todos nosotros.

—Kath, te obligó a utilizar una magia antigua, volátil y peligrosa, de la cual aún no conoces las consecuencias, en contra de tu voluntad. No deberías sentir ninguna clase de pena por él. Por no mencionar que asesinó a su propio tío a sangre fría...

Sus palabras son firmes, casi duras, pero sé que provienen de un lugar de preocupación, de cariño. Sin embargo, me cuesta aceptarlas. Miro a Poppy, observando cómo su expresión se endurece mientras habla. Sus labios están apretados, y sus ojos, que generalmente son tan cálidos y llenos de vida, ahora están nublados por una tristeza profunda. La misma tristeza que veo cada vez que alguien menciona a Sebastian, a pesar de que hayan pasado tantos años.

Sus palabras me golpean con fuerza. Sé que tiene razón, pero eso no hace que el dolor desaparezca. Es como si hubiera una parte de mí que aún se aferra a la esperanza, a la idea de que el Sebastian que conocí, el chico dulce y apasionado que alguna vez fue mi amigo, mi compañero... mi amor, todavía existe en algún lugar dentro de esa prisión. Pero luego recuerdo su risa amarga, su mirada vacía, y esa esperanza se desvanece, dejando solo un vacío insoportable.

Reina de Sombras (Sebastian Sallow / Ominis Gaunt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora