El último grito de dolor salió de la boca de mi esposa cuando terminó de dar a luz.
Estuve con ella a pesar de que me pidieron que saliera de la habitación. Sentí un millón de emociones cuando sostuve por primera vez a ese bebé, mi hijo....
Un año después
Volví de un largo viaje, explorando tierras extranjeras, y lo único que ocupo de mis pensamientos fueron mi esposa y mi hijo.
Lo primero que hice fue correr hacia ellos abrazarlos, fueron solo unos meses pero se sintieron como años.Después de cenar y compartir un lindo momento me quedé solas con ella, mi mujer, mi esposa.
Se estaba colocando el pillama, ese camisón que tanto me gustaba.
Me acerque a ella como un depredador y la encare.
Puse mis manos en su esbelta cintura y la moldeé.
-Por todos los dioses, cuanto te extrañe...-susurre.
Uni nuestros labios en un candente beso, lento pero apasionado.
Ella abrió sus labios dándome acceso para que lo tomase todo de ella.
Succioné su lengua para luego besarla con más vigor que antes, estaba desesperado por ella, por su contacto.
Gimio contra mi boca cuando lleve una mano a su entre pierna y la acaricie. No llevaba ropa interior.
Gruñi.
-No llevas bragas.
-¿Para que? Si luego me las vas a arrancar...-susurro contra mi boca.
Baje mis besos a su cuello lechoso y lo saboreé a mi gusto.
Lo mordi y succione hasta dejar pequeñas marcas.
Me senté en la cama atrayendola a mi.
Bese su pecho mientras seguía acariciando suavemente su intimidad.
Mi boca llegó al comienzo de los botones del camisón.
-Quitame esto Damon...
Acate su petición quitandole el camisón de un tirón.
Sus pechos rebotaron por el movimiento brusco.
No pude aguantar, lleve uno a mi boca y lo saboreé con mi lengua antes de succionarlo.
Había extrañado tanto el sabor dulce de sus pezones.
Mi mano en su intimidad volvió a moverse peresosamente hasta arrancarle un gemido.
Le devore las tetas mientras mis dedos se sentraban solamente en su clítoris hinchado.
-Damon...
Estaba a punto.
Quite mi mano y la arroje sobre la cama.
Me puse encima de ella y acto seguido me quite mi miembro de los pantalones. Lo masturbe un poco antes de posicionar mi glande contra su clítoris.
Gimió.
Lo frote hasta hacer que ella se desespere, entonces la bese e hice entrar la punta de mi miembro en su vagina, ella se arqueo de golpe.
Fui entrando de apoco, mientras le chupaba el cuello y ella gritaba ante mis acciones.
Solté un gemido ronco cuando entre por completo y ella se arqueo contra mi.
Puse mis manos a ambos lados de su cabeza y empecé a cogerla suave hasta que se acostumbro.
Coloco sus manos en mi extenso y trabajado pecho mientras la embestía cada ves con más fuerza.
Me acomode para verla a la cara mientras la follaba con visió.
Tenía los ojos arrasados en lágrimas de placer, la boca entreabierta y su largo cabello castaño todo desparramado por la cama. Extendi mi mano sin dejar de cogerla y le acaricie la cien.
Estaba a punto.
-Damon...-gimoteo-voy...voy a...¡Ah!-grito cuando el orgasmo le nublo los sentidos.
Su coño me apretó el miembro haciendo que casi me corra.
Dejo de convulsiónar luego de unos segundos que fueron una tortura.
Me deje caer en el colchón y la subí encima de mi.
-Cabalgame Dahlia.-gruñi-ahora preciosa.-dije al ver que se había quedado inmóvil.
Muy pocas veces lo había hecho.
Se me escapó un gemido ronco cuando tomo mi virilidad entre sus manos.
Se la puso en su entrada y se froto contra mi miembro erecto y a punto de explotar.
-Dahlia...carajo.
Gruñi.
Al fin dejo de torturarme y se dejó caer en toda mi longitud.
Gimió.
Al principio se quedó un poco inmóvil hasta acostumbrarse otra vez al tamaño. Puse mis manos debajo de mi nuca para dejar que ella juegue conmigo.
Subió un poco para luego dejarse caer otra vez, y así sucesivamente.
-Ohh-gimoteo.
Luego empezó a cabalgarme como solo ella sabía hacerlo, parecía una ola con sus movimientos inmotisantes.
De pronto aumento la velocidad hasta arrancarme gemidos que se mezclaron con los de ella.
Puse mis manos en sus caderas para ayudarla a moverse, eche la cabeza hacia atrás contra el colchón.
Mi mano salto a su pecho y lo Apretujo.
Sentí como se contraia alrededor de mi virilidad entonces supe que su segundo orgasmo estaba cerca.
Ella se arqueo y su cabeza cayo para atrás, apretó sus piernas contra mis caderas en un intento por cerrarlas, mientras se corria con un grito que seguro escucho todo el palacio.
Yo también me corri dentro de ella con toda la intensidad.
Cayó rendida y exhausta sobre mi pecho.
Le levanté la cabeza para besarla. La incite a volver a erguirse para sacar mi miembro de su vagina, se puso de rodillas y mi virilidad salió flasida, su coño goteaba del espeso líquido blanco.
-Hay que bañarte preciosa.
-Pero...
-¿Pero que?
-¿No lo vamos a hacer otra vez...?-dijo mientras se sonrrojaba.
No pude reprimir una sonrisa, se veía tan inocente.
-Eres insaciable.
-Tu me enseñaste.
-Subete a mi cara.-ordene—ahora....
Uf
P4??
Voten wachoss
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relatos eróticos
Romancemi intención es que sientas placer.... Mis relatos son sobre sumisas, chicas vírgenes que se doblegan ante las ordenes de su hombre. Hombres los cuales solo le pertenecen a sus sumisas. Dark romance, drama, y mucho erotismo.